El Piñero/PIÑATAZO
Oaxaca, México.- De tajo y al calor del escándalo social que provocó Alejandro Avilés –al permitir a su hijo ocupar el helicóptero oficial para irse de vacaciones a Puerto Escondido- el gobernador del estado Alejandro Murat asestó un manotazo inevitable y terminó por expulsarlo del “paraíso” oficial, lo cual, por ende, lo dejaría fuera, también, de la senaduría.
El escenario que pisaba Alejandro Avilés no solo exhibía esa añeja y reprochada política de ejercer el poder, cuya gestión alcanzaba los lujos y las vanidades que el erario público le cedía al amparo de la impunidad a través de la Secretaría General de Gobierno (Segego) que ocupó solo cuatro meses y medio.
Su “casa blanca”, la venta de administraciones municipales y el estallido de protestas sociales en la geografía oaxaqueña fueron, entre otros, el saldo que abonó durante su efímera participación como vice gobernador; un “político” que, además de abonar a su causa, preparaba ya una nueva ruta política para afianzarse de la candidatura a la senaduría.
Su capacidad al frente de la Segego no representó ninguna diferencia, por el contrario, atizó la relación con la Sección 22 y gestó rebeliones sociales por su incapacidad y falta de tacto político; “ni madres, estoy bien parado”, respondía a un reportero al llegar tarde a su último evento en la región del Istmo y al ser cuestionado si caería bajo la presión del magisterio.
Avilés no tuvo que esperar a la “noche de los cuchillos largos” para caer, ni a su deprimente gestión ni a su frivolidad y exhibida corrupción; y fue su hijo quien, como Judas Iscariote ante los sacerdotes del palacio Caifás traicionó a Jesús, lo mandó fuera del paraíso oficial con el “helicopterazo”, cuya conducta ya era exhibida desde años anteriores.
Y es que no era la primera vez que el “junior” exhibía el frívolo comportamiento. En enero de 2016, cuando Alejandro Avilés era diputado local, creó polémica en las redes sociales, pues exhibió fotografías de la celebración que realizó en hotel Aria Resort Casino de las Vegas, Nevada, donde el precio por habitación ronda los 6 mil pesos diarios.
En aquella ocasión, además, la foto en donde aparece celebrando la llegada del 2016 con una botella de champán en la mano fue duramente criticada por los usuarios de las redes sociales ya que en la entidad la economía estaba paralizada, mientras de acuerdo a los ciberlectores los hijos de los políticos oaxaqueños gastan los recursos sin medida.
Así, con la coyuntura perfecta y en plena Semana Santa, Avilés Álvarez fue “crucificado” y su escenario político quedó a la deriva pues con ello compromete su futuro: la senaduría que buscaba usando la plataforma de la Segego para posicionarse.