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A la hora de empezar una dieta saludable, el aceite de oliva es nuestro mejor aliado. A parte de contener grasas benéficas para el corazón, acelera la pérdida de eso “kilitos” de más que tanto nos hacen sufrir.
De acuerdo a un reciente estudio publicado por la revista American Journal of Nutrition, aderezar las ensaladas u otras comidas con aceite de oliva aumenta el flujo de sangre al cerebro, en específico a áreas asociadas a la sensación de satisfacción. En concreto, reduce el apetito.
Sin embargo, si ingerimos todas las mañanas una cucharada de aceite de oliva con jugo de limón, el efecto benéfico en nuestra figura y salud es mayor. ¿Por qué?
Esta combinación mejora la lubricación de la mucosa digestiva, a la vez que activa la función de hígado y vesícula. Si lo haces por dos semanas, tu cuerpo estará libre de toxinas y de todo aquello que no necesite.
Investigaciones en todo el mundo han encontrado que dormir poco aumenta los niveles de leptina (hormona del hambre), y retarda el proceso digestivo. Sin embargo, esto puede sulucionarse ingiriendo una cucharada de aceite de oliva.
Es importante, que este consumo forme parte de una dieta balanceada; baja en grasas saturadas y alta en fibra. ¡Estar sanos es una elección!
con información de salud180.com