- Viviré de mis ahorros: Peña Nieto
- “Acabaré con corrupción: AMLO
- Vendrán tiempos bonitos: Cuitláhuac
Barandal
Luis Velázquez
Veracruz.- ESCALERAS: Hay tres frases bíblicas para documentar el optimismo de los 6 millones de habitantes de Veracruz en la pobreza, la miseria, la jodidez, el desempleo, el subempleo, los salarios de hambre y la migración a Estados Unidos.
Una. Me retiraré de la política y viviré de mis ahorros, expresado por Enrique Peña Nieto al reportero Ciro Gómez Leyva.
Dos. Un día después de tomar posesión… acabaré con la corrupción política, cacareada por Andrés Manuel López Obrador, AMLO, el presidente electo.
Y tres. Vendrán tiempos bonitos, manifestada por Cuitláhuac García Jiménez, el gobernador electo, a tono, digamos, con la frase célebre de Javier Duarte a periodistas de Poza Rica de “Pórtense bien, vendrán tiempos peores, caerán muchas manzanas podridas”.
A partir de ahí es tanto, digamos, como rezar todos los días el Padre Nuestro y el Ave María a la hora de acostarse y levantarse para que en las horas diurnas y nocturnas nos vaya bien.
¡Hosanna, hosanna!
PASAMANOS: Peña Nieto dice que “vivirá de sus ahorros”, y, bueno, pareciera una ofensa a la población.
En términos generales, la clase media utiliza la frase cuando queda desempleada y apuesta, cierto, a la esperanza de que una puerta laboral se abra, pero mientras, él y la familia seguirán viviendo con la medianía de los ahorros y que siempre, siempre, siempre, se entiende, son pocos y pronto se agotarán.
Claro, ningún indígena, campesino ni obrero pueden exclamar que “vivirá de sus ahorros”, porque simple y llanamente, están incapacitados, vedados, porque cada día hacen milagros para tener el itacate y la torta en casa.
Pero, caray, que el presidente de la república lance tal frasecita bíblica significa una bofetada a la población.
Y más, como en su caso, luego que en su currículo político están la presidencia de la república, la gubernatura del estado de México y la secretaría de Finanzas y Planeación en Edomex con el ex gobernador, su padrino, Arturo Montiel.
Es decir, trepado en la parte más alta de la ola, siempre con vientos económicos, sociales y políticos favorables.
Sin detenerse, claro, en los amigos dueños de compañías constructoras tan beneficiados con su vida pública.
Peña Nieto es tan tierno con su frasecita como aquella vez cuando revelara, sin pudor, que había olvidado los nombres de los tres libros leídos y/o como cuando dijo a los reporteros que “ya sé que ustedes no aplauden”.
CORREDORES: En el anecdotario político, Javier Duarte creó y recreó la historia de la picaresca cuando dijera a los medios de Poza Rica que “vendrán tiempos peores” y todos han de cuidarse.
Ahora, el góber electo de Veracruz se refocila diciendo, ¡caray!, que “vendrán tiempos bonitos”.
¡Vaya irrealidad!
“Tiempos bonitos” cuando, por ejemplo, Veracruz ha ocupado en un par de ocasiones el primer lugar nacional en feminicidios.
Y el primer lugar nacional en abigeo.
Y uno de los primeros lugares nacionales en secuestros, desapariciones y asesinatos.
Y el primer lugar, más que nacional, en América Latina, con la fosa clandestina, llena de cadáveres, más impresionante y grande del continente, como es “Colinas de Santa Fe”.
Y cuando 6 de los 8 millones de habitantes de Veracruz viven en la jodidez.
Y cuando uno de cada tres jefes de familia lleva el itacate a casa con los “grandes” ingresos del changarro en la vía pública con la venta de picadas, gordas, tacos, garnachas, volovanes, pambazos, tortas y refrescos de cola.
RODAPIÉ: Con tanta corrupción política resulta inverosímil que AMLO, el presidente electo eche el chorizo que en seis años, mejor dicho, apenas tome posesión, es más, quizá ya desde ahora, acabará con la corrupción histórica, tradicional y longeva.
De entrada, con la corrupción de los políticos encumbrados.
Después, con la corrupción de los agentes de Tránsito, policías y ciudadanos, considerando que “tanto peca el que mata la vaca como el que agarra la pata”.
Luego, con la corrupción de los burócratas.
Y, claro, con la corrupción de los líderes sindicales, la mayoría de ellos, perpetuados en el poder, como Carlos Romero Deschamps, Víctor Flores Morales, Pascual Lagunes Ochoa y Víctor García Trujeque.
Y más, cuando en la secretaría de Trabajo designó a una chica de 32 años, toda la vida estudiando, posgraduada en el extranjero, y que será inteligente, brillante, incandescente, pero cohabitar y poner en orden y llamar a cuentas, por ejemplo, a Romero Deschamps y Víctor Flores, los dueños de los sindicatos petrolero y ferrocarrilero desde hace más de veinte años cada uno, resulta inverosímil.
BALAUSTRES: He ahí el retrato del gobernante que se va y los que llegan… a través de lo que el poeta Efraín Huerta llamó “México a través de sus siglas” y de sus frases bíblicas.
Por lo pronto, ahora, en la entrevista con Denisse Maerker, de Televisa, Peña Nieto se la pasó solicitando perdón a la mitad de los habitantes de la república y a la otra mitad.
Y pidió perdón…, por todo, absolutamente por todo, cuando, caray, desde el subcomandante Marcos y el EZLN sabemos que nunca bastará pedir perdón y que es, digamos, facultad única y exclusiva del sacerdote en el secreto de la confesión.
Lo dijo hace más de dos mil años Jesucristo en el Gólgota:
“Padre, perdónales porque no saben”… lo que dicen.
El presidente de la república mueve a risa.
Pedir perdón cuando el más grave pendiente social como es la inseguridad y la zozobra en el diario vivir, con miles de desaparecidos manifiesta insensibilidad social.
Así, creerá que pide perdón y se va tan tranquilo a su mansión.
¡Ah!, y Peña Nieto dice que nunca, jamás, jamás, jamás, pactó con AMLO su triunfo en el domingo sangriento del primero de julio cuando el PRI perdió todo, absolutamente todo.