La muerte de una estudiante en el ITAM en diciembre pasado y denuncias de otros que intentaron suicidarse motivados por el estrés que la escuela les provoca motivó a decenas de alumnos a exigir un cambio al modelo educativo de la universidad, conocida porque de ella han egresado diversos ex funcionarios públicos.
Las demandas pusieron en evidencia la importancia de atender desde las universidades la salud mental un tema que, de acuerdo con testimonios de ex alumnos, ha sido ignorado desde generaciones pasadas y que una experta en psicología educacional señala como “la base para una buena educación”. Esta semana estudiantes se reunieron con el Rector Arturo Fernández Pérez para conversar sobre el pliego petitorio y están a la espera de que todas sus exigencias sean atendidas.
Montserrat Antúnez Estrada
Ciudad de México (SinEmbargo).– Las humillaciones y presiones de docentes del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), que en varios casos han desatado la ansiedad, depresión e intentos de suicidio de estudiantes, son constantes y prácticamente normalizadas en la universidad que “disfraza de excelencia académica un modelo de abuso”. Esto han denunciado decenas de alumnos, quienes desde hace más de un mes exigen a las autoridades de la institución priorizar la salud mental de la comunidad, un tema que, pese a la importancia, ha sido ignorado por generaciones.
“En época de exámenes finales no me puedo dormir, si lo hago me hago pipi porque estoy pensando en el examen final”, “todavía recuerdo cuando [el profesor] Isaac Katz me humilló frente a todo el grupo porque le hice una simple pregunta”, así como historias de intentos de suicidio fueron algunos de los testimonios externados por estudiantes del ITAM que el 14 de diciembre de 2019 convirtieron el homenaje a Fernanda Michua Gantus, una alumna que tres días antes había muerto, en un espacio de micrófono abierto que se extendió por seis horas. Las denuncias también llegaron a través de redes sociales.
La muerte de Fernanda, estudiante de las licenciaturas en Derecho y Relaciones Internacionales, motivó a cientos de alumnos a denunciar que su salud mental se vio afectada al ingresar al ITAM. En un principio alumnos acusaron que se habría tratado de un suicidio, días más tarde su madre lo descartó. A través de Twitter precisó que la causa de la muerte fue “un prolongado ataque de epilepsia que su cuerpo no resistió” y aseguró que el último día de su vida “la joven salió llorando de un examen de derecho por la humillación recibida por uno de sus maestros. Esta situación fue un detonante para el ataque que sufrió”.
El caso llevó a estudiantes a exigir a la institución privada un cambio, para ello se congregaron en el colectivo Paro ITAM y advirtieron a las autoridades universitarias que de no atender sus demandas de atención obligatoria a la salud mental, más oportunidades para las personas becadas y la incorporación de temas como feminismo, clasismo y racismo a los planes de estudio, iniciarían un paro total de actividades el 24 de enero.
Y es que aunque la escuela se define según su sitio web como un centro educativo que busca alcanzar “los más altos niveles de excelencia académica, dentro de la pluralidad de ideas y el respeto de las diferencias”, las y los alumnos perciben que docentes utilizan como excusa de la excelencia académica para dejar de lado las situaciones que afectan a sus estudiantes.
“Como estudiantes ya no estamos dispuestos a aceptar un modelo de abuso disfrazado de ‘excelencia académica’, nosotros no creemos que esté peleada la salud mental con la educación de calidad”, dijo a SinEmbargo un alumno e integrante del colectivo Paro ITAM quien pidió el anonimato.
Otras demandas de la comunidad estudiantil son la creación de una estrategia de atención y acompañamiento en temas de salud mental, integral y accesible, así como de un protocolo de denuncias sobre acusaciones de personal docente y administrativo por acciones que vulneren la salud mental.
A los alumnos les preocupa también el futuro de egresados que son afectados durante su paso por la universidad, ya que ésta es reconocida por ser la escuela de varios ex funcionarios públicos.
