Barandal
Veracruz.-PASAMANOS: Una familia en Veracruz ha sido dueña del poder político, el poder económico y el poder social durante 16 años.
El padre, QEPD, la madre y el hijo han alternado los puestos públicos. Alcaldes, diputados locales y federales y los otros cargos donde han impuesto a los suyos.
Durante casi un par de décadas, los Pérez Garay han sido “de todo y sin medida” en San Andrés Tuxtla, siempre cobijados por el PRI.
Y ahora cuando el tricolor fue lanzado del paraíso el 5 de junio con la gubernatura y la mayoría en el Congreso, camaleónicos, ellos han mudado.
Están listos para lanzar al hijo como candidato a presidente municipal, donde antes estuvieran su madre y su padre, pero por la vía independiente.
No más PRI. No más siglas tricolores, que tanto rechzo padecen luego del duartazgo y el fidelato, el tiempo de la Decena Trágica.
El padre, Octavio Pérez González, comenzó en política como líder priista a la sombra del alcalde Tito Enríquez.
Luego, brincó a la presidencia municipal, en cuyo periodo falleciera.
Después, la madre, Marina Garay, fue alcaldesa y diputada local y federal nominada por el tricolor.
Entonces, el hijo, Gustavo Pérez Garay, mudó en diputado local, y ahora, creyendo que la silla municipal es una herencia porfirista, se inscribió en el OPLE como candidato independiente, ya sin partido, y de paso, renegando del PRI que tantos cobijos diera a la familia.
Unos más que salen del huacal duartista y fidelista.
En el camino, el negocio familiar, la venta de materiales de construcción, incluso con una cementera de su propiedad, respiraron vientos favorables.
En la conseja popular trascendió, por ejemplo, que el padre y la madre como alcaldes se autovendían.
Y por supuesto, se autopagaban.
Incluso, tan bonancible fueron los tiempos de las vacas gordas que hasta financiaron los caprichos del diputado federal, Jorge Alejandro Carvallo Delfín, con su equipo de béisbol, “Los brujos”, y que ahora está en receso.
Pero también (cosas de la vida, ni modo) de quien ahora están distanciados, pues Carvallo juega la sucesión municipal al lado de Manuel Rosendo Pelayo, el alcalde en funciones, y quien, por cierto, odia “con odio jarocho” a los Pérez Garay, desde tiempos lejanos cuando Marina Garay, jefa máxima del Ayuntamiento, con fama de altiva y prepotente, lo vejaba y humillaba.
BALAUSTRADAS: Si en todo “pueblo chico hay un infierno grande” que dice el de junto, Marina Garay, por ejemplo, sembró el terror en su tiempo edilicio.
Por ejemplo, la fama pública registra que solía instalar micrófonos ocultos en las oficinas del cuerpo edilicio para registrar y espiar sus conversaciones, temerosa de un cuartelazo.
Incluso, cuando terminó su periodo constitucional y entregó al sucesor, varios meses después los ediles descubrieron la red clandestina telefónica que les dejara.
Se soñó mesiánica. Y su irritación alcanzó la plenitud cuando Manuel Rosendo Pelayo ocupara el trono imperial y faraónico, sin someterse a su voluntad, pues había llegado la hora del ajuste de cuentas y la venganza.
Así, ni un respiro le dio. Los priistas peleando por el poder y el poder absoluto.
Pero la familia sagrada se siente heredera y ha decidido reinventarse ahora por la vía independiente.
Y más, para enfrentar a Rosendo Pelayo, quien tiene en su secretario del Ayuntamiento, Roberto Virgen Riveroll, a su mejor carta, con todo y que uno de sus hijos sea considerado el Porky de Los Tuxtlas, a tono con la modernidad de los Porkys de Boca del Río y los Porkys de Xalapa.
ESCALERAS: Marina Garay ganó a Rosendo Pelayo a llegar a la presidencia municipal. Incluso, el PRI lo sacrificó, aun cuando al mismo tiempo, y con una solución salomónica, fue ungido diputado local.
Marina alcaldesa y Rosendo en la curul, nunca será lo mismo manejar el Ayuntamiento con recursos propios y negocios paralelos, y por eso nunca, jamás, Rosendo la perdonó.
Pero desde hace tres años, en que llegara a la silla edilicia los papeles se voltearon y entre ellos mismos ajustan cuentas.
El resultado es trágico para el PRI: los Pérez Garay se han desmarcado del tricolor de Felipe Amadeo Flores Espinoza, en tanto Rosendo garantiza que con su candidato ganará en las urnas y quizá por eso mismo el miércoles 4 perdió la cordura y su PRI municipal organizó una marcha en contra del gasolinazo de Enrique Peña Nieto para estar a tono, digamos, con el tiempo nublado que corre.
Los días están por decidirse. De acuerdo con el OPLE, a partir del 30 de enero habrá ya precandidatos definidos, tiempo en que la alianza PAN y PRD, que ahora gobierna Veracruz, también lance su planilla, y que todo indica será el ingeniero Rafael Fararoni, quien ya fue alcalde.