A casi once años de haber dejado la Presidencia de México, Vicente Fox todavía es investigado por la Procuraduría General de la República (PGR) por presuntos delitos cometidos durante su sexenio.
Una investigación periodística, contenida en un libro de reciente aparición, reveló que la PGR mantiene abiertas averiguaciones previas o carpetas de investigación sobre presuntas anomalías detectadas en el incremento del patrimonio de Fox cuando fue Presidente.
En concreto, la PGR integró a su investigación un expediente turnado por la Secretaría de la Función Pública (SFP) en el que se detalla el hallazgo de depósitos por más de 27 millones de pesos en distintas cuentas bancarias que no fueron reportadas por Vicente Fox en sus declaraciones patrimoniales.
Al menos 25 millones de pesos correspondían a depósitos realizados a cinco cuentas que manejaba Martha Sahagún. La SFP descubrió que 9 millones 911 mil pesos provenían del grupo Estrella Blanca, contratista del Gobierno en el que su hijo Fernando Bribiesca Sahagún -actual funcionario del Gobierno de Enrique Peña Nieto- fungía como accionista.
La SFP también descubrió que de la misma cuenta que manejaban Martha Sahagún y su hijo Fernando Bribiesca salió dinero para financiar a la empresa Construcciones Prácticas SA de CV, que en pleno sexenio foxista fue beneficiada con el remate de inmuebles a precio de ganga.
Dicha empresa –que encabezaba un socio de Manuel Bribiesca, el hijo mayor de Sahagún- compró en 2004 cuatro paquetes de viviendas y predios valuados en 1,318 millones de pesos en menos de 35 millones. Pagó el equivalente al 2.5% del valor de los bienes. Aquella subasta de activos del Instituto de Protección al Ahorro Bancario (IPAB) fue en su momento un escándalo mayúsculo, porque existía la sospecha de que detrás de esa turbia transacción había la intención de favorecer a los hijos de la Primera Dama. Incluso, se creó una comisión especial en el Congreso federal para probar el tráfico de influencias. Lo que nunca se había mostrado, hasta ahora, es que en el esquema de financiamiento de la mencionada empresa estaba involucrada incluso la esposa del Presidente como cotitular de la cuenta de la que salió el dinero.
La investigación demuestra que la familia de Fox también hizo negocios con grupo Estrella Blanca. Los contratos gubernamentales a favor de ese consorcio se multiplicaron a partir de 2002, año en que Fernando Bribiesca se integró como socio con una flotilla de autobuses. Sus ganancias eran transferidas a una cuenta que manejaba en conjunto con su mamá Martha Sahagún.
Le regalan 2 empresas a Fox
A los nueve meses de haber dejado la Presidencia, Fox, su esposa y un hijo recibieron regaladas las acciones de la empresa Transportes FL, perteneciente al grupo MYM, actualmente integrado al Fondo de Transporte México, que tiene una flotilla de 4 mil 800 vehículos. Antes de que el ex Presidente se volviera socio, el consorcio tenía ventas modestas con el Gobierno. Entre 2002 y 2006, los contratos apenas sumaron 82 millones de pesos. El despegue coincidió con la incorporación de la familia Fox, pues entre 2007 y 2012 los contratos gubernamentales se multiplicaron 13 veces, al sumar 1,103 millones de pesos, y para el periodo 2013-2016 superaron los 1,400 millones.
-¿Usted compró las acciones de esta empresa? Usted se integró en agosto de 2007. ¿Cuánto invirtió en esa empresa? –se le preguntó al exmandatario.
-Fox: Nada.
-¿Nada? ¿Se las regalaron? ¿De veras?
-Fox: Sí.
-¿Le regalaron las acciones?
-Fox: Sí. Por ser consejero.