“El ITAM, al ser una institución que genera muchos funcionarios públicos, tememos que este tipo de actitudes [las afectaciones psicológicas] se vean reflejadas en políticas públicas. Nos preocupa muchísimo que los abusos y este modo de supervivencia del más fuerte que impulsa un modelo de no apoyarse se vea en las políticas públicas”, comentó el estudiante.
Durante el años, del ITAM han ingresado personas que tuvieron cargos políticos. Por ejemplo, Emilio Lozoya Austin, ex Director de Petróleos Mexicanos, y Luis Videgaray, ex Secretario de Hacienda y ex Canciller, ambos en el Gobierno de Enrique Peña Nieto, estudiaron ahí la licenciatura en economía.
El ex candidato presidencial del Partido Revolucionario Institucional (PRI), José Antonio Meade, también egresó del ITAM. Mientras que Ernesto Cordero, Secretario de Hacienda durante el Gobierno de Felipe Calderón, estudió actuaría en la institución.
La madre de la alumna Fernanda dio cuenta de esa falta de empatía que preocupa a las y los manifestantes, pues contó que a su hija le molestaba “la forma burlona y humillante que algunos maestros tenían hacia los alumnos”; lamentó que desde el primer día de clases un profesor la amenazó con que no llegaría a graduarse.
“Mi hija detestaba ese ambiente donde la empatía .y la bondad de dichos profesores era inexistente”, abundó.
EDUCACIÓN Y SALUD MENTAL
Aunque alumnos han sido criticados en redes sociales por denunciar la presión a la que son sometidos, las y los estudiantes organizados defienden que un modelo educativo debe dejar de normalizar los tratos humillantes. “La salud mental es la base para dar una buena educación, nosotros trabajamos precisamente con la mente. No puede haber buena academia si no existe salud mental”, coincidió Gilda Rojas Fernández, doctora en psicología educacional.
La especialista reconoció que una institución educativa tiene la obligación de dar servicios que atiendan estos padecimientos “porque como la salud física, la salud mental es igualmente importante para el desarrollo de la persona y su bienestar”.
En ese sentido, ex alumnos y columnistas han expuesto en medios y redes sociales que durante su paso por la universidad fueron sometidos a humillaciones y presiones injustificadas que derivaron en problemas emocionales. “A mí y a mis compañeros de generación, el ITAM nos dio todo, mis amigos, primeros trabajos, esposa, pero también la depresión, ataques de ansiedad, y no tendría que pasar eso”, reclamó una alumna en la protesta del 14 de diciembre.
Aunque luego de la muerte de Fernanda el ITAM aseguró en un comunicado que sí ha implementado diversos programas de apoyo emocional para el alumnado y que desde agosto de 2019 la Fundación Origen brinda atención gratuita vía telefónica, estudiantes han expuesto que la línea de atención da respuesta tardías.
Rojas Fernández reconoció que si bien las autoridades educativas de instituciones públicas y privadas no pueden obligar a alumnos a tomar un tratamiento psicológico, sí tienen la responsabilidad de implementar campañas de prevención sobre el tema y realizar un seguimiento de estudiantes a quienes desde antes de iniciar cursos se les detecta algún padecimiento.
“Las universidades tendrían que llamar a los alumnos a que atiendan esos padecimientos, darles a conocer los resultados de los exámenes psicológicos realizados antes de ingresar, eso ayudaría que tuvieran un mejor desempeño, pero eso no pasa […]. Para que el alumno pueda cumplir los requisitos y exigencias del plan de estudios y terminar exitosamente la carrera, eso es algo que debería hacerse en cualquier universidad”, dijo. Sin embargo, de acuerdo con estudiantes, en el ITAM no se aplican exámenes psicométricos antes de iniciar una licenciatura.
