Redacción El Piñero
Veracruz, México.– En una secuencia de eventos digna de una novela de excesos, la madrugada del pasado domingo se convirtió en el escenario de caos y desgracia cuando Erick “N”, hijo de la alcaldesa de Ixhuatlán del Café, Dora Galicia Contreras, protagonizó un accidente automovilístico a la altura de la Barranca de Jamapa, dejando como saldo cinco personas lesionadas y cuantiosos daños materiales.
El derrotero de Erick comenzó en el concierto de Haragán, donde disfrutó de la compañía de amigos y continuó su periplo en el vibrante espectáculo de La Trakalosa. Sin detenerse, el escenario se trasladó al rodeo de la Feria del Señor de La Piña, donde las celebraciones parecían no tener fin.
La odisea nocturna de este joven culminó en la carretera estatal Fortín-Huatusco, donde, en un giro trágico, perdió el control de su vehículo Corolla blanco, colisionando violentamente con una camioneta de redilas. La familia que se desplazaba en la camioneta, a camino del campo para una jornada de trabajo, quedó aturdida por el impacto, mientras el caos se desataba en la madrugada.
Los ocupantes de la camioneta, identificados como Iván “N” de 28 años, Verónica “N” de 23 años, un menor de seis años, Teresa “N” de 64, y Enrique Loyo de 45 años, originarios de Coscomatepec, resultaron lesionados, dos de ellos en estado delicado. La magnitud de la tragedia se vio agravada por la actitud de Erick “N”, quien, aprovechando la confusión reinante, se dio a la fuga con su novia, presuntamente en una patrulla de Ixhuatlán del Café, municipio regido por su madre bajo la bandera de Morena.
El suceso ha dejado una estela de indignación entre los habitantes de la región, quienes exigen que se haga justicia y se responsabilice a los involucrados. La comunidad clama por transparencia en la investigación, esperando que la influencia política no entorpezca el curso legal. La travesía nocturna de Erick “N” ha dejado huellas imborrables en la vida de las víctimas y sus familias, recordándonos que la imprudencia y la irresponsabilidad no distinguen cargos públicos ni apellidos ilustres.