Arturo Avendaño | El Piñero
El domingo 15 de agosto del año 2010, un hecho sin precedentes, que aterrorizó y bañó en sangre la calidad y humeda tierra piñera de Loma Bonita, ocho hombres de 15 a 48 años de edad, hermanos, padres e hijos, la mayoría dedicados a las labores del campo y con estudios hasta secundaria, fueron masacrados sin piedad cuando acudieron a casar conejos, enlutado a cinco familias, cuatro niños quedaron en la orfandad y dos mujeres envidiaron, como en la mayoría de historias en el México mágico parecería que no se resolvería el múltiple homicidio, pero 15 años después, la historia dio un giro inesperado.
CADA VÍCTIMA, UNA HISTORIA
El más pequeño, Genaro Segundo Cortez de 15 años de edad, soltero, estudiaba la secundaria y trabajaba en el campo; le seguía Gustavo Hernández Torres de 19 años, soltero, estudiaba la preparatoria y trabajaba en una carnicería, radicaba en el municipio de Coatzacoalcos, Veracruz; la tercera víctima Humberto Córdova Segundo de 21 años, era soltero, se dedicaba al campo; Alberto Rivadeneyra Vera de 26 años, casado, trabajaba en el campo, dejó a una niña de tres años y uno por nacer en la orfandad, se convirtió en la cuarta víctima.
El quinto masacrado fue José Segundo Lozano de 48 años, casado, acababa de regresar de los Estados Unidos, dejó en la orfandad a dos niños; Ciriaco Córdova Segundo de 30 años, soltero, también dedicado al campo, fue la sexta víctima; el séptimo desafortunado fue Pedro Luís García Segundo de 32 años, soltero, trabajador del campo; por último Isai “N” de 30 años, oriundo de la Ciudad de México, carpintero. A excepción del Veracruzano y el capitalino, seis de ellos originarios y vecinos de la comunidad de Guadalupe Victoria, perteneciente al municipio de Tuxtepec.
DE LA ALEGRÍA A LA DESESPERACIÓN
El miércoles 11 de agosto de 2010, José Segundo regresó de los Estados Unidos a Guadalupe Victoria, después de trabajar cinco años para darle una mejor vida a su esposa y dos hijos, lleno de felicidad por al fin estar en su tierra con su familia, decidió que como en sus tiempos de niñez iría a cazar conejos y prepararlos en barbacoa. La noche del sábado 14 de agosto, alrededor de las 20:00 horas, junto a sus primos Humberto, Ciriaco, Genaro y Pedro, que a su vez invitaron a sus amigos Alberto, Gustavo e Isai, se fueron de cacería con una escopeta y tiradores, sonriendo y bromeando, llenos de alegría, en una camioneta Chevrolet, propiedad del padre de José.
Sin embargo, la noche y la alegría, con el paso de las horas se convirtieron en desesperación de las familias, dieron las
02:00 de la madrugada y no aparecían. Iniciaron una busqueda en las dependencias de policía en Loma Bonita y no tuvieron éxito en dar con su paradero, sin saber que esa noche de sábado sería la última vez que los verían con vida.
AMANECER SANGRIENTO EN LA TIERRA DE LA PIÑA
A las 08:00 horas del domingo 15 de agosto, en la comunidad Tierra Alta, jornaleros que cosechaban piña, localizaron la camioneta estacionada bajo un mangal, en una vereda que divide dos terrenos de cultivo, en la batea una imagen de shock, los ocho cadáveres de los desaparecidos, bañados en sangre, con impactos de bala en el cuerpo pero principalmente en los rostros, cabezas desechas o a la mitad, ojos salidos; también fueron encontrados ocho conejos “cazados”, la misma cantidad de sujetos ejecutados.
Los trabajadores del campo avisaron a la Policia Municipal y en cuestión de minutos, en el lugar ya estaba el Ministerio Público, peritos legistas y el Ejército Nacional. Además de más de 70 lugareños, entre ellos familiares de las víctimas. Habitantes de la zona señalaron que escucharon detonaciones de armas de fuego la madrugada del domingo 15 de agosto.
15 AÑOS DESPUÉS LLEGA UN POCO DE JUSTICIA
15 años después, algo que casi no pasa en el México mágico de la procuración e impartición de justicia, cuatro hermanos, Alberto “N”, Óscar “N”, Miguel “N” y Serafín “N”, fueron detenidos por agentes de la Policía Ministerial en el municipio de Úrsulo Galván, por participar en el asesinato de estás ocho personas en Loma Bonita, municipio esclavo en la región de la Cuenca oaxaqueña.
Se presume que seis sujetos los atacaron mientras cazaban en la zona limítrofe entre Veracruz y Oaxaca. Posteriormente, sus cuerpos fueron maniatados y apilados en una camioneta Chevrolet con placas de Estados Unidos, abandonada .