Desde finales de la década de 1980, el mundo ha disfrutado de los inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina (ISRS) y estos antidepresivos como fluoxetina, Prozac, Sertralina, paroxetina, fluvoxamina, citalopram y escitalopram se encuentran entre los medicamentos más recetados en el mundo.
Sin embargo, algunos de estos fármacos también pueden tener efectos secundarios, por lo que hay que tener cuidado con ellos.
Aquí 5 efectos secundarios que pueden tener los antidepresivos:
1) Náuseas
2) Aumento de apetito y de peso
3) Pérdida de deseo sexual y otros problemas sexuales como disfunción eréctil y disminución del orgasmo
4) Fatiga y somnolencia
5) Irritabilidad
Es importante saber que generalmente los antidepresivos tienen una leyenda en sus cajas que señalan que podrían causar tendencias suicidas en pequeños y jóvenes.
Sobre este tema, el portal Medlineplus señala que un pequeño grupo de niños, adolescentes y adultos jóvenes (hasta 24 años de edad) que tomaron antidepresivos durante los estudios clínicos tuvieron tendencias suicidas y que los que ingieren estos medicamentos para tratar la depresión u otras enfermedades mentales pueden tener una mayor probabilidad de quitarse su propia vida que los que no los toman.
La salud mental puede cambiar de manera inesperada cuando se toman antidepresivos, incluso si es un adulto mayor de 24 años. Estos cambios pueden ocurrir incluso si no tiene una enfermedad mental y está tomando antidepresivos para tratar un tipo diferente de afección.
“La persona puede volverse suicida, especialmente al comienzo de su tratamiento y cada vez que su dosis aumenta o disminuye”, advierte dicho sitio web.
Para prevenir este efecto secundario, es recomendable que el médico vea con frecuencia al afectado, especialmente al inicio del tratamiento.
Además, sin importar la edad, antes de tomar un antidepresivo, se deberá hablar con el médico sobre los riesgos y beneficios de tratar la condición con dicha medicina o con otros medicamentos y lo que podría suceder en caso de que el paciente no sea atendido.
Si la persona tratada presenta depresión u otra enfermedad mental aumenta en gran medida el riesgo de convertirse en una persona con tendencias suicidas”, precisa el sitio especializado.
Hablar con el especialista sobre la condición, sus síntomas e historial médico personal y familiar, ayudarán al experto a determinar qué tipo de tratamiento es el adecuado para el caso.
El National Health Service de Inglaterra recalca que es importante continuar el tratamiento, “incluso si se ve afectado por los efectos secundarios, ya que pasarán varias semanas antes de que comience a beneficiarse del tratamiento. Con el tiempo, debe descubrir que los beneficios del tratamiento superan los problemas derivados de los efectos secundarios” y sugiere que “Durante los primeros meses de tratamiento, generalmente verá a su médico o una enfermera especialista al menos una vez cada 2 a 4 semanas para ver qué tan bien está funcionando el medicamento”.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), aunque hay tratamientos eficaces para la depresión, más de la mitad de los afectados en todo el mundo y más del 90% en muchos países no los recibe, ya que la falta de recursos y de personal sanitario capacitados, además de la estigmatización de los trastornos mentales y la evaluación clínica inexacta representan los principales obstáculos.
Recuerda que la depresión no es un juego y que cualquier cambio en el comportamiento de los jóvenes puede indicar este problema de salud.