• Hoy se encuentra delicado de salud tras sufrir una trombosis.
• Tiene dos hermanos a los cuales pagó sus estudios, hoy de profesionistas se olvidaron de él, uno de ellos vive en Monterrey.
Carlos Abad/El Piñero
Cuando tenía 3 años, Alfredo de Jesús Díaz Quino sufrió de daño psicomotor producto de una fiebre alta e incontrolable que derivó en convulsiones que disminuyeron su capacidad de retener información, entre otras consecuencias físicas que derivan principalmente en trombosis; casi al mismo tiempo su padre lo abandonó, y a los 11 años murió su mamá de una pulmonía, por lo que estuvo desde entonces al cuidado de su abuela, y debido a su discapacidad él no asistió a la escuela y en consecuencia no sabe leer, ni escribir, tampoco sumar o restar, sin embargo y pese a eso, él sólo sacó adelante a su familia.
“Él para mí y yo para él, somos los dos, porque ya le dije que si se muere antes que yo, me voy atrás de él, he sufrido mucho con ese niño, porque hay que saber llevarlo” dijo doña Natalia Figueroa de 81 años de edad.
Años después los papeles se invirtieron dadas las circunstancias, su abuela cayó de un urbano hace más de 11 años y se fracturó la cadera, así que Alfredo no tuvo mayor opción que hacerse cargo de ella, y es que desde los siete años es autosuficiente en la medida de lo posible, ya que trabaja de “cerillito” en un centro comercial de Tuxtepec, Oaxaca, dónde recibe un apoyo económico o sueldo base quincenal, más propinas.
“Para la comida sacó por ahí, yo pago la renta de 900 pesos, yo lavo (ropa) a pura mano, siempre llevo para la comida y pollo para mi abuela nada más (…) Ahorita no ha caído trabajo de botarga por la pandemia, me visto de cañita, a veces me pagan 200 o 250 por 5 horas, así me buscan en la calle caminando, así nada más” puntualizó. Alfredo.
“Feyo” empaca productos en la caja de una tienda regional desde hace 25 años, la empresa le dio la oportunidad y cada vez que asiste debe cumplir un horario de 8 de la mañana a 3 de la tarde, lo colocan en la caja 1, para que le vaya mejor con sus propinas, y a pesar de su condición, vieron en él las ganas de salir adelante, por lo que no le negaron la oportunidad de ganarse la vida honradamente.
Además de eso, Alfredo ocasionalmente se viste y trabaja de payaso, aunado a lo anterior hace mandados a sus vecinos, quienes le obsequian propinas, en general 5 pesos por cada ida y vuelta al centro comercial “así nada más, paso la lancha o caminando, 5 pesos de pura propina a mí me gusta trabajar” insistió.
Él y su abuela viven en un cuarto de 3 por 2 metros, en condiciones de hacinamiento, una cama individual que no sirve y que no soporta ambos pesos, por lo que “feyo” debe dormir en el suelo, a un lado de la cocina y a medio metro del baño, todos amontonados entre la ropa y un mecate donde cuelgan la poca despensa y utensilios.
“Mi cama no sirve, se anda cayendo como dos veces, tengo dos hermanos en Monterrey y no me llaman, bueno una a veces, pero no nos apoyan” dijo él y su abuela Natalia confirmó al tiempo que pasan carros a toda velocidad y casi no dejan escuchar las palabras, debido a que viven a orilla de la calle prácticamente.
¿Cómo es vivir aquí encerrados? “Pues ni modos, nos tenemos que adaptar señor, ¿Que hacemos? – ¿Qué comen diario? -Cuando pagamos la renta una semana nos vamos a caldo de pollo, puro caldo, él se come 10 tortillas y yo me como 2, un zuko y sale, en la noche ya no cenamos” precisó la abuelita de Alfredo, quién agregó que cuando bien les va, la gente les regala de comer.
“Aquí tiene tiempo que no probamos la carne de cochino, no tengo trastes para guisar, se descompuso la estufa, ya mi estufita ya se acabó, ahorita estoy juntando para comprar una si dios quiere” relató.
Después de entrevistarlo, Alfredo sufrió una trombosis en la pierna izquierda, que lo dejó delicado de salud y en cama fuera de toda labor durante un mes, reportó una de sus tías de nombre María Guadalupe Quino Figueroa “esa trombosis ocasionan coágulos, entonces que pasa, se secan y cuando se caen, cómo están en la vena, la dejan improvista y se queda un hoyo en la vena y causa hemorragia” aseveró.
La tía de “Feyo” agregó “al tener los trombos se hacen várices y esas várices úlceras y ahí empiezan los problemas de él (…) Él tiene dos hermanos, él dió mucho de él, los ayudó económicamente de chico, desde los 7 años él trabaja, sus hermanos son lo que son por él, Pedro Santiago Díaz Quino y José María Díaz Quino, uno vive en Monterrey y el otro por el esfuerzo (…) Uno tiene 32 y el otro tiene 29”.
¿CÓMO DESCRIBE A “FEYO”?
“Es un mil usos, si usted le dice que vaya a barrer su casa, su patio, que vaya a limpiar algo, a hacer algo, él lo hace” ¿Cuánto le pagan por eso? “Lo que la gente diga, 50 pesos o 100 pesos, a veces no va por nada, no le pagan, pero le dan un zapato o ropa” indicó su tía.