Luis Velázquez /Barandal
04 de
septiembre de 2019
ESCALERAS: En el mes de septiembre del año 2011, el
primero de Javier Duarte, 33 cadáveres fueron tirados en la avenida Adolfo Ruiz
Cortines, de Boca del Río, frente a la plaza comercial “Las
Américas”. Al día siguiente se efectuaría el cónclave nacional de Procuradores
de Justicia.
Entonces, iracundo, fuera de sí, Duarte tomó el
teléfono y gritoneó al procurador Reynaldo Escobar Pérez y le dijo:
“Convoca a rueda de prensa y asegura que
los 33 muertos eran todos de la delincuencia organizada”.
–Pero todavía estamos investigando.
–Tú declara y punto.
Y colgó.
El procurador cumplió la orden. Pero cuando la
noticia brincó al escenario nacional y trascendió en parte del mundo, Duarte
enloqueció y habló por teléfono al procurador y le mentó la madre.
Reynaldo Escobar le reviró así:
“A mí nadie me mienta la madre. Y por lo
pronto vas y chingas a la tuya. Y ahorita te envío mi renuncia”.
Y renunció. 9, 10 meses habría durado en el
cargo.
PASAMANOS: Muchos meses después, la verdad se impuso solita. El
tiradero de cadáveres era un ajuste de cuentas entre un par de carteles. Uno,
el Cartel Jalisco Nueva Generación, conocido entonces como los Matazetas. Y
dos, los Zetas. Los carteles, riñendo por el control de las rutas del tráfico
de drogas y de indocumentados y los secuestros y los asesinatos y las
extorsiones en Veracruz.
Un mes después, la secretaría de Marina Armada
de México, SEMAR, detuvo a 8 involucrados.
“La verdad, dicen los evangélicos, te hará
libre”.
Reynaldo Escobar quedó limpio, limpiecito, de
aquella intriga palaciega del ex gobernador de Veracruz preso en el Reclusorio
Norte de la Ciudad de México, tan empeñado ahora en purificarse.
CORREDORES: Ahora, la Fiscalía General de
Veracruz ha revelado su verdad sobre el asesinato de 29 personas (12 mujeres y
17 hombres) en el bar “El caballo blanco”, en Coatzacoalcos, la noche
del 27 de agosto.
Según la Fiscalía, en la masacre intervinieron
otra vez el Cartel Jalisco Nueva Generación y los Zetas. De acuerdo con las
versiones, disputando el llamado derecho del piso con sus gravosas cuotas
mensuales y que por lo pronto, han llevado a cinco mil comercios a bajar el
telón, en tanto un montón de empresarios de diferentes rubros y niveles han
migrado del sur.
En el año 2011, el CJGN y los Zetas,
enfrentados. En el año 2019, 8 años después, otra vez los mismos carteles en el
ring.
Cierto, el gobierno de Veracruz dirán que cuando
entraron al palacio de Xalapa los carteles ya estaban aquí. Pero 9 meses
después, aquí continúan, y ni modo de seguir inculpando a los ex gobernadores de
las circunstancias actuales. De hacerlo, ya nadie les cree y hasta se pitorrean
de ellos.