El primer gran juicio de consumidores en Alemania contra Volkswagen comienza este lunes, con casi 500 mil clientes que reclaman una reparación por sus vehículos diésel trucados, cuatro años después del estallido del “dieselgate”.
La primera audiencia de este juicio, que se escalonará a lo largo de varios años, comienza en el tribunal regional de Brunswick, a unos 30 kilómetros de la sede histórica de la empresa en Wolfsburgo, destacó la agencia Deutsche Welle.
El grupo que conforma la asociación de consumidores VZBV, que hace las veces de demandante único, acusa a la empresa de haber perjudicado deliberadamente a sus clientes al instalar un dispositivo que hace que el vehículo parezca menos contaminante de lo que es en realidad.
En 2015 estalló el escándalo, cuando el gigante alemán reconoció haber equipado 11 millones de vehículos con dispositivos para trucar los resultados. Desde entonces, el grupo ha destinado más de 30 mil millones de euros a gastos jurídicos, multas e indemnizaciones, principalmente en Estados Unidos.
Aunque la sentencia sea desfavorable al gigante automovilístico, no implicará un reembolso directo, sino que cada consumidor registrado deberá reivindicar sus derechos de forma individual.
El fabricante apenas pagó tres multas en Alemania por un total de dos mil 300 millones de euros, pero permanece amenazado por toda una lista de procedimientos civiles y penales.