Luis Velázquez | El Piñero
06 de abril de 2021
ESCALERAS: Las agresiones, el acoso sexual y el abuso policiaco y de otros servidores públicos de Veracruz fue puesto en el palenque nacional.
Y lo exhibieron migrantes de Nicaragua y Hondura. Ventilados todos ellos en La Jornada-México.
Tiempo, incluso, cuando el gobierno jarocho de la 4T ha otorgado facultades constitucionales a la secretaría de Seguridad Pública para conferirle más poder, poder total y absoluto, además, el blindaje social con la llamada Ley Garrote, Ley Bozal, Ley Mordaza con las reformas penales para encarcelar dos a seis años a los ciudadanos de a pie que vociferen y agredan a un policía.
PASAMANOS: Los centroamericanos revelaron los peores atropellos a los derechos humanos.
Fue en un hotel de Minatitlán, “cuando los policías los detuvieron de manera violenta y los trasladaron a la estación migratoria de Acayucan donde permanecieron tres días”.
Un trío de mujeres de Nicaragua, acompañadas de un cuarteto de niños, “señalaron que en Acayucan las encerraron durante tres días en una habitación pequeña junto con otras 21 personas. Les dieron comida en mal estado y durmieron sobre colchones sucios”.
CORREDORES: También precisaron que sus hijos, todos niños, padecen tos y gripe, luego del viaje de sus países a Veracruz camino a Estados Unidos, pues todos a la intemperie y expuestos, además de la violencia, al mal tiempo.
Es más, para que ninguna duda exista de las vejaciones a sus derechos humanos filmaron un video con sus celulares mostrando “las condiciones indignas en que las mantuvieron en las instalaciones del Instituto Nacional de Migración, en Acayucan: comida en el suelo, hacinamiento e insalubridad”.
Y eso que se trata de una dependencia oficial. Y estamos en el tiempo de la 4T. El tiempo, caray, de la purificación moral y la honestidad valiente.
BALCONES: El sacerdote de la Teología de la Liberación, José Alejandro Solalinde Guerra, ahora en el ejército obradorista, aseguraba que Veracruz es el peor paso de México para los migrantes de Honduras, Guatemala, San Salvador y Nicaragua, que huyendo de la la pobreza y la miseria y la violencia abandonan sus pueblos y sus familias y sus raíces y su cordón umbilical soñando con la tierra prometida, el paraíso terrenal, en el país vecino.
Muchos años después del fidelismo y el duartazgo, los migrantes siguen contando la misma historia. Veracruz, con las instalaciones infrahumanas del Instituto de Migración en Acayucan, “lo peor que les ha pasado en su travesía por México”.
PASILLOS: Además, el abuso sexual en contra de las mujeres.
Además, interpusieron la denuncia ante las instancias de derechos humanos estatales y federales y la única respuesta es, ha sido, fue el silencio.
Ni siquiera, vaya, respondieron a las llamadas de auxilio.
Indiferencia, desdén, menosprecio.
Según La Jornada-México, Solalinde informó a la Comisión Nacional de Derechos Humanos del abuso policiaco en Veracruz… y como siempre, que ya investiga.
La misma cantaleta y estribillo de toda la vida. Solo resta repetir la misma frase obradorista de “¡Ya cállense, chachalaca” con sus promesas vacuas!