CIUDAD DE MÉXICO (proceso).– El 7 de enero de 2019, nueve agentes del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), hoy Centro Nacional de Inteligencia (CNI), abandonaron las instalaciones del Archivo General de la Nación (AGN) después de casi 18 años de custodiar y manejar de forma exclusiva y discrecional más de 58 mil expedientes y alrededor de 7 millones de tarjetas correspondientes a la extinta Dirección Federal de Seguridad (DFS).
La orden provino de su jefe, el general Audomaro Martínez Zapata, revela en entrevista para Proceso Carlos Enrique Ruiz Abreu, director del AGN.
Agrega que, en diciembre de 2018, al llegar al antiguo Palacio de Lecumberri, halló una “puerta secreta” dentro de la Galería 5, donde se encontraban instalados los agentes. La que había sido una crujía estaba cerrada con llave y no pudo ingresar sino hasta enero.
“Después de vacaciones regresé a la Secretaría de Gobernación con la exministra Olga Sánchez Cordero; le dije que yo no podía permitir que estuviera cerrado. Entonces hablamos con el general Audomaro Martínez y quedamos en el acuerdo de que me iban a dar llave porque ahora yo me iba a hacer cargo de esa documentación”.
Así quedó asentado en el acta de entrega-recepción a la que este semanario tuvo acceso, firmada por Mariana Gayosso, directora del Archivo Histórico Central (AHC) del AGN y autoridades del CNI.
En este documento se detalla la entrega de las llaves tanto de la oficina montada en la Galería 5 como de las llaves del depósito 1 del Edificio de Acervos, donde se resguardan 4 mil 223 cajas que contienen los expedientes, así como 282 cajas con versiones públicas y 114 cajas con expedientes “de las cuales no se define su contenido en particular”.
A pesar de estas entregas, el acta establece que un índice analítico compuesto por 74 tarjeteros metálicos con 7 millones de fichas bibliográficas continúa siendo propiedad del CNI, aunque “serán donados al Archivo General de la Nación de acuerdo con las disposiciones jurídicas aplicables”, mientras que el AHC asumió el “resguardo temporal de los ficheros”.
Durante tres días, los agentes y los archivistas adscritos al CNI desalojaron la oficina de la Galería 5, equipada con computadoras, impresoras e incluso una línea telefónica independiente, donde se instalaron desde 2015, después de que la documentación fue ubicada en los nuevos edificios de acervos, según informaron a este semanario trabajadores del AGN.
En esos meses circuló entre archivistas de dependencias públicas otra versión sobre la salida de los agentes del Cisen del AGN, en la cual se dijo que Beatriz Gutiérrez Müller, presidenta honoraria del Consejo Asesor de la Coordinación Nacional de Memoria Histórica y Cultura de México, prácticamente los había corrido del lugar después de una reunión con autoridades del AGN.
Sin embargo, el historiador Ruiz Abreu, de origen tabasqueño, afirma que la salida de este personal ocurrió en buenos términos y de manera pacífica: “Nos asesoraron bastante y nos estuvieron ayudando, no los corrí violentamente”. Además, comenta, siguen en contacto para consultas sobre la información que custodiaron: “Hemos seguido en comunicación con ellos; a veces nos piden algo y tenemos colaboración”.