La psicóloga opinó que la falta de atención a la salud mental no sólo afecta a estudiantes, si no también a quienes están al frente de un grupo. “Cómo podemos pensar que un maestro infeliz puede irradiar felicidad? O un profesor que ha sido injustamente tratado, ¿cómo va a tratar a los alumnos?: También injustamente. Son cadenas de variables que tienen que ver con la historia de cada profesor”, explicó y reiteró la importancia de que profesores se sometan a pruebas básicas que permitan identificar alguna afectación psicológica. La doctora también reconoció que un reto a nivel nacional es la selección mucho más cuidadosa de quien ingresa a la práctica docente.
Rojas Fernández señaló que aunque son varias y diversas las causas que ponen en riesgo la educación de estudiantes, como el tipo de planes de estudio, problemas económicos, o si tienen o no los conocimientos necesarios, una de ellas también son los malestares psicológicos.
Las peticiones de la comunidad del ITAM se entienden en un contexto donde, de acuerdo con información de la Organización Mundial de la Salud, uno de cada cuatro mexicanos entre 18 y 65 años de edad ha padecido algún trastorno mental y sólo uno de cada cuatro pide ayuda. Mientras que los datos más recientes del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) -del 2017- muestran que en el país 67.4 por ciento de las personas tiene sentimientos de depresión algunas veces al año, 9.7 por ciento diario, 11.5 por ciento semanalmente y 11.5 por ciento cada mes.
LAS EXIGENCIAS SE MANTIENEN
El primer semestre del año inició con el cumplimiento de una de las demandas del alumnado, pues las fechas de exámenes finales se recorrieron cuatro días después del término del ciclo escolar. Esta era una demanda porque en el ITAM si los alumnos no pasan dichos exámenes reprueban la materia, sin importar el desempeño o calificaciones que tuvieron durante el semestre. Para los estudiantes con beca reprobar significa perderla.
“Nosotros pedimos que en caso de estudiantes con beca reprobar el examen final no signifique la pérdida del apoyo económico siempre y cuando el promedio que tengan de todas sus materias sea mayor o igual al que se pide por reglamento para mantenerla”, explicó un integrante del colectivo Paro ITAM.
Aunque las fechas de exámenes finales se recorrieron, aún está pendiente que Rectoría, encabezada por Arturo Fernández Pérez, dé respuesta a la petición que ayudaría a las personas becadas.
El pasado 14 de enero estudiantes se reunieron por primera vez con el Rector para hablar sobre sus demandas, esto luego de que el 20 de diciembre de 2019 no se realizara un encuentro que tenían programado para leer el pliego petitorio de los estudiantes porque no acudieron todos los integrantes de la Junta de Coordinación del ITAM.
Una integrante de Paro ITAM que estuvo presente en la reunión del martes contó a condición de anonimato a este diario que las autoridades les aseguraron que ya avanzan en la inclusión de textos y testimonios sobre la importancia del cuidado de la salud mental y la perspectiva de género en las materias obligatorias para todas las carreras, aunque aún falta esclarecer cómo se incorporarán temas sobre clasismo y racismo, problemas latentes en la escuela.
“Una ex alumna escribió en sus redes: ‘Yo la verdad no sufrí de ningún tipo de acoso o violencia en el ITAM porque ahí, en la carrera de derecho, si eres hombre, heterossexual y con un apellido reconocido prácticamente tienes acabada la carrera’. Ese tuit muestra perfecto al clasismo y racismo que se vive en el salón de clases”, contó un alumno a este diario.
Si bien entre las demandas resueltas también está que la Oficina de Apoyo Estudiantil, liderada por Horacio Vives, contará con el asesoramiento de una persona especializada en psicología, la estudiante que asistió a la reunión reconoció que el esfuerzo de las autoridades del ITAM sigue sin ser suficiente.
“Las acciones que tomaron no son como poner un curita y ya, se acabó, se agradecen los esfuerzos por parte de las autoridades del ITAM, pero no es suficiente y al no tener la seguridad de que se va a dar continuidad a las exigencias ahora es nuestra responsabilidad como comunidad estar atentos a todo lo que se haga y los impactos que tendrán”, aseguró.