Luis Velázquez
Veracruz, México.- PASAMANOS: Con todo y que Javier Duarte anda huyendo desde hace 87 días continúa sorprendiendo a las elites políticas y a los ciudadanos.
Por ejemplo, su jefe de escoltas, teniente David Martínez Cárdenas, identificado con el apodo de “Cosmos”, también entró al saqueo.
“Cosmos” era el jefe máximo de los policías y judiciales que cuidaban a Duarte, a su esposa y a sus hijos, a sus hermanos y a su señora madre, a sus suegros y a sus cuñados.
En total, manejaba 200 elementos, lo que resulta inverosímil, y más si se considera que sólo para procurar y asistir al ex góber tuitero tenían designados un aproximado de 80, 90 escoltas.
Cosmos operó “una red dedicada a la alteración de facturas para justificar viáticos” según publicara el periódico Reforma en primera plana de su edición del lunes 9 de enero.
Y dada la confianza absoluta que Duarte le tenía, Cosmos “se quedó con una flota de vehículos que usaba” el góber tuitero, entre ellos, un aproximado de siete unidades, una de ellas, la preferida del góber, una Sequoia blindada de Toyota con las placas YKE-19-57.
Además de una Suburban y una Durango, de color blanco y blindados.
Más dos Chargers negros y dos motos para abrirle paso.
Claro, y de ser tal cual, ninguna duda existe que si Cosmos se los quedó se debió a que Duarte se les habría asignado y/o regalado y escriturado.
“A ojo de buen cubero” diríase que Duarte fue generoso con el escolta que cuidó de su vida durante casi seis años.
Y de la vida de sus hijos y de su esposa.
Y de su señora madre y sus hermanos.
Y de los suegros.
200 hombres, entre policías y judiciales, los mejores de las corporaciones oficiales, cuidando a Duarte y su familia.
Un caso más para la Yunicidad. Un episodio más de corrupción que asombra y deslumbra. Insólito.
Claro, lo dijo a tiempo Flavino Ríos Alvarado, el góber interino durante 48 días de Veracruz:
“Era mi amigo, pero me engañó y engañó a todos”.
BALAUSTRADAS: “Cosmos” fue una escolta de muchísima confianza de Duarte.
Por ejemplo, se encargaba de alterar facturas, además de para justificar viáticos, “para la compra de propiedades y ranchos en Veracruz y Tabasco”. (Reforma, Benito Jiménez)
También pagaba la renta de una casa en la Ciudad de México, en la colonia Villa de Cortés, donde guardaban las unidades, y que hacia el final quedaron a deber varios meses.
Además de otra deuda de 300 millones de pesos por la operación de servicios a la dirección de Servicios Aeronáuticos, toda vez que el ex góber tuitero siempre se movía en aviones privados y/o en el jet “Tajín”, propiedad oficial.
El gobierno de Veracruz manejado por todos lados como una hacienda porfirista.
Y lo peor, sin rendir cuentas a nadie.
Y más peor, con el silencio cómplice de los secretarios de Finanzas y Planeación, a saber, Tomás Ruiz, Carlos Aguirre, Fernando Chárleston junior, Mauricio Audirac y Antonio Gómez Pelegrín, pues Salvador Manzur sólo duró 26 días en el cargo, tiempo insuficiente para operar los trastupijes duartianos.
Y la complicidad del ORFIS, Órgano de Fiscalización Superior.
Y de los Contralores, Iván López, Mauricio Audirac y Ricardo García Guzmán.
Y de la Comisión de Vigilancia del Congreso.
Un lodazal inimaginable que corrompió a todos y por todos lados y que únicamente podrá exorcizarse cuando la Yunicidad tenga en la cárcel a muchos de ellos.
De lo contrario, ningún caso tendrá seguir exhibiendo tanta corrupción política en la prensa defeña cuando están pasando los días y las semanas con todos ellos paseando tranquilos, seguros de la impunidad.
ESCALERAS: El duartazgo está en desgracia. También, el fidelismo. Es más, uno y otro aniquilados. Tan es así que el fogoso, por ejemplo, cabildea desde el Partido Verde.
En contraparte, el Yunes azul ganó legitimidad en las urnas. Es el nuevo tlatoani de norte a sur y de este a oeste de Veracruz.
Así sólo lograría que la PGR capture a Duarte presionando una y otra vez hasta que se cumpla la orden de aprehensión.
Y aquí, en el territorio jarocho, sólo será respetado a partir de encarcelar a “los tiburones” del duartismo, todos aquellos beneficiados.
Y es que cada vez asombran los trastupijes publicados en Reforma, atrás de los cuales ninguna duda existe de que el góber azul está.
Pero seguir litigando en los medios pronto perderá su efecto. Es la hora de la guillotina, del cadalso, del ajuste de cuentas, pero con los duartistas en la cárcel.
En el pasillo político y mediático, Duarte ya está noqueado, en la lona, sin aliento.
Desde luego, en ningún momento se trata de una confrontación. Tampoco de una venganza.
Es una rendición de cuentas prevista en la ley. Mejor dicho, es la aplicación de la ley y la justicia.
“El que la hace la paga” dice la conseja popular, simple y llanamente, porque se trata del dinero del pueblo.
Es más, si el góber azul lanzara un plebiscito para conocer a profundidad si el ciudadano común desea la cárcel para los duartistas arrasaría por completo el sí.
Más todavía. El futuro político, social y electoral de los Yunes azules depende de encarcelar a varios duartistas y de presionar a la PGR para detener a Duarte.
Hay tiempo convulso en Veracruz y a Yunes Linares le encantan las turbulencias.
Por eso, entre otras cositas, la tonalidad de sus ojos, siempre a la defensiva anunciando tempestades, y ni modo que los duartistas se le escapen, él mismo que se le escapó al diablo y ha enfrentado peores batallas, por ejemplo, con Elba Esther Gordillo y Roberto Madrazo Pintado.