- Ganar elecciones
Barandal
Luis Velázquez
Veracruz.- PASAMANOS: Los duartistas siguen bajo las cuerdas. Llevan dieciséis meses y diez días, “a salto de mata”. Y es que saben, están conscientes, que si se mueven, la guillotina yunista caerá, implacable, sobre ellos. Y los decapitará. Mínimo, dormirán en el penal de Pacho Viejo.
Unas veces, han levantado la mano para decir que hay una persecución política. Con tal cantaleta empezó Javier Duarte. Siguió Karime Macías. Continuó Moisés Mansur Cisneyros.
Y desde el penal de Pacho Viejo, otros, “se lavaron las manos”. Mauricio Audirac inculpando de trastupijes a Carlos Aguirre Morales. María Georgina Domínguez a Alberto Silva. Francisco Valencia a Carlos Aguirre. Juan Antonio Nemi Dib a Fernando Benítez Obeso y Pablo Anaya.
El resultado es uno solo, dramático:
Todos saben que si hablan con los medios, se lucen en alguna pasarela, operan para un candidato priista a un cargo de elección popular, salen de compras a plaza comercial de lujo, publican en la prensa rosa una foto de reunión familiar, etcétera, la cárcel los espera.
Todos, acalambrados con el terrorismo proveniente del ORFIS, Órgano de Fiscalización Superior, la Comisión de Vigilancia del Congreso, la Contraloría y la Fiscalía cacareando tantas y tantas y tantas denuncias penales listas para aplicarse en caso de un desliz.
ESCALERAS: La táctica yunista es la siguiente:
Mauricio Audirac apareció en una plaza comercial de Puebla que intentando comprar una camioneta de lujín y en los días siguientes lo detuvieron.
Juan Antonio Nemi Dib tomó café en Xalapa con el economista Rafael Arias Hernández y la prensa lo emboscó y dijo que “quien nada debe… nada teme”, y a los pocos días lo detuvieron.
Gina Domínguez publicó una columna política en un periódico anunciando su regreso a los medios y que la detienen.
El constructor de la ex Torre Pediátrica, César Augusto Morando, pidió audiencia para que le pagaran cantidad millonaria que Javier Duarte le dejara y que lo detienen.
Flavino Ríos Alvarado se trepó en el macho diciendo que nada debía por facilitar el avión a Javier Duarte para huir a Guatemala y que lo detienen.
César del Ángel, el mítico dirigente de los 400 Pueblos, paseó tranquilo de la pena y que lo detienen por el zipizape en contra de las elites panistas saliendo del Palacio Legislativo.
Fidel Velázquez lo decía así:
“El que se mueve… no sale en la foto”.
La frase bíblica tendría un cambio de palabritas:
Quien se mueve… termina en Pacho Viejo.
CORREDORES: Muchos, muchos, muchos priistas están atrapados y sin salida en el infierno.
Incluso, y con fuego amigo.
Por ejemplo, Felipe Amadeo Flores Espinoza, ex de todo menos de gobernador, y Mario Tejeda Tejeda, presidenta de “Vía Veracruzana”, quienes semanas anteriores renunciaron al PRI para pasarse al PAN yunista, lo describen de la siguiente manera:
“Nunca como ahora nos han madreado tanto en los medios, en las redes sociales, en el WhatsApp y en el Twitter. Nos están crucificando”.
Los otros priistas, aquellos que todavía se mantienen fieles al viejo paquidermo partidista, andan con bajo perfil, temerosos de dormir sobre una cama de piedra en Pacho Viejo.
Y ni hablar, más vale seguir así.
A: El terrorismo yunista (Fiscalía, ORFIS, Contraloría y Congreso, todos juntos, todos aliados, el Cuarteto de Instituciones en un Frente Común) que galopa de norte a sur y de este a oeste está implacable.
B: Y más, mucho más, porque entre más duartistas presos… más podría, digamos, amacizar la candidatura del PAN, PRD y MC a gobernador, pues el hartazgo ciudadano en Veracruz se originó, primero, con el obsceno saqueo de las arcas oficiales, y segundo, con la desaparición forzada.
C: El calambre del Cuarteto de Instituciones tiene en la mira a casi quinientos ex funcionarios y ex servidores públicos, incluso, en funciones, pero ha omitido revelar el nombre de cada uno.
Y por añadidura, el terror y el horror se multiplican.
CASCAJO: El ORFIS, Órgano de Fiscalización Superior con su impoluto Lorenzo Antonio Portilla Vázquez, ha establecido tres ejes rectores del terrorismo yunista:
Uno. Que cada uno de los políticos acusados del presunto desvío de recursos comparezca para aclarar cuentas.
Dos. Que “devuelvan el dinero robado”.
Tres. O la cárcel los espera.
En contraparte, más de treinta políticos, jefes policiacos y policías están presos en Pacho Viejo, sujetos a proceso penal.
Algunos han solicitado amparos y han fallado en el intento.
Incluso amparos federales.
Fernando López Arias, 1962/1968, decía que “en la vida de un hombre sólo hay un camino: el de la dignidad”.
Por eso, es la hora de que los duartistas (exsecretarios y subsecretarios, exdirectores, ex presidentes municipales, exediles, etcétera) enfrenten la realidad.
De entrada, un buen abogado, un mejor fiscalista, por ejemplo, y cabildear por la vía diplomática un acercamiento con la autoridad correspondiente para rendir cuentas con papelitos por delante.
Y a partir de ahí, la gran defensa.
De lo contrario, todos los días, en cada nuevo amanecer, seguirán bajando al fondo del infierno.
Y más porque cuando la elite gobernante tiene en la mira a un cristiano basta que lo acusen de desviar un solo peso público (aunque sea un invento) para terminar en la cárcel.