- Que nunca se olvide…
Luis Velázquez/ Barandal
Veracruz.- ESCALERAS: El corresponsal de Proceso en Veracruz, Noé Zavaleta, y el fotógrafo Germán Canseco, autores, con otros más, del libro “Los buscadores”, lanzaron una insólita cruzada cívica, social y moral desde la facultad de Comunicación de la Universidad Veracruzana, FACICO/UV.
La cruzada moral consiste en lo siguiente:
De entrada, que cada uno de los estudiantes de la FACICO adopte, o pudiera adoptar, a un desaparecido con un solo objetivo, como es contar su historia en todos lados, en el mayor número posible de lugares, por todos los caminos, desde el medio impreso y hablado hasta “las benditas redes sociales” para que nunca, jamás, su historia trágica y desventurada sea olvidada.
Pero, también, para que a la secretaría de Seguridad Pública se le recuerde su incapacidad, fracaso e indolencia para garantizar el Estado de Derecho y que significa garantizar la seguridad en la vida y en los bienes.
Y, de igual manera, para recordar cada vez que se pueda al fiscal el grave, gravísimo pendiente de buscar a los desaparecidos.
PASAMANOS: Desde hace ocho años que dura ya el peor capítulo social de Veracruz con los desaparecidos (seis años de Javier Duarte y dos de Miguel Ángel Yunes Linares), por vez primera un trabajador de la información levanta la mano para encabezar un movimiento social sin precedente.
Y que si en otras entidades federativas las ONG lanzaron, por ejemplo, que cada ciudadano adoptara un funcionario público para seguir la pista de corrupción…
Y entre los animalistas hay un movimiento social para adoptar un animalito callejero, perrito o gatito, de preferencia…
Y si en algunos países de Europa hay una corriente para adoptar a un senil sin familia…
Entonces, Noé Zavaleta abandera la mejor causa social de su vida, luego de escribir dos libros sobre desaparecidos, un caso alarmante que ha llevado a AMLO, el presidente electo, a que el próximo 2 de diciembre, en su primera gira de trabajo a Veracruz, declare a la entidad jarocha en “una crisis humanitaria”.
Según el Solecito de la maestra Lucy Díaz Genao, hay en Veracruz treinta mil desaparecidos.
Según la diputada local, Marijose Gamboa, son quince mil.
Según la Fiscalía de Jorge Wínckler, apenas, apenitas, apenititas llegan a unos cuatrocientos.
Según las ONG de académicas y ciudadanos en general son unos diez mil.
Pero, bueno, y como nadie tiene una estadística real y confiable, entonces si dejamos la numeralia (con una disculpa para las madres con hijos desaparecidos) entre unos quince a veinte mil desaparecidos, entonces, hablamos de unos veinte mil ciudadanos de norte a sur y de este a oeste que adoptarían a un desaparecido…para que su historia y la historia de su secuestro nunca, jamás, se olvide.
CORREDORES: El corresponsal de Proceso ha adoptado ya a varios desaparecidos y a quienes sigue la pista, además, a través de su pluma, su pluma al servicio de una noble y generosa causa y en donde el reclamo es la justicia, simple y llanamente, la justicia, y que es el mismo clamor de los diecisiete Colectivos de Veracruz.
Y por eso, y sin detenerse ni enfrascarse en diferencias innecesarias, y más allá de siglas partidistas y de celos y recelos, cada ciudadano bien podría adoptar un desaparecido para ver si así, digamos, los políticos de todos los niveles (municipales, estatal y federal) toman decisiones categóricas para frenar, detener, achicar, parar el tsunami desbordado de desaparecidos, secuestrados, feminicidios, infanticidios en la tierra jarocha, y en donde hay más fosas clandestinas que municipios.
Por lo pronto, el sábado 24 de agosto, en Xalapa, el gobernador electo, Cuitláhuac García Jiménez, se reunió con el Colectivos para agendar la reunión cumbre y estelar con Andrés Manuel López Obrador, el presidente electo, el próximo domingo dos de diciembre en Xalapa.
AMLO será presidente. Y entonces, la esperanza de los padres con hijos desaparecidos es que la cumbre signifique el punto de partida para un nuevo país, un nuevo Veracruz, donde se prenda la lucecita en el largo, extenso, sórdido y siniestro tren de la violencia, y en donde la única obra social del par de gobernadores (Javier Duarte y Yunes Linares) fue y es, por un lado, el crecimiento exponencial de los panteones, y por el otro, el desarrollo insólito de las fosas clandestinas.
BALAUSTRES: Veamos, entonces, con simpatía la cruzada cívica, social y moral de Noé Zavaleta para que cada ciudadano adopte un desaparecido.
Desde luego, nadie dudaría que el colega dará seguimiento a su propuesta, pues de lo contrario, nadie le hará fuerte.
Y más, porque la mañana aquella cuando presentó su libro “Los buscadores” y formalizó la propuesta, varias madres con hijos desaparecidos lo acompañaron y dos de ellas contaron sus historias ante los alumnos de la FACICO, una parte mayoritaria de los cuales terminaron desgarrados, llorando.
Es la hora de la gran solidaridad del ciudadano común y sencillo con los Colectivos, pues ellos, solitos, sobre todo, las madres de familia, las más participativas, han caminado solas en el viaje al infierno.
Y lo peor, con el desdén, primero, de la Fiscalía de Javier Duarte, con Luis Ángel Bravo Contreras, y luego, con el menosprecio del Fiscal Jorge Wínckler, a quien el futuro secretario General de Gobierno, Éric Patrocinio Cisneros Burgos, le está dando seguimiento para que su juicio político en la LXV Legislatura termine en su derrumbe.