México.- El sueño, las relaciones sexuales, la depresión posparto y la lactancia son algunas de las cuestiones que aborda una guía escrita a seis manos por dos pediatras y un ginecólogo.
La maternidad y paternidad es una aventura apasionante, aunque también es un momento en el que afloran muchas dudas y miedos, especialmente si se trata de primerizos. ¿El bebé estará bien?¿Me estaré cuidando lo suficiente? ¿Puedo hacer ejercicio? ¿Cómo será el parto? Y una vez nace el bebé, la incertidumbre continúa desde el momento en que abandonamos la clínica sin libro de instrucciones. ¿Por qué llora? ¿Cómo nos adaptamos a la nueva vida? La temida depresión posparto… Para orientar en toda esta aventura, los pediatras Eduard Estivill y Gonzalo Pin y el ginecólogo Carlos Salvador editaron: Ser mamá: el antes y el después. Guía para una maternidad feliz (Plaza y Janés) una especie de decálogo de la “maternidad feliz” tratando algunos de los ítems que más preocupan a la hora de enfrentar la maternidad.
La guía se centra en los cien últimos días de embarazo y los cien que siguen al parto para abordar temas como el sueño –de madre y bebé, especialmente-, la alimentación, las vacunas o las relaciones sexuales. Los autores subrayan que lo que aparece en el libro no son opiniones sino aspectos sobre los que hay “evidencia científica”, puntualiza el pediatra Eduard Estivill.
Estos son algunos de los aspectos que hay que cuidar durante el embarazo y tras el parto:
La mejor postura para dormir
Los últimos meses de embarazo pueden ser una auténtica tortura para las madres a la hora de dormir. La prominente barriga y los movimientos del feto, que cada vez tiene menos espacio, no facilitan el tan necesario sueño reparador. Los especialistas recomiendan a las madres dormir del lado y, si puede ser, recostadas sobre el costado izquierdo para evitar la presión en la vena cava que pueda provocar hipopresión. Un almohadón entre las piernas también ayuda a mejorar la postura, y otro sobre los tobillos facilitará la circulación. No es recomendable dormir boca arriba, porque puede agravar los problemas de espalda, además de provocar problemas digestivos y agravar los derivados de las hemorroides.
Bebés y mamás.
En el caso de los recién nacidos, se recomienda que el bebé duerma boca arriba en lugar de ponerlo de lado –algo que facilita que se acaben dando la vuelta-. En ningún caso debe ponerse boca abajo para minimizar el riesgo de muerte súbita. No taparles la cabeza, evitar los almohadones y que el bebé duerma en la habitación de los padres hasta los cuatro meses son otros de los consejos.
Bebés y mamás.
Qué comer
Durante el embarazo, es importante la ingesta de proteínas, básicas para la formación de células y tejidos de huesos, músculos y órganos vitales como el corazón. Carne (que debe estar bien hecha), huevos y productos lácteos, además de legumbres o cereales, deben estar en la dieta de toda embarazada, detallan en el libro. También hay que contar con la energía que aportan los hidratos de carbono. Además es básico el consumo de pescado y la ingesta de fruta y verdura, en este caso a diario. Lo ideal es hacer cinco comidas ligeras.
Bebés y mamás.
Hay que reducir el consumo de sal y los alimentos dulces, especialmente industriales, evitar las bebidas con gas y, por supuesto, el consumo de alcohol. También hay que tener en cuenta que la digestión de una embarazada es más lenta.
¿Puedo hacer ejercicio?
Durante el embarazo es recomendable practicar deportes como la natación, que favorece el cuidado de la espalda y activa la circulación sanguínea. Las clases de preparación al parto también son útiles para trabajar la relajación y reforzar la musculatura.
Tras el parto los ejercicios hipopresivos favorecerán que los músculos vuelvan a su sitio a la vez que se trabajará el suelo pélvico, resentido del peso extra durante la gestación.
Relaciones sexuales, ¿sí o no?
Sin problemas a no ser que el médico recomiende lo contrario (por ejemplo, si hay riesgo de rotura de bolsa). En el caso de las mujeres, a algunas les aumenta el deseo sexual durante el embarazo y a otras les desaparece. La recomendación del libro es que no se mantengan relaciones demasiado frecuentes ni profundas. Por otro lado, practicar sexo días antes del parto puede ayudar a que éste se adelante debido a una sustancia del semen (prostaglandina) que estimula las contracciones.
Bebés y mamás.
Cuidar el sueño
Durante el primer año de vida de un recién nacido los padres “pueden perder hasta 700 horas de sueño”, explican los especialistas. Algo que repercute en cómo se afronta la maternidad y paternidad. Por eso se recomienda aprovechar los momentos en que el bebé duerme para que lo hagan también los padres, especialmente la madre.
El llanto del bebé
La experiencia ayudará a los padres a reconocer los motivos por los que el recién nacido llora: cólicos, hambre, sueño o dolor. En caso de desconocer los motivos por los que llora, un baño relajante, ponerle música, hablarle suavemente u ofrecerle el chupete pueden ayudar a calmarlo.
¿Pecho o mamadera?
La OMS recomienda, siempre que sea posible, lactancia materna exclusiva durante los seis primeros meses de vida del bebé. Además dar el pecho ayuda a prevenir la diabetes, la otitis e incluso el síndrome de muerte súbita. A esto hay que sumar los beneficios que también reporta a la madre ya que se asocia la lactancia con la reducción del riesgo de padecer algunos cánceres como el de pecho u ovarios. Además, ayuda a recuperar el peso más rápidamente.
El libro tranquiliza a las madres que no pueden o no quieren dar el pecho. En el mercado hay muchas leches preparadas que se asemejan bastante a la materna. Además, explican, dar el biberón favorece el vínculo padre-hijo.
Durante el primer año de vida de un recién nacido los padres pueden perder hasta 700 horas de sueño, explican los especialistas.
La depresión posparto
El descenso hormonal tras el parto puede derivar en la madre en estados de tristeza. Algo a lo que no ayuda el cansancio acumulado y las molestias físicas tras el alumbramiento. Hay que pensar que este estado de ánimo es normal y transitorio durante las dos primeras semanas. Aún así, es recomendable favorecer espacios para que la madre pueda descansar o que tenga momentos para relajarse.
Pero si esa tristeza se prolonga más en el tiempo –más de 15 días- hay que consultar al médico. Algunas señales que pueden alertar de que algo no va bien son: incapacidad de dormir aún estando cansada, preocupación desmesurada por el bebé o indiferencia o cambios bruscos de humor. Comer bien e intentar descansar, además de hacer ejercicio (caminar), pueden ayudar a mitigar el riesgo de padecer depresión.
Fuente: La Vanguardia.