Redacción El Piñero
Loma Bonita, Oaxaca.– En el oscuro capítulo de la vida de Loma Bonita, se apaga la luz de Esteban Murcia Justo, conocido en esta tierra piñera como “Lemus”. Un personaje icónico, cuyo adiós resonará en los rincones más olvidados de esta comunidad piñera.
La historia de Lemus, como la de muchos, se teje entre hilos desgarrados y recuerdos desvanecidos. Este anciano, marcado por el abandono, cargaba en su espalda el peso de una adicción pasada, que le valió la indiferencia de aquellos que alguna vez lo llamaron familia.
En su rincón solitario, Lemus enfrentó los embates del tiempo, sin más compañía que la sombra de sus recuerdos. Una familia que lo abandonó al vislumbrar su enfermedad, siete hermanos que se redujeron a tres, con nombres sepultados en el eco del pasado. Alberto, Érasmo, Martin Bustos Murcia, este último, ya descansa en Tierra Alta.
En el tejido de la existencia de Lemus, tres hermanas persisten, aunque la suerte de una de ellas yace en el misterio. La serenidad que caracterizaba a este hombre solitario no dañaba a nadie; más bien, se manifestaba como un faro taciturno en medio de las aguas tumultuosas de la vida.
Hoy, Lemus se despide en la Casa del Agricultor, donde pasó sus últimos días. Las paredes de este refugio, testigos silenciosos de su soledad, resguardarán ahora su ausencia. En el eco de los vientos que barren Loma Bonita, la historia de Lemus se desvanece como el susurro de un último suspiro, dejando tras de sí la melancolía de un hombre que vivió en las sombras, pero cuya luz, aunque tenue, no dejará de titilar en la memoria de aquellos que lo cruzaron en el camino de la vida.