Luis Velázquez/ Escenarios
Veracruz.-1 Un mal fario persigue al diputado federal, Adolfo Mota Hernández. Y aun cuando tiene padrino poderoso que lo ha salvado, digamos, de la vergüenza duartista y la cárcel, otras cositas le han salido mal.
Mal le fue, por ejemplo, cuando secretario de Educación de Veracruz soñó con la rectoría de la Universidad Veracruzana, que la creía y sentía segura actuando como guardia pretoriana junto con Érick Lagos, Alberto Silva y Jorge Carvallo, de Javier Duarte.
Mal también cuando se miraba como candidato priista a la gubernatura, lo que nunca logró, a pesar, incluso, del bloqueo a los senadores Pepe Yunes Zorrilla y Héctor Yunes Landa.
Ahora, como legislador federal cobijado en la sombra del senador Emilio Gamboa Patrón se soñó líder nacional de la CNOP.
Según versiones, el senador coordinador de la bancada priista en el Congreso de la Unión miró con simpatía el nuevo sueño de su delfín y cabildeó quizá en la secretaría de Gobernación, acaso en Los Pinos.
“Déjalo madurar” le dijeron y ni modo, Motita quedó una vez más con las ganas.
Tres derrotas consecutivas, una tras otra.
Bien podría su homólogo Jorge Carvallo Delfín llevarlo un fin de semana a Los Tuxtlas para “una limpiecita” con los brujos, pues ha de arrastrar una peor vibra.
El cruce de los astros le habría empezado en los primeros meses del duartazgo cuando un concierto en el Teatro del Estado en Xalapa en que Duarte y Karime Macías llegaron tarde y el público los recibió con una rechifla.
Entonces, Duarte cesó a su secretario particular, Harry Grappa, y a Motita.
Grappa fue despedido y lanzado unos meses del paraíso, aun cuando luego fue perdonado con la secretaría de Turismo, donde más que titular, fue empresario con su holding de siete empresas.
Y Motita luego luego fue perdonado, porque Emilio Gamboa Patrón se lo pidió a Duarte.
Entonces, le consiguió una audiencia y cuando Mota llegó a palacio dijo a Duarte:
“Señor gobernador, un menosprecio de usted es peor que un menosprecio de mi esposa”.
Luego, una vez que uno y otro se dieron el abrazo de Acatempan, Motita le pidió lo siguiente:
“Mándeme de candidato a diputado al distrito que el PRI tenga perdido de antemano. Y si gano, me despide”.
Motita es diputado federal, donde sigue rezando para que el dedo flamígero de la fundación “Mexicanos Primero” del desvío de más de seis mil millones de pesos federales en la SEV nunca llegue a sus talones.
En el inter soñó con el liderazgo nacional de la CNOP, pero el mal karma se impuso.
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En su tiempo en la SEV jamás le interesaron los graves pendientes educativos y sociales.
Entre ellos, los siguientes:
Los 650 mil analfabetas de 14 años de edad en adelante que no saben leer ni escribir, ni siquiera, vaya, firmar con su nombre copiando de un cuaderno letra por letra, como solía firmar Pancho Villa.
El millón de paisanos con la escuela primaria inconclusa.
El millón de paisanos con la secundaria a medias.
Los 600 mil paisanos con el bachillerato a la deriva.
La baja calidad educativa.
Y en contraparte, su cinismo llegaba a lo siguiente: alardeaba que Veracruz tenía el primer lugar nacional en bailable regional con “El tilingo lingo” y “La bamba”.
A cada rato desayunaba en su oficina en la SEV en un antecomedor donde tenía una foto de Javier Duarte y Karime Macías ante las que solía persignarse para que le fuera bien, en tanto un chef particular, al que la SEV pagaba, se afirma, 50 mil pesos mensuales, le preparaba sus platillos preferidos.
Luego, se iba a una computadora gigantesca que sus técnicos actualizaban al día con sus grandes avances pedagógicos.
En tanto, en la subsecretaría de Educación, Nemesio Domínguez Domínguez era feliz con los diez metrosexuales que Motita le había autorizado.
¡Ah!, y por añadidura, cada mes Motita hacía felices a nueve familiares (su esposa, su hermana, su cuñado, sus primos y las esposas de sus primos) con salarios de hasta 35 mil pesos.
Tal cual dirigió la política educativa del duartazgo que lo llevara a la curul federal.
Motita fue ascendido y la educación se hundió, además de los tratupijes todavía vigentes.
Tan sólo la Yunicidad descubrió más de dos mil “aviadores”.
3
Semanas anteriores, Mota apareció en un acto público al lado del Yunes azul, quien le saludara de mano y de ñapa, en lenguaje corporal, lo palmeó con la mano derecha en el hombro izquierdo, ambos sonrientes, contentos el uno con el otro.
Según las versiones, el senador Emilio Gamboa intervino de nuevo para salvar a su pupilo preferido, y si en el sexenio anterior lo defendió ante Javier Duarte ahora ante Miguel Ángel Yunes Linares.
Toda la fuerza del Senado de la República “tirando su espada en prenda” por Motita.
Desde luego, Gamboa Patrón quedó comprometido con Yunes, con todo y que ambos sean viejos conocidos.
Y Motita todavía más agradecido con el senador, su poderoso ángel de la guarda.
Ya quisiera Antonio Tarek Abdalá tener un padrino así, y más ahora cuando ayer inició en la Cámara de Diputados el proceso de desafuero solicitado por la Fiscalía del gobierno azul de Veracruz por el desvío de más de dos mil millones de pesos del Seguro Popular y que llevara a su ex director, Leonel Bustos, a 16 días en la cárcel.
Por lo pronto, Motita se habría salvado de un proceso penal de la Yunicidad, aun cuando, ni modo, perdió la CNOP.
Una de cal por las que van de arena…