- Abiertos muchos frentes
- Casos AMLO y Cuitláhuac
Luis Velázquez/ Barandal
Veracruz.- ESCALERAS: Trece días después de iniciado el primer gobierno de izquierda en el país, los pendientes sociales caminan así:
Andrés Manuel López Obrador, AMLO, está enfrentado y confrontado con los siguientes actores políticos:
A: Parte de los gobernadores.
B: Parte singular de los empresarios.
C: Los banqueros, por aquello de las excesivas comisiones bancarias.
D: Parte de las bancadas opositoras a MORENA en el Congreso de la Unión.
E: El Poder Judicial y los que, incluso, “tiraron su espada en prenda” con el caso de la reducción salarial y hasta salieron al redil mediático.
F: Y parte de los medios, el más indicativo, con el semanario Proceso que fue de don Julio Scherer García, cuyo hijo, Julio Scherer Ibarra, es el jefe del Jurídico de la Presidencia de la República.
Así lo mira el politólogo Carlos Ronzón Verónica, y quien coteja la realidad con Veracruz.
Al momento, dice, el gobernador Cuitláhuac García solo está y sigue enfrentado y confrontado con el Fiscal Jorge Wínckler.
Además, claro, anunció que podrían, digamos, interponer denuncias contra su antecesor Miguel Ángel Yunes Linares.
Además, el calambre al magistrado presidente del Tribunal Superior de Justicia, quien le contestó con gran habilidad diplomática:
“Aquí el góber siempre es bienvenido”.
PASAMANOS: En tan poco tiempo la discordia civil en su más alto decibel.
Las partes, dice el profe egresado de la Complutense de España como estudiante presencial, es que el presidente y el góber han abierto demasiados frentes.
El riesgo institucional y moral y ético es el siguiente:
Tanto el presidente de la república como el gobernador de Veracruz son la última palabra en todos los pendientes, problemas, circunstancias y decisiones.
Incluso, y dado el sistema político tradicional, y toda vez que con todo y república amorosa y Constitución Moral y Cuarta Transformación se vive un país y una entidad federativa, Veracruz, como el país y el estado de un solo hombre, ellos significan el fiel de la balanza.
Y si tanto el presidente como el góber toman partido, entonces, en automático se pierden los pesos y contrapesos del poder.
Habría de recordar, por ejemplo, el pasado político con los casos emblemáticos de Felipe Calderón, juez y parte, y Luis Echeverría Álvarez, juez y parte, ambos condenados al basurero de la historia.
Ha de existir, entonces, mesura, cordura, prudencia y tolerancia política como lo que han de ser el presidente y el góber, es decir, unos Estadistas.
“En la casa del jabonero, dice el adagio popular, el que no cae… resbala”.
Terrible, cuando además, dice el profe, el gobernador no tiene una fuerza opositora real enfrente, y con la mayoría en la LXV Legislatura y de paso hasta un par de diputadas panistas planchadas, tienen todo para trascender como un buen gobernante.
Por el contrario, se están peleando, y al paso que van, con todos.
CORREDORES: Del primero de julio en la noche, cuando ya era público el triunfo de MORENA en Veracruz con la gubernatura, a la toma de posesión el primero de diciembre hay una distancia kilométrica de años luz de cinco meses.
En el camino, el góber electo anunció los primeros nombramientos, con tiempo suficiente para que cada secretario del gabinete se preparara con un plan sexenal concreto y específico.
Y/o en todo caso, y para que nadie peque de ambicioso, para, cuando menos, el primer año.
O, en todo caso, los primeros cien días.
Además, está claro que toda campaña electoral sirve para profundizar en la realidad social, económica, educativa, de salud, de justicia y de procuración de justicia.
Y sin embargo, trece días después de navegar trepados en el barco sexenal, la ausencia del gabinete legal y ampliado del salsero Cuitláhuac.
Y lo peor, el jefe del Poder Ejecutivo repitiendo como un lorito lo que AMLO dice en el país.
Es más, el politólogo dice que la mitad de la población y la otra mitad esperaba que el dos de diciembre cuando el presidente estuvo en Xalapa anunciara obra pública para la entidad jarocha.
Y lo único que hizo fue reproducir su misma cantaleta y estribillo y que, claro, sirvió para encender el ánimo social de igual manera, digamos con optimismo, cuando miles y miles de ciudadanos han visitado Los Pinos, indignados con el lujo con que vivían los presidentes.
Trece días descarrilados en el limbo, el limbo sinónimo de la nada.
Y lo peor, pareciera que a nadie interesa, ocupa ni preocupa.
Ya llegaron al poder y estarían viviendo su luna de miel, quizá.
Demos tiempo al tiempo diría Renato Leduc.
BALAUSTRES: Maquiavelo pensaría que el pleito entre el góber y el Fiscal y el silencio del gabinete estatal de MORENA forman parte de alguna cortina de humo para fraguar algún golpe de Estado o un manotazo por ahí.
Fue el caso, por ejemplo, de cuando desde el gabinete de AMLO soltaron, primero, la apertura de Los Pinos a la población nacional para que los pobres se encabritaran.
Pero también cuando soltaron el video desclasificado del asesinato de Luis Donaldo Colosio Murrieta en 1994, Carlos Salinas de Gortari presidente, sin la suerte social de que prendiera en la cancha de las redes sociales.
Quizá, digamos, Cuitláhuac y los suyos pudieran, por ejemplo, estar armando la liberación de más duartistas y que de pronto suspendieron o difirieron, cuando, incluso, el abogado del exfiscal Luis Ángel Bravo Contreras festinara la libertad de su cliente.
El caso es que trece días después, parte de la ciudadanía se pregunta si el góber tiene un gabinete tipo Benito Juárez, Francisco Ignacio Madero o Lázaro Cárdenas, como significa la gran utopía de AMLO para dignificar el bienestar social de los 6 de los ocho millones de habitantes de Veracruz en la miseria, la pobreza y la jodidez.