De acuerdo con datos del estudio Cambio climático y presupuesto público 2018-2024, del cual Beatriz Olivera es autora, el “51 por ciento” de los recursos públicos asignados a este rubro se destinarían al Tren Maya, un “15 por ciento” al “transporte de gas natural1” de la CFE y otro “15 por ciento” más a Sembrando Vida.
Todos estos son proyectos que nada tienen que ver con el combate al cambio climático, afirmó la también directora de la Asociación Civil Engenera este viernes en entrevista con Julio Astillero. Eso quiere decir que solo 19 por ciento del presupuesto está destinado a reducir la emisión de gases de efecto invernadero.
Dijo que, en lo que va del sexenio, se han encontrado programas de fomento a la ganadería y de abasto de leche de las empresas de participación estatal Diconsa y Liconsa, los cuales “no tienen correspondencia” con la “mitigación” de dichos gases. Por el contrario, estas acciones “atomizan” los proyectos que sí tienen una “repercusión” para contrarrestar el cambio climático.
Por ello, hizo un llamado a reasignar los “programas estrella” del gobierno a las áreas que les corresponden, de modo que se pueda aprovechar al máximo la partida presupuestal encaminada a contrarrestar la actual crisis climática.
A manera de ejemplos, manifestó que esta parte del erario tendría que verse materializada en una “movilidad sustentable”, es decir, en “el fortalecimiento del transporte colectivo eléctrico”; o bien, en políticas de “eficiencia energética”, expresadas en la implementación de más panales solares o calentadores de agua de energía solar. También hizo referencia a la agroecología, que no es sino la aplicación de los principios ecológicos y sociales para producir alimentos con un menor coste ambiental.
Para finalizar, recordó que México es un país “vulnerable” a los efectos del cambio climático. Principalmente, las “zonas costeras”, como Tabasco, que se inundan con facilidad porque el mar está invadiendo cada vez más territorio.