Después de dos torneos en que fue eliminado por el América en el clásico nacional y tras cinco juegos sin ganar en Liguilla, las Chivas de Matías Almeyda por fin festejaron en esta instancia ante otro archirrival y esta vez para instalarse en semifinales.
El Rebaño no remontó pero sí empató el global y ello fue suficiente para avanzar y dejar tendido al Atlas, que pecó de calculador y al final seguirá contando años para su próximo campeonato.
El Guadalajara le regresó la cortesía al Atlas en el marcador y el 1-0 de la ida a favor de los Zorros fue idéntico marcador, pero ahora con el Guadalajara victorioso. La posición en la tabla, donde Chivas fue tercer lugar y los Rojinegros sextos, definieron una serie en cuyo partido de vuelta fue el rojiblanco quien hizo más por la victoria.
El Profe Cruz regaló el primer tiempo, cuando prescindió sorpresivamente de Matías Alustiza, el que había marcado el de la Ida. En vez de incluirlo, el timonel del Atlas diseñó una línea de cinco defensas como para desesperar al Rebaño.
Los minutos del primer tiempo se iban diluyendo, parecía que al Atlas le salía el plan pero en la compensación del primer tiempo todo cambio. Un tiro de esquina terminó en las redes, gracias a que Orbelín Pineda (habilitado por Clifford Abgoaye) peinó a quemarropa un cabezazo de Oswaldo Alanís.
El estadio rojiblanco explotó en júbilo, si bien lo que seguía era la angustia de mantener el marcador.
Para la segunda parte ingresó Alustiza pero no pudo hacer gran cosa. Al contrario, fue el Guadalajara quien perdonó en dos ocasiones a los Rojinegros con remates a los palos. Primero Carlos Fierro al travesaño y luego Rodolfo Pizarro, quien regresó justo a tiempo después de su lesión, para potenciar la ofensiva rojiblanca.
Así llegó el silbatazo final, con el cual Almeyda celebró su primera victoria en esta instancia para regresar a Chivas a unas semifinales luego de que la última vez que estuvo ahí fue en el Clausura 2015, cuando fueron eliminadas por Santos.