➡24 muertos en 2019.
Redacción/Piñero de la Cuenca/fragmento “música para camaleones”/El Muro Mx
Tuxtepec.- Hace bien el Presidente Municipal de Tuxtepec Fernando Bautista Dávila, en adjudicarse la gestión para que llegue la Guardia Nacional a Tuxtepec. El mérito es todo suyo, no se le puede regatear nada.
No llega la Guardia Nacional por un video de 2 minutos y 2 segundos donde no dijo nada más que lugares comunes en febrero pasado cuando fue asesinado uno de sus directores.
No llega la Guardia Nacional por la solicitud del Senador de Jalisco de Movimiento Ciudadano Carlos Castañeda.
Menos por haberle entregado al Presidente de México Andrés Manuel López Obrador, la revista ‘El Tequio’.
O quizás por provocar el mayor cierre de cortinas en Tuxtepec y aunado a ello, entrar en una recesión irreversible en el “Davilismo”.
Tampoco por la gestión con la Diputada Graciela Zavaleta o las puertas tocadas en el país entero.
Dos años y 4 meses después de haber empezado su gobierno, hay una ciudad que ve un ‘consuelo’ en materia de seguridad.
Hasta en estos temas existe la politización, porque sencillamente el gobierno municipal sobre la delincuencia: No puede. No quiere. No sabe.
La principal “gestión” que dio el gobierno municipal para estar en el nada honroso lugar de ser una región donde se necesita la presencia federal, es porque hubo excusas para combatir la inseguridad por más de dos años y se criminalizó a las víctimas como estrategia de gobierno.
La principal “gestión” del Davilismo ha sido ubicar a Tuxtepec en el mapa como una zona violenta, con una economía local pulverizada por las ocurrencias y los embellecimientos absurdos, de un presidente que lleva más de dos años pensando en “turismo” cuando la ciudad no tiene obras públicas y no ha pasado un solo día sin que los ciudadanos sepan sobre violencia extrema.
Dos años y 4 meses después de la barbarie tuxtepecana, el gobierno federal escuchó a Fernando Bautista Dávila.
Quizá es porque pidió ayuda apenas hace 3 meses y durante el tiempo anterior hizo todo lo que un gobierno puede hacer para convertir la ciudad en un hoyo negro: hacer campaña política en vez de gobernar.