- En Hueyapan de Ocampo, donde fue asesinado el reportero Cándido Ríos, los años sombríos del presidente municipal, Gaspar Gómez Jiménez
- Utilizaba a los gendarmes para intimidar y acosar a sus enemigos, sintiéndose el dueño del pueblo
- Un ex jefe policiaco, también citado en el crimen del periodista Gregorio Jiménez, en Coatzacoalcos
Laura Rojas blog.expediente.mx Para El Piñero de la Cuenca
Coatzacoalcos, Veracruz.- Cercanos a Cándido Ríos Vázquez, Pabuche, asesinado el martes por la tarde en Juan Díaz Covarrubias, acusan que, siendo alcalde, Gaspar Gómez Jiménez empleaba a la policía municipal para reprimir a quienes consideraba sus enemigos, Pabuche entre ellos.
El brazo armado para reprimir era su jefe de la policía municipal, Sergio Cervando Montalvo López, El Cachorro, un ex elemento del ejército mexicano que se metió de policía municipal en Hueyapan de Ocampo, y terminó como operador para el cártel de Los Zetas, en el sur de Veracruz.
Además de ser señalado como autor de varias golpizas y detenciones injustificadas contra Pabuche, El Cachorro es mencionado en las investigaciones por el homicidio, en 2014, del periodista Gregorio Jiménez, en Coatzacoalcos.
Los cinco sicarios detenidos junto con Teresa de Jesús Hernández, como autores materiales e intelectual del homicidio del periodista Gregorio Jiménez, operaban para un grupo que era coordinado por el ex jefe de la Policía de Hueyapan.
El mando policial renunció seis meses antes de que Gaspar Gómez terminara el cargo de alcalde, y en ese tiempo, se dispararon los secuestros, robos, extorsiones y tránsito de personas armadas por los caminos de Hueyapan.
Los detenidos por el caso Gregorio Jiménez afirmaron que respondían a órdenes de El Cachorro, pero que el encargo de dar muerte al periodista, había sido por órdenes directas de su “suegra”, Teresa de Jesús Hernández, madre de una joven con quien El Cachorro sostenía una abierta relación amorosa. Incluso, tuvieron descendencia.
En La Villa de Allende sabido es que en los años que Teresa de Jesús Hernández operaba desde su bar, El Palmar -que nunca ha sido clausurado- era intocable, amenazaba con levantar, desaparecer o golpear a quien le generara problemas.
En ese bar trabajaban centroamericanas que eran conectadas en la zona de Coatzacoalcos para laborar como ficheras, meseras o prostitutas mientras juntaban recursos para seguir con el viaje a los Estados Unidos, y Teresa de Jesús Hernández aprovechaba para exprimirlas.
La protección se la brindaban sicarios de los Zetas al mando de su yerno, ex jefe de la Policía de Hueyapan de Ocampo, y uno de los hombres más cercanos en su tiempo a Gaspar Gómez Jiménez, según cuentan en el municipio.
En la región se cuenta que después de presentar su renuncia al cargo, el Cachorro ingresó de lleno a las filas de los Zetas, operando toda clase de negocios en la región de Hueyapan hasta Coatzacoalcos. Sólo había una persona por encima de él, su jefe, Hernán Martínez Zavaleta, El H, detenido en junio pasado a raíz del multihomicidio de cinco miembros de una familia en la colonia Nueva Calzadas, de Coatzacoalcos.
Cuando había operativos del Mando Único en donde se detenía y desaparecía a miembros del grupo Los Zetas, o “La Raza”, como se les conoce en el bajo mundo de Coatzacoalcos, Cachorro era el encargado de organizar bloqueos en los principales accesos de la ciudad, enviando halcones, adictos y huéspedes frecuentes de los separos del penal Ostión Duport para presionar a las autoridades.
La ciudad era bloqueada por docenas de personas que llegaban de las colonias de Coatzacoalcos y de otros municipios, traída en camiones que por lo regular eran pagados por el ex mando de Gaspar Gómez Jiménez.
La carrera de Montalvo López, de 31 años, terminó en marzo del 2015 en Yanga, donde apareció asesinado junto a su chofer. Cachorro murió como murieron muchos de sus enemigos, a golpes en la cabeza con un objeto contundente.
Días después de su muerte, el ex Fiscal, Luis Ángel Bravo Contreras, declaró que el mando Cachorro no estaba implicado en el homicidio de Gregorio Jiménez, pues la Fiscalía no contaba con orden de captura para esa persona.
Lo que omitió decir Bravo Contreras es que El Cachorro estaba señalado desde 2012 en diversas denuncias interpuestas por Cándido Ríos Vázquez por ataques ordenados por su jefe, Gaspar Gómez Jiménez.
En un video que subido a redes sociales por el ex edil, horas antes del homicidio de cuatro disparos contra Pabuche, éste afirma: “Te voy a partir la madre”, como “ya te la partí una vez estando en el municipio”.
En la última detención, la policía de Gaspar Gómez le propinó a Pabuche una golpiza que lo dejó lisiado, y cojeaba de una pierna, además, presentaban una hernia en un costado que le generaba malestar en los costados.
La familia cuenta que por esa última golpiza, Pabuche fue obligado a caminar sobre espinas, vejado y golpeado por oficiales de la municipal, y horas después, lanzado al monte, semidesnudo.
Pabuche se alegó un tiempo de los medios de comunicación para recuperar su salud, y regresó con el mismo ímpetu, lanzando críticas Gaspar Gómez, a quien criticó duramente por ir en su tercer intento por ser alcalde del pueblo, en el pasado proceso electoral, en el cual quedó en el sexto lugar, con 2 mil 808 votos.
La familia del tercer comunicador asesinado en el gobierno de Yunes Linares, acusan incluso que el ex alcalde arribaba a la casa del Pabuche para amenazarlo y pedirle que dejara de escribir material en su contra, que le pesaría. Nunca iba solo, siempre con sus policías.
Ahí, Sergio Cervando Montalvo López se fue a la tumba con numerosos secretos, entre ellos, los trabajos que hacía para Gaspar Gómez, como las agresiones a Cándido Ríos y a otros tantos enemigos del ex edil.