Luis Velázquez | Escenarios
08 de junio de 2021
UNO. Mártires de la Democracia
Así como enfermeras y médicos fallecidos con el COVID atendiendo a los pacientes fueron declarados mártires…
Y como los católicos militantes del Movimiento Cristero ejecutados también fueron ungidos mártires de Cristo…
Y de igual manera como Luis Donaldo Colosio Murrieta fue declarado Mártir Priista…, los candidatos a presidentes municipales y diputados locales y federales asesinados en la jornada electoral del año que camina también deben, necesitan, justicia divina y justicia terrenal, declararse Mártires de la Democracia. 96 en total.
Veracruz, campeón nacional.
DOS. El mártir de Cazones
El último Mártir de la Democracia Electoral en Veracruz fue René Tovar Tovar, candidato a la alcaldía de Cazones nominado por el Movimiento Ciudadano.
Lo mataron de ocho tiros. Cinco más que a Rosíta Alvírez y a quien de los tres que asestaron solo uno era mortal.
Ese mismo día, viernes 4 de junio, otros Mártires de la Democracia. Dos en Coxquihui, en la sierra de Papantla.
Una emboscada en contra del candidato a la alcaldía por “Fuerza por México”, Fernando Pérez Vega. Dos miembros de su equipo ultimados por los tiros en la llamada fiesta de las balas.
TRES. Orgía de sangre
En el ranking nacional cacarearon que se trata de las elecciones más importantes de la historia pues el mismo domingo fueron votados quince gobernadores, 500 diputados federales, treinta Congresos locales y montón de presidencias municipales.
Pero…bueno, dado el vértigo de pólvora más bien se trató de las elecciones más violentas, más sangrientas de la historia.
CUATRO. Retroceso electoral de cien años
De si ganaron los candidatos y sus partidos. De si ganó el OPLE, Organismo Público Local Electoral. De si ganó el INE, Instituto Nacional Electoral. De si ganó el gobierno de Veracruz y/o el federal.
Y/o de si ganaron los malandros, sean delincuencia organizada o común, cada ciudadano de a pie tendrá su percepción y creencia y seguridad y certeza.
De hecho y derecho, pareciera que con tanta violencia regresamos al primer tramo del siglo XX cuando las elecciones se decidían a partir de los balazos y los crímenes.
Un retroceso electoral de unos cien años.
CINCO. Se bajaron del caballo…
Muchos aspirantes a una alcaldía o curul mejor declinaron la nominación.
Simplemente, era su vida o la muerte, con todo y la tentación imperial y faraónica de la silla embrujada del palacio municipal y la curul del Palacio Legislativo.
Un candidato a la alcaldía fue asesinado. Y la esposa quiso tomar la estafeta. Pero a la primera de cambios la acalambraron y mejor declinó.
Su vida y la vida de sus hijos y su familia, por encima de la gloria efímera del poder.
Días rudos y duros para la democracia electoral. Y para la tranquilidad pública. Y para el llamado Estado de Derecho, cuya esencia superior es garantizar la seguridad en la vida y en los bienes. Más, mucho más, en la vida… que los bienes, ya se sabe, van y vienen, si regresan, como con Job según la historia bíblica.
SEIS. Dueños de las pelotas
La violencia electoral en Veracruz será quizá tema de análisis y reflexión de la política estatal. La ola vertiginosa de incertidumbre y zozobra resulta indicativa y significativa.
Una primera hipótesis es que los malosos siguen ganando la batalla, dueños de las pelotas y las canicas.
Y de continuar así, caray, resultaría una desgracia, un infortunio, una desventura que pasaremos a un Narco Estado o Estado Narco.