*Este domingo se cumplen 100 años de la promulgación de la constitución mexicana. De acuerdo con la UNAM, el 84 por ciento de los mexicanos considera que la Carta Magna se cumple poco o nada; el 56.1 por ciento dice conocerla poco y el 52.7 desconoce el año en que se aprobó y no la relaciona con la Revolución Mexicana. El estudio realizado por la Máxima Casa de Estudios reveló que la democracia mexicana está cimentada sobre una débil cultura de la legalidad, fruto de la desconfianza de los ciudadanos hacia las instituciones. En este marco, el Presidente de México, Enrique Peña Nieto, reconoció que el centenario de la Constitución ocurre en un contexto complejo.
Ciudad de México, 5 de febrero (SinEmbargo).– A 100 años de la promulgación de la Constitución Mexicana, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) reveló que sólo el 84 por ciento de los mexicanos considera que la Carta Magna se cumple poco o nada; el 56.1 por ciento dice conocerla poco y el 52.7 desconoce el año en que se aprobó y no la relaciona con la Revolución Mexicana. Además, destacó que la democracia mexicana está cimentada sobre una débil cultura de la legalidad, fruto de la desconfianza de los ciudadanos hacia las instituciones.
Este domingo, el Presidente de México, Enrique Peña Nieto, reconoció que el centenario de la Constitución ocurre en un contexto complejo.
“El centenario de la Constitución ocurre en un contexto complejo, en un ambiente de desencanto y preocupación. Vivimos momentos cruciales, se ha conjuntado desafíos del interior con retos del exterior”, dijo el Ejecutivo federal en la celebración del aniversario de la Constitución en el estado de Querétaro.
Antes, el Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Luis María Aguilar, afirmó que autoridades y mexicanos deben cuidar la autodeterminación y soberanía nacional frente a coyunturas.
“Ni líderes de Gobierno preponderantes ni factores económicos o políticos ni circunstancias coyunturales deben determinar la fuerza del cambio. Nuestro destino como nación encuentra guía en los principios de autodeterminación y no intervención”, expuso.
“A todos nos debe unir el conjunto de principios y valores constitucionales, esos que las circunstancias exigen, hoy más que nunca, no dejar de cuidar y preservar, cómo son la soberanía nacional, la autodeterminación, la igualdad jurídica de los Estados, la solución pacífica de las controversias y la garantía de respeto a los derechos humanos”, añadió.
Este mismo día fue publicada oficialmente la primera Constitución de la Ciudad de México, un hecho que las autoridades calificaron de histórico y que supone un paso importante para convertir la capital del país en el estado número 32.
La ciudad “siempre ha estado en una constante búsqueda de mejora, y de consolidar los derechos de la Revolución (mexicana) o de la reforma”, señaló el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, en la firma del decreto promulgatorio que ordena la publicación de la Carta Magna.
En el marco del aniversario de la Constitución mexicana, la Máxima Casa de Estudios realizó una encuesta que arrojó que uno de cada cuatro mexicanos piensa que “violar la ley no es tan malo, lo malo es que te sorprendan”; el 46.6 por ciento dice que los miembros de una comunidad tienen el derecho de tomar justicia por mano propia; y 27.3 por ciento está de acuerdo con que un funcionario público puede aprovecharse de su puesto si hace cosas buenas.
Lo anterior, según los resultados de la Tercera Encuesta Nacional de Cultura Constitucional: los mexicanos y su Constitución, elaborada por especialistas del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) (Departamento de Investigación Aplicada y Opinión) de la UNAM, en homenaje a la Constitución de 1917, en el centenario de su promulgación.
Esta encuesta –aplicada a nivel nacional en mil 200 casos en vivienda a población de 15 años y más, en octubre de 2016– es la tercera de una serie iniciada en 2003, y ofrece la posibilidad de mirar la evolución de los saberes y opiniones de los mexicanos sobre su Constitución, el cumplimiento de la ley y la democracia. Sus resultados se analizan en el libro “Los mexicanos y su Constitución”, coordinado por Héctor Fix-Fierro, Julia Isabel Flores y Diego Valadés, que se presentó el viernes pasado en el XIII Congreso Iberoamericano de Derecho Constitucional, en el Palacio de Minería.
