- Desdén de la Fiscalía
- Solecito, en pie de lucha
Barandal
Luis Velázquez
Veracruz.- ESCALERAS: La vocera del Solecito reveló que en las fosas clandestinas de Colinas de Santa Fe, las más grandes de América Latina, hay, podrían existir unos quinientos cadáveres más.
Lo dice a partir de una segunda filtración que le hizo, digamos, algún secuestrador, algún asesino, de igual manera como en el año 2016, la primera vez cuando un hombre desconocido le entregara un anónimo con el mapa infierno de Santa Fe.
Y, no obstante, al momento, ninguna palabra del Fiscal Jorge Wínckler, tan ocupado como estará con el mil veces anunciado juicio político que el gobernador electo, Cuitláhuac García Jiménez, y los 29 diputados locales de MORENA, más la alianza con otros colegas, le preparan a partir del 4 de noviembre cuando integren la LXV Legislatura.
Tampoco ninguna palabra del Fiscal Eduardo Coronel junior, tan trepado en su filosofía bíblica de “¿Cuál prisa si los desaparecidos… desaparecidos están?”…por más y más que la diputada Marijose Gamboa Torales sostenga que nunca, jamás, la pronunció.
PASAMANOS: Una vez más, igual que en el duartazgo, la indiferencia social. El pitorreo.
El tiempo del desdén y el menosprecio en la tarea de gobernar y ejercer el poder.
La prepotencia winckleariana.
El silencio como el lenguaje oficial luego de que a los diecisiete Colectivos y Solecitos de Veracruz les entregaran la medalla Adolfo Ruiz Cortines en la LXIV Legislatura en el mes de diciembre del año 2016, al principio del bienio azul.
Incluso, después de que en la campaña electoral por la gubernatura fueron apapachados por el candidato del PAN y PRD en Coatzacoalcos, donde fueron trasladados para anunciar el mundo nuevo que vendría.
Después todavía más de que el gabinete winckleriano “se tirara al piso” del ex subsecretario de Gobernación, Roberto Campa Cifrián, chocholeando, ajá, a los Colectivos integrados con padres de desaparecidos y cuya estadística de la muerte asciende, dice la señora Lucía Díaz Genao, a treinta mil sólo, únicamente, en la tierra jarocha, “la noche tibia y callada” de Agustín Lara convertida en la noche más siniestra y sórdida en la historia local.
CORREDORES: Hay paella winckleriana. Fútbol winckleriano. Tuits wincklerianos. Facebooks wincklerianos. Pericospes wincklerianos. Risitas winckleariana. También, filosofía winckleriana.
Por ejemplo:
El Solecito pidió permiso a la Fiscalía para oficiar una misa en Colinas de Santa Fe… y se lo negaron.
El Solecito cabildeó permiso para levantar el Memorial de la tragedia en Colinas de Santa Fe y se lo negaron.
El Solecito solicitó apoyos para seguir escarbando en Colinas de Santa y se lo negaron.
El Solecito continúa en su lucha frenética y desesperada por encontrar a sus desaparecidos y el Fiscal hasta exhibió en las redes sociales a la vocera luego de un raspón con una compañera de la ONG.
El Solecito siguió empujando la carreta por los desaparecidos y la Fiscalía dividió a las diecisiete ONG apostando a la vieja regla perversa de la política de “divide y vencerás”.
Peor aún:
De pronto, la Fiscalía utilizó a una que otra diputada local para sembrar la discordia entre las ONG con el éxito suficiente y necesario para satisfacer y hacer feliz a Wínckler.
RODAPIÉ: Nadie dudaría de que los quinientos cadáveres que están o estuvieran sepultados en Colinas de Santa Fe son del sexenio anterior, pues la saña y la perversidad en contra de los derechos humanos resulta incalculable.
Y más, porque el duartazgo entró a la historia local como el primer sexenio donde la desaparición forzada de personas (la alianza de políticos, jefes policiacos, policías y malandros) se diera en Veracruz, luego de que hacia mediados del siglo pasado trascendiera en el país con la llamada “guerra sucia”, tiempo cuando desaparecían a los líderes indígenas, campesinos y urbanos, incluidos líderes estudiantiles.
Y, si así fuera y/o llegara a documentarse y/o a demostrarse, el nombre de Javier Duarte y sus aliados se hundiría más.
Por eso, resulta extraña y rara la indiferencia y la negligencia de la Fiscalía azul ante la denuncia del Solecito de los 500 cadáveres en Colinas de Santa Fe.
Y más, cuando el gobernador electo ha anunciado que hará todo, absolutamente todo, para esclarecer los crímenes, entre ellos, los de los 24 reporteros asesinados en el duartazgo y la yunicidad, más los tres desaparecidos.
BALAUSTRES: Podrá la generación winckleriana encumbrada en el poder “hacerse pato” con los 500 cadáveres, quizá porque siente la lumbre de Cuitláhuac García y sus 29 diputados de MORENA.
Pero más allá de la circunstancia, la vocera del Solecito cabildea en foros nacionales y extranjeros para seguir removiendo la tierra en Colinas, y así continuará en su búsqueda, luego de que pronto habrá sumado dos gobiernos estatales (uno priista y otro panista), y estará lista para un tercero, ahora de MORENA.
Y es que doña Lucía busca, cierto, a su hijo desaparecido en el puerto de Veracruz, pero su causa se ha vuelto generosa y solidariamente universal con un montón de madres de familia rastreando a sus hijos.
Antes, su lucha era solitaria. Y desde hace un ratito es colectiva. Y su fuerza moral y energía física proviene de una causa común, casi casi religiosa.
Y por eso mismo, invencible.
Más allá de cualquier gobierno efímero.