Por: Yolanda Portugal│ Misión Especial
Istmo de Tehuantepec, Oaxaca. – La mañana del 8 de septiembre del 2017 Juchitán era la palabra más escrita en redes sociales; la ciudad había sido reducida a escombros por el gran terremoto.
El icónico mercado ya no estaba más, sus mujeres no tuvieron a donde volver aquel 8 de septiembre, sin embargo, no duraron en levantarse y trabajar.
Tomaron como nuevo cuartel la explanada del parque municipal y en las calles, aún entre escombros ya había, pescado, pollo garnachero, camarón, tamales, pollito, iguana.
Hoy, mientras unos conmemoraban el años del sismo, ellas trabajaban, como en los últimos 12 meses.
Entre sabores, colores, el sonido del zapoteco y el tradicional “ma” puedes encontrar una variada gastronomía, hecha de diferentes técnicas y que hoy, tiene un valor agregado, el baño de seguir ahí, de sobrevivir a la destrucción y a la indiferencia del gobierno, ya que encuentra vida y permanencia en su misma gente.
Hoy esperan que su mercado sea reconstruido, se cuestionan si aguantará, pero no importa la respuesta, ellas estarán ahí siempre.