Al aceptar el regalo del paquete accionario de la empresa Transportes FL, SA de CV, Vicente Fox pudo haber incurrido en el delito de cohecho, que se paga hasta con 14 años de cárcel. Y es que la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos prohíbe, en su artículo 88, que los funcionarios reciban obsequios con un valor superior a 10 salarios mínimos, equivalentes a 800 pesos. Esta restricción aplica incluso hasta un año después de que el funcionario haya dejado su cargo. Y en el caso de Fox, el regalo lo recibió justo cuando cumplió nueve meses de haber concluido su función como Presidente de México. Además, la misma Ley prohíbe expresamente a los servidores públicos recibir en el mismo periodo títulos valor, como las acciones que le obsequiaron a Fox. El artículo 47, de la Ley citada, también advierte que los funcionarios deberán abstenerse de recibir dinero, objetos, valores o nombramientos que impliquen conflicto de intereses, hasta un año después de que se haya retirado de su empleo en el Gobierno. Es decir, Fox habría violado por partida doble la Ley.
Los socios fundadores de la petrolera EIM Capital SA de CV también le obsequiaron a Fox un paquete de 400 acciones en mayo de 2014, en recompensa por la gestión de negocios que ha realizado ante el gobierno federal y ante petroleros extranjeros, en busca de contratos para la extracción de hidrocarburos con la tecnología conocida como ‘fracking’. El exPresidente negoció además una comisión de 6% por cada proyecto de inversión concretado.
En entrevista, el exmandatario aseguró que esa comisión se negoció para realizar programas sociales en el Centro Fox, el museo en su honor que levantó en su propio rancho, en la comunidad guanajuatense de San Cristóbal.
Donativos ligados a Oceanografía
Desde que dejó la Presidencia, el Centro Fox y la fundación Vamos México de su esposa han recibido ingresos en efectivo por 553 millones de pesos tan sólo en donativos en efectivo. Entre los benefactores hay empresas ‘de papel’. Es el caso, por ejemplo, de la compañía británica Outram Investments Limited, que en 2012 y 2013 transfirió 200 mil dólares (unos 3.7 millones de pesos) al Centro Fox, pese a que en sus informes financieros reportó tener un capital de apenas 2 libras esterlinas, equivalente a menos de 50 pesos.
También está el caso de una empresa ligada a la naviera Oceanografía, de nombre Delta Servicios del Sureste SA de CV, que el Servicio de Administración Tributaria incluyó el 11 de febrero de 2014 en el listado de contribuyentes que emitieron facturas sin contar con los activos, personal, infraestructura o capacidad material para prestar los servicios o los productos que amparan tales comprobantes fiscales. Delta Servicios obtuvo su registro de contribuyentes el 4 de diciembre de 2009, y en los dos años siguientes aportó donativos por 2 millones 525 mil pesos al Centro Fox, según consta en auditorías obtenidas para la investigación del libro titulado ‘Fox: Negocios a la sombra del poder’, publicado por Editorial Grijalbo.
El SAT incluyó en la misma lista negra de empresas fantasma a la Consultora Organizacional de Negocios SCP, cuyo nombre coincide con otro gran financiador del Centro Fox, que en dos años consecutivos (2009 y 2010) aportó dos millones 750 mil pesos al recinto que dirige el expresidente de México. Sus donativos se suspendieron en 2011, cuando esta empresa fue ligada al escándalo de corrupción que llevó a la cárcel al primer gobernador de oposición de Chiapas, Pablo Salazar Mendiguchía, con quien Vicente Fox mantiene una estrecha relación de amistad.
Según la acusación de la Procuraduría de Chiapas, la empresa donante del Centro Fox pertenecía a Salazar Mendiguchía y a través de ella supuestamente recibía millonarias comisiones como promotor del despacho Álvarez Puga & Asociados.
Ese despacho pertenece a Víctor Manuel Álvarez Puga, conocido en el medio empresarial como el rey del ‘outsourcing’, porque cuenta con una nutrida cartera de compañías que ofrecen los servicios de subcontratación. Una de sus empresas se llama Hergo Soluciones Empresariales , y también aparece en la lista de donantes del Centro Fox, con aportaciones de un millón 850 mil pesos entre 2009 y 2010.
Delta Servicios del Sureste SA de CV, una de las empresas fantasmas que ha donado al Centro Fox, ha sido investigada por su presunta vinculación tanto con Álvarez Puga como con la empresa Oceanografía, acusada de fraude y de haber sido favorecida con 5 mil millones de pesos en contratos en el sexenio de Fox, en un esquema de tráfico de influencias que involucraba a un hermano y a dos hijos de Martha Sahagún.
