Luis Velázquez /Barandal
24 de febrero de 2018
ESCALERAS: Seis días y 9 meses antes de terminar el mandato constitucional, el gobernador Yunes está más huracanado que nunca.
En Orizaba, a la salida de la plaza de toros de “La concordia”, festín priista para declarar candidato a Pepe Yunes, detuvo a líder cafetalero, acusado de homicidio.
Y los duartistas andan tan azorrillados, más temerosos que nunca, que seis mandos de la secretaría de Seguridad Pública, sin deberla ni temerla según declararan ellos mismos, se han amparado por desaparición forzada.
Por si las dudas, claro, con todo y que Fernando López Arias, 1962/1968, decía que el peor gendarme de un hombre es su conciencia.
Es más:
Luego de que detuviera a diecinueve mandos policías y policías por su alianza con los malandros para desaparecer personas, inocentes, ciudadanos sencillos y comunes, desde el Reclusorio Norte de la Ciudad de México, quizá luego de ganar una jugada en las barajas a “El chino”, Javier Duarte interpuso una denuncia penal más por enriquecimiento ilícito en la Procuraduría General de la República, PGR, en contra de Yunes.
PASAMANOS: Entonces, y en el juego político de toma y daca, la Suprema Corte de Justicia de la Nación asestó otro bombazo nuclear al ex gobernador tuitero amante de los frutsis, y determinó que los duartistas retuvieron fondos federales de siete municipios, los siguientes: Jalcomulco, Chinonamel, Jesús Carranza, Tlalnelhuayocan, Fortín, Tezonapa y Lerdo de Tejada (La Jornada, 20, 1, 18).
Todos ellos, con unas controversias presentadas en la SCJN.
El (presunto) desvío de recursos, mejor dicho, la retención del pago de los fondos federales fue cometida en los últimos meses del sexenio anterior, a tono con la práctica habitual, filosofía duartista, de “ordeñar la vaca” federal a todo lo que se pudiera.
Eran fondos para la infraestructura social.
Así, y de cara a las cinco elecciones del primero de julio (la gubernatura, la más importante porque significan plazas laborales, tanto fijas como esporádicas, y el diezmo y el doble diezmo, y empresas fantasmas, y los negocios lícitos e ilícitos, y el tráfico de influencias en los cargos públicos, etcétera), el duartismo está atrapado y sin salida en dos fuegos.
Por un lado, el saqueo.
Por el otro, la desaparición forzada… que más estragos sigue causando.
Y de ñapa, las cúpulas tricolores cien por ciento acalambradas.
CASCAJO: Diecinueve policías y jefes superiores están presos en el penal de Pacho Viejo por un delito de lesa humanidad que nunca, jamás, prescribe.
Y luego de “mirar pasar el cadáver de sus enemigos”, seis policías más “pusieron sus barbas a remojar”, y mejor se ampararon, mejor dicho, han solicitado el amparo y que está en veremos.
Ellos son: Miguel Ángel Domínguez Jasso, delegado de la SPP en Tecolutla, y los policías Jorge Jacob Polo Ladrón de Guevara y José Gregorio Melchor Mendoza.
Más otros tres, cuyos nombres son guardados con reserva, quizá, como parte de la estrategia para acalambrar al priismo.
El sexteto toca puertas ante la instancia federal.
La yunicidad, “con la espada desenvainada”.
RODAPIÉ: El caso de la desaparición forzada ha brincado de nuevo a parte de la prensa nacional.
En el noticiero de Carlos Loret en Televisa, por ejemplo, un reportaje en serie (y en serio) sobre la estrategia de Arturo Bermúdez Zurita, ex secretario de Seguridad Pública del duartazgo, y sus amiguitos operando la más feroz guerra sucia, según ellos, contra los malandros, y en donde metían a la población civil en el mismo costal.
Historias sórdidas y siniestras que recuerdan a las peores dictaduras de América Latina.
En el periódico “El Universal”, un reportaje en portada, a 8 columnas, denotando y connotando que en la yunicidad también hay desaparecidos y que generó una cartita aclaratoria del vocero Elías Assad Danini, advirtiendo que publicaran la carta aclaratoria o, de lo contrario, serían denunciados por daño moral.
La misma denuncia penal por daño moral de la que en su momento habló el gobernador Yunes cuando el polémico caso del relojito de 6 millones de pesos y del que, aseguran, sólo costó 250 mil pesos comprado en “El mercado de la pulga”.
POSTES: Los vientos huracanados soplan por todos y el vendaval es tan fuerte que arrasa sin miramientos.
Por ejemplo:
Que cinco mil panista desertaron de Acción Nacional ante la descomposición del partido que, entre otras cositas, se bajó los pantalones en el puerto jarocho y concesionó la candidatura a diputado federal al Movimiento Ciudadano de Dante Delgado Rannauro cuando es posición azul.
Y más con el presidente municipal.
Y que la militancia de MORENA en Veracruz también está descontenta con la lista de candidatos a diputados federales y senadores, pues se abrieron a gente arribista, sin ningún trabajo partidista ni menos, lealtad probada.
Y con tal despapaye partidista, el gobernador Yunes se afianza en su objetivo estelar de heredar el poder sexenal al primogénito.
BALAUSTRES: El Yunes azul robalea en aguas profundas y juega con la marea alta, mar adentro, mar a la orilla de la bahía.
Un ramalazo fue en Coatzacoalcos. Primero, la polémica sobre la seguridad pública con los alcaldes de MORENA, en que se incluyen los de Minatitlán, Xalapa y Poza Rica.
Ahora, el presidente municipal de Coatzacoalcos, Víctor Carranza Rosaldo, enfrentó una sublevación de los burócratas por la falta de pago de la primera quincena de febrero, y luego enseguida convocó al presidente del movimiento estudiantil del 68, Gustavo Díaz Ordaz de una conspiración internacional en su contra.
Víctor Carranza fue lacónico: Unas “fuerzas externas” tumbaron el sistema administrativo de la Tesorería y cambiaron la información de los salarios de más de dos mil personas.
Y ni modo, se atrasaron.
El edil nunca pronunció el nombre o los nombres de los conspiradores. Sólo dijo que formaban parte del ex personal de la Tesorería que despidieran a su llegada.
Desde luego, el argumento infantil expresó su edad mental. Y su experiencia política. Y su habilidad administrativa. Y su conocimiento de la materia.
El gobernador Yunes, en tanto, gana. Gana tiempo y espacio. Gana acuerdos y pactos. Y según parece, se acerca a la meta, con todo y que en el pasillo político hay quienes juran y perjuran que está ocupado y preocupado porque al hijo le falta química electoral y humana con la población.
En todo caso, el primer de julio es un plebiscito. Gana el hijo, gana el padre. Pierde el hijo, pierde el padre.
Y allá el PRI y MORENA y sus partidos aliados “si se dejan comer el mandado”.