Porque el águila brava de tu escudo, se divierte jugando a los volados,
con la vida y a veces con la muerte…
Ricardo López Méndez
Luis Fernando Paredes Porras
Tuxtepec, Oaxaca.-Benditos encuentros con personas que me mostraron formas para amar a la Patria, todo mi vida estaré en deuda y no puedo, ni debo ser indiferente ante la oportunidad de repensar a la Patria desde el águila y la víbora en Tuxtepec, piezas monumentales fugaces que han provocado sentimientos encontrados.
Fernando Bautista Dávila cuenta con colaboradores innovadores, competentes y el mérito de Dávila es que los deja ser; por otro lado cuenta con colaboradores grises, apáticos, mediocres, que son salvados gracias al trabajo de otros, porque si todo su equipo fuera como el que se ha organizado para los eventos del parque Juárez, otro gallo le cantara a la ciudad. Esta dualidad es importante y nunca es fugaz.
Todo es dual, lo sabe Dávila quien se paró entre columnas para ver la luz, para renacer a una forma libre de pensamiento como la que se escuchó de Mauricio, joven orador en el evento cívico del 13 de septiembre ofrendando un discurso maduro y fresco, propositivo, alentador partiendo de la desmitificación de los Niños Héroes. Su opuesto fue el discurso oficial a cargo del funcionario que replico un mensaje estudiantil de un lunes cívico, carente de fuerza, de propuestas, viniendo a armonizar la síntesis realizada por el edil, quien ha enfatizado que la Patria esta en las colonias y la revolución del tequio da resultados.
Los resultados del juicio del valor estético del águila y la serpiente en el parque Juárez de Tuxtepec son duales y se desplazan entre sus extremos. No emitiré el mío dado que el dato aportado por el edil da mucha luz en varios sentidos: el costo de la obras fue tan sólo de 8 mil pesos y se construyó en la azotea del Palacio Municipal, está pensando para un Público de escasos recursos que con esfuerzo acude al parque Central con su familia, no para quien tiene la posibilidad de viajar. Para el día 14 ya no se encontraban expuestas las piezas por los daños provocadas en ellas las lluvias y el viento. Lo que no omitiré es la valía del estímulo, el valor simbólico de la propuesta del águila y la serpiente en el parque.
El día 13 de septiembre acudí a donar dos pequeños talleres a los alumnos de la escuela primaria vespertina José María Pino Suárez, ubicada en la calle 18 de marzo de la ciudad de Tuxtepec, con dos objetivos: explorar el sentir y el saber de los niños frente a los símbolos del águila y la serpiente y compartir mi visión de los mismos. Agradezco a los maestros la oportunidad y el resultado de ello forma parte del reportaje en preparación que incluirá los festejos del 15 de septiembre. Estos talleres que impartí nacieron de la motivación a través del estímulo de las piezas en el parque.
Nuestro escudo nacional es bello, es el emblema nacional en todo el mundo que incorpora más elementos biológicos: el nopal, el águila, la serpiente, los símbolos del agua, la tierra, los caracoles, el jade, el encino y el laurel. Por ello al ver las piezas monumentales del águila y la serpiente en el parque me hizo repensar la biodiversidad de la cual goza Tuxtepec y la Cuenca del Papaloapan.
De la connotación solar del águila, del tipo de águila y lo que ésta representaba en el pensamiento del pueblo mexica, las razones de que se encuentre en la bandera y otros datos maravillosamente interesantes se pueden conocer viendo y/o escuchando el programa del 14 de septiembre de 2016 de radio INAH, donde el arqueólogo Eduardo Matos nos ilustra, nos da luz al respecto. Y lo volví a a escuchar gracias a las piezas fugaces del parque de Tuxtepec. Un programa delicioso. Le dejo el vínculo.
Otra visión también enriquecedora que parte del mandato del Dios Hitzilopochtli y su orden de dejar Aztlán para buscar una tierra nueva hasta encontrar al águila parada sobre el nopal devorando a la serpiente y que hizo nómadas por tres siglos al pueblo mexica se encuentra en una minihistoria de Clío, donde desde el inicio aporta que el símbolo en algunos códices no presenta a una serpiente, sino la unión de dos glifos: el agua y el fuego.. https://www.youtube.com/watch?v=E09Ex85Btss
Cada quien habla de la feria como le fue en ella, dice el refrán, y lo mismo aplica ante estímulos que se pueden o no simbolizar. La iguana dice que ella debería estar en el escudo nacional o de a perdido, en un estandarte del heroico arroyo Moctezuma que recibe el ataque de nosotros para contaminarlo sin piedad ni tregua. La miro mascar y tengo la certeza que nunca aparecerá, no por fea, sino porque masca con el hocico abierto, pese a que ella no es fugaz como suele suceder con el amor a la patria que en estas fechas en ocasiones más que amor parece simple calentura y cachondeo, pero algo es algo dijera aquel.
La verdosa canta el himno con todas sus estrofas y después declama El Credo de Ricardo López Méndez y con ello trata de convencerme de que la lleve para cuando imparta otros talleres a los niños. Le digo que sí, que haré un estandarte y estará ella, sin mascar por supuesto.