Luis Velázquez
30 de marzo de 2019
DOMINGO
Ajuste de cuentas
Igual, igualito que Miguel Ángel Yunes Linares con Javier Duarte y parte de los duartistas…
Igual, igualito que Patricio Chirinos con Dante Delgado Rannauro y parte de dantistas…
Igual, igualito que Dante Delgado con un funcionario de Fernando Gutiérrez Barrios…
Igual, igualito que Agustín Acosta Lagunes con algunos funcionarios de Rafael Hernández Ochoa…
Ahora, el sexenio de MORENA en Veracruz “barre para atrás” y tiene en la mira penal a varios colaboradores de Yunes Linares.
Incluso, y en unos casos, la guillotina incluye a gente del equipo de Javier Duarte y de Fidel Herrera Beltrán.
Por lo pronto, las denuncias están en la cancha de la Fiscalía y el titular sabrá si juega la pelota para adelante y lleva a proceso penal a los denunciados, o por el contrario, las archiva y aplica la cabeceada burocrática.
Y más todavía, en el tiempo huracanado donde el gobernador y el fiscal mantienen el fuego cruzado, el primero soñando con su destitución y el segundo con mantenerse en el Palacio de Justicia durante los nueve años para los cuales fue elegido.
LUNES
Rafagueo desde el IPE
La Contralora interpuso denuncias penales en contra de sus antecesores.
El secretario de Desarrollo Social ha interpuesto la denuncia contra Yunes Linares por lo que llama programas sociales electoreros.
Esta semana, la directora del Instituto de Pensiones, IPE, denunció por desfalco a los siguientes ex secretarios de Finanzas y Planeación:
Salvador Sánchez Estrada. El penúltimo de Fidel Herrera Beltrán.
Tomás Ruiz González, Fernando Charleston, Mauricio Audirac Murillo, tres de Javier Duarte.
Y Clementina Guerrero, la primera titular de SEFIPLAN con Yunes Linares.
Según ella, incumplieron con las transferencias de la llamada Reserva Técnica del IPE por un total de casi 8 mil millones de pesos.
Se trata de la peor denuncia penal, la más aparatosa, la más canija, primero, por el monto.
Segundo, porque arrasa con tres ex gobernadores y a quienes ha puesto en la fila de la navaja.
Tercero, porque ante el peor escándalo de inseguridad en la vida pública constituye una extraordinaria “cortina de humo” para obnubilar el desencanto social en que ya estamos con el gobierno de MORENA.
MARTES
La política, tragadero de hombres…
Juan Maldonado Pereda, Q.E.P.D., cuatro veces diputado federal, aseguraba que “la política es un tragadero de hombres”.
Además, si en la antigua Grecia la política tenía como esencia pura el bienestar social, ahora, pareciera que se trata de un ajuste de cuentas entre las elites políticas.
Primero, y por lo regular, cada nueva generación “barre para atrás”, y en el caso local, pudiera afirmarse que Javier Duarte, Fidel Herrera, Miguel Alemán, Fernando Gutiérrez Barrios, Rafael Hernández Ochoa, Rafael Murillo Vidal y Fernando López Arias, nunca descobijaron ni procedieron por la vía penal contra sus antecesores.
Segundo, las cúpulas que llegan siempre se declaran ángeles de la pureza, en tanto demuestran con sus denuncias penales que los antecesores son unos pillos.
El decibel más alto fue en la yunicidad, quien a través de su Fiscal carnal encarceló a casi 80 funcionarios, entre políticos, jefes policiacos y policías.
MORENA en el poder estatal ha comenzado y todo indica, dado el rafagueo de los secretarios del gabinete legal, será un despecuezadero de políticos si es que, igual que la directora del IPE y la Contralora y el titular de la SEDESOL, los otros que han levantado la mano proceden según la ley.
El carnaval penal en la cancha política sigue su curso y más ahora cuando el recién exonerado, Flavino Ríos Alvarado, reclama la devolución de 5 millones de pesos que pagó de fianza al juzgado.
MIÉRCOLES
La pelota, en la cancha del Fiscal
La denuncia del IPE por la presunta ordeña de la Reserva Técnica es nueva, pero el hecho es viejo.
En su momento fue documentado en la cancha mediática, sin mayor trascendencia y luego de unas horas de fuego pirotécnico el efecto se diluyó.
Ahora, la directora ha interpuesto la denuncia penal en la Fiscalía, donde con mucho gusto le darían seguimiento, digamos, quizá, a cuatro de los cinco secretarios denunciados (a saber, Sánchez Estrada, Tomás Ruiz, Audirac y Gómez Pelegrín), dejando para otro tiempo el caso de Clementina Guerrero, por tratarse de la primera titular de la yunicidad, y a cuyo jefe máximo, el Fiscal debe gratitud eterna.
Simple y llanamente, porque sería “escupir para arriba”.
El tiempo político, sin embargo, camina rápido, y desde las denuncias penales de la Contralora y el secretario de Desarrollo Social hace varias semanas, ningún avance se conoce.
Quizá estarían, digamos con optimismo, caminando de acuerdo con el tiempo legal para que como dice la canción anuncien resultados “para abril o para mayo”.
JUEVES
Prendida la mecha social
La denuncia penal del IPE encendió más la mecha social, porque incluye a varias dependencias estatales y organismos públicos descentralizados con una deuda que casi llega a los mil millones de pesos.
Entre otras, el DIF estatal, la misma SEFIPLAN, ochenta Ayuntamientos y los Tecnológicos de Misantla y San Andrés Tuxtla.
El concepto general es el pago de cuotas, recargos y préstamos a corto plazo nunca cubiertos.
Ellos, y de manera tradicional, se han hecho “patos” para pagar y en su momento, ninguna ley les ha valido a pesar, incluso de tener denuncias penales desde el año 2016 (todavía Javier Duarte gobernador), quizá cobijados en la impunidad y por más y más exhortos diplomáticos formulados para cubrir los pagos pendientes, les ha valido, muy fregones que son.
Ahora, sin embargo, la directora del IPE, ex diputada local, ha lanzado “espada en prenda”, consciente y segura, de volverse una pesadilla para que de acuerdo con la ley la Fiscalía cumpla.
Y más, teniendo de su lado a los líderes sindicales integrantes del Consejo de Administración.
Incluso, bien podría hasta encabezar una marcha de protesta a la Fiscalía en caso de un tortuguismo burocrático.
VIERNES
La política, sinónimo de pillaje
Si las denuncias penales se apegan a derecho, entonces, se cumplirá la máxima superior de que “nada fuera de la ley, todo dentro de la ley”.
Y ni hablar, si de por medio existieron chanchullos, pa’lante, vaya a ser que después, y como en el caso de Flavino Ríos, sean exonerados por completo, les restituyan el honor manchado y hasta deberán cubrirles el pago de la fianza.
Solo falta que de pronto, los yunistas y duartistas y el fidelista denunciado griten en la plaza pública que son unos perseguidos políticos y que la generación de MORENA, encumbrada en el poder, se está vengando.
Más gasolina será arrojada al incendio social.
Y por encima de todo queda manifiesto, caray, que la corrupción sigue dominando la vida pública.
La política, con sentido patrimonialista, donde además de los negocios lucrativos se añaden el nepotismo, el cuatismo, el amiguismo, el tráfico de influencias y el conflicto de intereses, los peores males de la caja de Pandora.
La política, y por desgracia, como sinónimo del pillaje, y como dijera el predicador Enrique Peña Nieto, “aquel que esté libre de pecado… que tire la primera piedra”.