Bienvenida a Cuitláhuac García; Cárteles le saludan con violencia
- Cada muerto, principio de Peter
Luis Velázquez/ Malecón del Paseo
Veracruz.- EMBARCADERO: Los carteles y cartelitos disputando la jugosa plaza de Veracruz están mostrando el puño y el músculo al gobernador que se va (Miguel Ángel Yunes Linares) y al gobernador que le sucede (Cuitláhuac García Jiménez)… Por ejemplo, el jueves 29 de agosto, en la noche, quizá en la madrugada, en la carretera federal de Veracruz a México, a la altura de Yanga, tiraron el cadáver de una mujer con huellas de tortura… Y a las 7 de la mañana, cuando unos trabajadores del departamento de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Yanga y estudiantes de la CBTIS número 29 con sede en Yanga, descubrieron el cuerpo sin vida de la mujer… Una más asesinada en el bienio azul y que en dos meses del año que corre, y pronto terminará, ocupó el primer lugar nacional en feminicidios… El cadáver de la mujer tenía, además, una narco/cartulina, en el mejor estilo de los malandros, primero, para que el mundo registrara la autoría, y segundo, para sembrar el terror y el horror en los vecinos, de igual manera como los realistas colgaban los cadáveres de campesinos de un árbol a la orilla de los caminos en la guerra de Independencia para azuzar a los compitas y evitar que siguieran incorporándose a la lucha al lado del padre Miguel Hidalgo…
ROMPEOLAS: En los últimos días de la yunicidad y en víspera de Cuitláhuac García gobernador, los malosos recrudecieron la estadística de la muerte, Veracruz, un río de sangre, un fosario en la mirada del sacerdote de la Teología de la Liberación, José Alejandro Solalinde Guerra… En cuatro días, por ejemplo, fueron asesinadas cinco personas en la región de Córdoba, entre otras, una mujer taxista… Pero, además, su cadáver, putrefacto, fue tirado al río Blanco y que desde el sexenio fatídico de Javier Duarte se convirtió con otros ríos y lagunas en un cementerio flotante de los sicarios… Dos jóvenes más fueron asesinados en esos días siniestros, uno en Yanga y otro en Atoyac… Y, no obstante, que Veracruz se ha convertido en el reino del infanticidio, el feminicidio y el juvenicidio (crímenes de jóvenes), y ante la incompetencia del secretario de Seguridad Pública, Jaime Téllez Marié (“Estoy amenazado, quiero vigilancia” dijo en el Congreso), la indolencia del Fiscal Jorge Wínckler llega al desparpajo total y absoluto… Nunca, en los dos años azules, le ha interesado la procuración de justicia…
ASTILLEROS: Renato Sales, el Comisionado de Seguridad Nacional que fuera con Enrique Peña Nieto, siempre dijo que en Veracruz “casi todos los carteles” se disputaban y disputan la jugosa plaza a partir de la autopista de sur a norte del país, los tres puertos marítimos (Coatzacoalcos, Veracruz y Tuxpan) para la carga y descarga de droga, las pistas clandestinas y la alianza de políticos, jefes policiacos y policías con los barones de la droga… Y más cuando Veracruz, que servía de paso para el traslado de la droga de sur a norte, se volvió consumidor… Y luego, el narcotráfico se fue ampliando hasta adueñarse por completo de la vida cotidiana con los
secuestros, las desapariciones, los asesinatos, las fosas clandestinas, el huachicoleo, el llamado cobro del derecho de piso, la migración y la prostitución, además, de la venta de protección… Y si Javier Duarte y sus tribus políticas y policíacas se aliaron con los malosos y Yunes Linares fue rebasado, ahora, el gobernador Cuitláhuac García ha dicho que el asunto de los carteles corresponde a la Federación, cuando, caray, los tres niveles de gobierno (federal, estatal y municipal) son corresponsables…
ARRECIFES: La inseguridad, la incertidumbre y la zozobra en el diario vivir de norte a sur y de este a oeste es la prioridad número uno en la tierra jarocha… Desde luego, el desempleo, el subempleo y los salarios de hambre, y la baja calidad educativa y de salud, y el endeble desarrollo humano, son la otra pesadilla… Pero la tranquilidad y la paz pública están por encima, hoy, de tales pendientes sociales… Y más y cuando, por ejemplo, de matarse entre sí en fuegos cruzados, los malandros pasaran a ejecutar a civiles, y luego a mujeres, y después, a niños, y más tarde, a ancianos, multiplicando el tsunami de una violencia desbordada, incontenible, fuera de control… Y por añadidura, la pesadilla de los desaparecidos que también la yunicidad, igual que Javier Duarte, los tuvo… Incluso, el sacerdote José Alejandro Solalinde, tan amigo de AMLO, el presidente, ha dicho que Veracruz es un fosario de migrantes… Nunca antes, como hoy, las familias de Veracruz y cada habitante se sienten en el desamparo, el abandono y la desprotección oficial…
PLAZOLETA: Lo más grave es lo siguiente… Nadie tiene la vida comprada… Nadie puede gritar que ya libró la violencia… Nadie está seguro de que un día, cualesquiera, podrá caer en la lista negra de la muerte, un secuestro, una desaparición, un asesinato, una sepultura en fosa clandestina… En el lado oficial, saben que los narcos, cierto, se matan entre ellos para quedarse invictos en la plaza local, pero al mismo tiempo, como parte del terror y el horror ajustician a los civiles… Por eso, lo único que en los últimos ocho años de gobierno han crecido son los cementerios, las páginas rojas de la prensa y el miedo y “el miedo al miedo” como decía el poeta español, León Felipe en cada ciudadano y en cada familia…
PALMERAS: El viejito del pueblo dice que cada seis años la esperanza vuelve a renovarse con el nuevo gobernador y el nuevo presidente de la república… Ya después, claro, sobreviene el desencanto social… Pero conforme pasen los días en el Veracruz de Cuitláhuac, la confianza, podría, digamos, aumentar en el gobierno del Estado, o por el contrario, de acuerdo con el río de sangre y la estadística de la muerte, la confianza bien puede descarrilar… Y más si el nuevo gobernador “se lava las manos” diciendo que es tarea federal… Y más si de pronto, aplica la misma cantaleta de que AMLO ayudará a Veracruz, sin que su utopía se traduzca en hechos… Cada muerto a partir de hoy significará el principio de la decepción…