Escenarios: El padre y el hijo rojo
Luis Velázquez
26 de abril de 2018
UNO. El padre y el hijo rojo
Américo Zúñiga Martínez evocó a su padre, Guillermo Zúñiga, en homenaje luctuoso a tres años de su fallecimiento.
Lo recordó como fundador de instituciones educativas, entre otros, la UPAV (un fracaso), el Telebachillerato, fundado en 1978 con Rafael Hernández Ochoa, y la Universidad Pedagógica.
Pero omitió lo fundamental: su padre fue presidente del CDE del PRI.
Entonces, su día comenzaba de la siguiente manera:
Un desayuno en el hotel Palacio.
A las 10 horas en punto llegaba al búnker tricolor.
Y recibía a todo mundo.
Con una insólita sencillez.
Sin poses ni soberbia.
Profesor de escuela primaria en la sierra de Zongolica, también caminaba Veracruz como dirigente tricolor.
Abierto a todas las corrientes en un tiempo, digamos, de un partido político único y fuerte, aceitaba la maquinaria partidista.
Cambiaba comités municipales y seccionales.
Y siempre escuchando el latido social.
Mario Tejeda Tejeda, presidente de “Los Viagras”, entonces, su director administrativo en el CDE del PRI, lo recuerda:
Cuando iba a gira partidista, por lo regular, en regiones pobres y jodidas, siempre le llenaba las cuatro bolsas de la guayabera con billetitos para repartir entre la militancia que le pedía apoyos básicos y mínimos.
Memo Zúñiga dirigía el PRI caminando Veracruz.
Iba al encuentro de la militancia.
Una vez, en Huatusco, el conductor de la camioneta en que viajaba chocó en una curva.
Y, por fortuna, ningún muerto.
Digamos, más que el susto, la impresión.
Y, no obstante, siguió trotando en el territorio jarocho.
DOS. Era un político honesto
Fue presidente del CDE del PRI en tiempo del gobernador Patricio Chirinos Calero.
Y como es natural, llegó un momento en que creyó que bien podía quedarse con la candidatura priista a gobernador.
Pero Miguel Ángel Yunes Linares, secretario General de Gobierno, se le atravesó y de la SEGOB pasó al PRI, y en donde en el año 1997 perdiera 107 presidencias municipales luego de un complot de las elites, tribus y huestes priistas en su contra.
Años después, Yunes renunciaría al PRI, y Memo Zúñiga siguió leal al partido donde iniciara y lo encumbrara como presidente municipal de Xalapa y diputado local y secretario de Educación.
¡Ah!, pero en el pasillo político, cuando el Chirinismo, el profe, qepd, fue metido en el fuego.
En aquel tiempo, cuando la secretaría de Educación, trascendió que previo a la campaña presidencial de Ernesto Zedillo, asesinado Luis Donaldo Colosio Murrieta, unos cinco mil cheques de maestros habrían desaparecido en Veracruz.
La mitad de la población priista y la otra mitad miró con el látigo por delante a Zúñiga Martínez.
Mario Tejeda Tejeda, quien siempre estuvo y permaneció cerca del profe, lo precisa:
–Atrás de aquel operativo estuvo Roberto Bravo Garzón, quien fue rector de la Universidad Veracruzana con Rafael Murillo Vidal y Rafael Hernández Ochoa.
–¿Y Memo Zúñiga?
–¡Era un político honesto!
TRES. Lealtad priista
¡Veracruz, creo en tí!
Dijo Américo Zúñiga en el homenaje fúnebre:
Hoy en política, domina “el oportunismo político, la falta de principios ideológicos, la deslealtad y el nulo compromiso, y se hacen más necesarias las figuras de hombres como Guillermo Héctor Zúñiga Martínez”.
El profe Zúñiga fue maestro de Fidel Herrera Beltrán, Dante Delgado Rannauro y hasta de Miguel Ángel Yunes Linares, y los tres fueron y son gobernadores.
Nunca pudo el profe Guillermo.
Juan Maldonado Pereda, QEPD, lo decía de la siguiente manera:
“En política nunca llega el mejor, sino el que más conviene”.
Con todo, y ahora cuando la política se ha recrudecido con grandes bandazos en que del PRI se van al PAN y del PAN a MORENA, por ejemplo, y/o viceversa, y/o un tremendo revoltijo, nunca Memo Zúñiga se fue, por ejemplo, de candidato independiente al mejor estilo de José Vasconcelos, el maestro de Américo, en la década de los 20 en el siglo pasado, cuando se lanzó contra el candidato impuesto por Plutarco Elías Calles para la presidencia de la república.
Y lo peor:
Cuando Vasconcelos perdió en las urnas dejó “colgados de la broca” a sus miles de seguidores, entre ellos a los jóvenes Adolfo López Mateos y Alejandro Gómez Arias, el gran líder estudiantil de la autonomía de la UNAM, y huyó a Estados Unidos.
Bien pudo el maestro Zúñiga lanzarse por la libre.
Pero entonces, había principios y lealtad y respeto, inalterable respeto a las ideas y convicciones de cada uno.
CUATRO. Américo ocultó su priismo
El hijo, presidente del CDE del PRI y con lo que ha redondeado la biografía política de su padre, enmarcó en el homenaje fúnebre las siguientes atributos:
A: Hombre de instituciones.
B: Forjador de generaciones.
C: Educador por excelencia.
D: Hombre de bien.
E: Misión de vida.
F: Hombre íntegro.
G: Político honesto.
H: Amable, educado y caballero.
El hijo omitió, sin embargo, su paso por el partido tricolor.
Sabrá sus razones.