La pregunta central que considera la UNAM es hasta qué punto, 100 años después, los mexicanos se identifican con su Constitución y la hacen suya mediante el conocimiento no sólo de los preceptos que componen el documento, sino también de las instituciones y las estructuras de gobierno que se han creado con fundamento en ella; no únicamente mediante la percepción de su cumplimiento por las autoridades y los conciudadanos, sino además por la disposición propia a acatar dichos preceptos y reconocer los principios y valores que los subyacen.
De acuerdo con los resultados de la universidad, la democracia mexicana está cimentada sobre una débil cultura de la legalidad, fruto de la desconfianza de los ciudadanos hacia las instituciones, de los elementos autoritarios presentes en segmentos de la población a lo largo del país, de la percepción negativa del desempeño de las instituciones y funcionarios encargados de la procuración y administración de la justicia.
A ello se suman factores como un bajo sentido de eficiencia del ciudadano frente a las autoridades, los vestigios del presidencialismo, la desigualdad social y la exclusión, que amplían las diferencias entre los diversos sectores de la sociedad y la ausencia de una tradición de exigencia de cuentas.
La investigación de la UNAM demuestra la alta valoración que la mayoría de los entrevistados tiene de la ley, que es percibida como un ideal de forma de vida. Así, al preguntar ¿qué es más importante para usted?, la mayoría de los entrevistados (57.1 por ciento) eligió la opción “Una sociedad donde se apliquen y respeten las leyes”, por sobre otras como “Una sociedad sin delincuencia” (55.4 por ciento), “Una sociedad donde existan menos diferencias entre ricos y pobres” (42.8 por ciento) y “Una sociedad más democrática” (24 por ciento).
No obstante, pone de relieve el desconocimiento en sectores mayoritarios de la población sobre sus derechos, así como dificultades para el acceso a los servicios de impartición de justicia.
Esta valoración de la ley por parte de los entrevistados, reveló la encuesta, no es incorporada en las prácticas. Así, uno de cada cuatro está de acuerdo con la frase “Violar la ley no es tan malo, lo malo es que te sorprendan”. Sin embargo, ante el cuestionamiento: En una escala de cero a 10, en donde cero es no respeta nada y 10 es respeta mucho, ¿qué tanto cree que las personas respetan la ley?, el promedio que se obtuvo fue de 6.3 puntos. Utilizando la misma escala se preguntó: ¿qué tanto respeta usted la ley?, el promedio que se dieron a sí mismos, de 7.7 puntos, es mucho más favorable.
La desconfianza y percepción negativa de las instituciones que imparten justicia y la percepción de la impunidad han llevado a la población a encontrar caminos informales, y en ocasiones ilegales, para el arreglo de sus conflictos. Así, casi la mitad (46.6 por ciento) considera que los miembros de una comunidad tienen el derecho, o en parte, de tomar justicia por mano propia. Igualmente, 47 por ciento dijo estar de acuerdo, o de acuerdo en parte, con que se torture a un detenido para que confiese un delito.
Ello muestra un endurecimiento de la población debido al incremento de la inseguridad y la violencia en las últimas décadas, a la vez que plantea tensiones con los derechos humanos, que en opinión de la mayoría de los encuestados se deben respetar estrictamente.
Los datos de la encuesta arrojan que hay un bajo conocimiento sobre la Constitución: la mayoría (56.1 por ciento) considera que conoce poco de ella. En tanto, 52.7 por ciento desconoce el año en que se aprobó y tampoco la relaciona con la Revolución Mexicana: tres de cada 10 piensan que la Carta Magna actual nació a partir de la Independencia de México.
“Estos resultados indican que se hace poco por socializar un patrimonio jurídico y cultural –la Constitución–, que debiera ser un punto de referencia, diálogo y debate”, mencionó la UNAM en un comunicado.
De acuerdo con los resultados, la cultura de la legalidad, tal y como se presenta en los medios, es percibida como algo alejado de la vida cotidiana: como algo exigible a los políticos y poderosos, o bien como un ideal deseable, pero inaccesible.
“La otra cara de la legalidad, su cara positiva, la legalidad en la vida cotidiana, no constituye un objeto de atención al no ser objeto de noticia”, precisó la universidad.
El 80.9 por ciento de los encuestados está de acuerdo con la frase “Las leyes tienen que cumplirse estrictamente si queremos conservar nuestra forma de vida”, mientras que el 27.3 por ciento estuvo de acuerdo con que un funcionario público puede aprovecharse de su puesto si hace cosas buenas.
La UNAM destacó que en México, el respeto a la ley y su aplicación son asuntos no resueltos, “lo que representa una tarea pendiente para la consolidación democrática”.