En los informes presentados por el Centro Fox de 2012 a 2015 aparece también como donante el consorcio GGM (Gasolineras Grupo Mexicano), propiedad de Martín Díaz Álvarez y de Francisco Javier Rodríguez Borgio, otros accionistas de Oceanografía; éste último inversionista también participa en Big Bola, una cadena de 22 casinos que aporta donativos a la fundación del expresidente.
Multiplica sus bienes
El empresario guanajuatense que llegó a la Presidencia en 2000 quebrado y con deudas millonarias, ha diversificado sus ingresos. Su nombre, el de su esposa y el de sus hijos aparecen como accionistas o directivos en al menos 30 compañías. Pese a ello, Fox asegura que necesita su pensión para sobrevivir.
En consultas realizadas en registros públicos, se constató que desde que dejó la Presidencia, Fox ha multiplicado sus bienes. Por ejemplo, en mayo del 2011 compró un departamento de 218 metros cuadrados en las Torres Secoya, ubicadas en Santa Fe, una de las zonas más caras del país, por el que pagó 4 millones 850 mil pesos (unos 370 mil dólares al tipo de cambio de esa fecha). Diez meses después desembolsó 8 millones 65 mil pesos (unos 620 mil dólares de entonces) en una residencia de mil metros cuadrados en el exclusivo fraccionamiento Cumbres del Campestre, en León. Su más reciente adquisición fue en enero de 2016, cuando compró otro departamento en la colonia Roma de la ciudad de México con un costo de 6 millones 613 mil pesos (alrededor de 500 mil dólares). En conjunto, compró viviendas por casi 1 millón y medio de dólares.
‘No tengo dinero escondido’
En entrevista, Fox negó que él o su esposa tengan una fortuna oculta: “Yo no tengo dinero escondido, ni lo tiene la señora Martha”.
Su vida –aseguró- se concentra en hacer labor altruista. “Marta y tu servidor ya estamos más allá del bien y el mal. Nosotros vivimos bien, yo diría que muy bien para algunos, bien para nosotros.
Cada quincena hay que estar sacando para la raya, pal ‘gasto, y todo lo demás de tiempo y trabajo lo donamos a las fundaciones. Nuestra vida está dedicada a las fundaciones, por eso acomodé la herencia de mis hijos con casas y por eso ya cada uno tiene su trabajo y su empresa, por eso les ayudo”.
-¿Cuánto gana usted en las empresas en que participa?
-Fox: De sueldo nada. De lo que me cae a veces poquito. Pero, ¿pues qué te diré? Recibo al año por todo, fuera de mi sueldo de funcionario público, este eh… Llegaré a los dos millones, dos millones y medio, una cosa así…
– ¿Es más o menos la pensión que recibe?
-Fox: Más o menos igual. La pensión es… ¿qué? 75 mil pesos quincenales, son 135 mil al mes (netos). Sí, dos millones de pesos, más menos.
-Ahora que sabemos que usted tiene diversos ingresos, participando en distintas empresas, ¿mantiene su dicho de que su pensión la necesita porque de eso vive?
-Fox: Sí, claro. Porque le dono a Centro Fox la diferencia, sí. Tengo el derecho, sí. Lo que no estoy es atesorando dinero, para que entiendas mejor. Lo excedente le dono yo al Centro Fox frecuentemente, cada que se ofrece lo hago. Entonces sí lo necesito.
-En una declaración recientemente dijo que le servía para comer frijolitos…
-Fox: Así es, así es. Sí, sí, como frijolitos con eso y lo otro lo dono. Es que sí…
-Dado que es un hombre de negocios con intereses en múltiples campos…
-Fox: Eso está amañado. No tengo intereses ni en diversos campos. Di pequeñas empresas, me-dianas, regionales, locales, no metas un punto a la jiribilla. Dime…
– ¿Estaría usted dispuesto a renunciar a su pensión?
-Fox: No. No.
-¿Usó usted el poder para beneficio propio o de su familia?
-Fox: ¡No! y te lo repito una y mil veces, nunca.
Con información de aristeguinoticias.com