Ciudad de México.- América dio un paso serio hacia las semifinales de la Concacaf. Las Águilas se impusieron con autoridad a un débil Atlanta que pasó de noche en el Estadio Azteca, fue un sinodal muy timorato el conjunto estadunidense que claudicó en el juego de ida por 3-0, queda tocado y para la vuelta los de Coapa deberán gestionar se ventaja y evitar excesos de confianza.
Los azulcrema salieron enganchados, dispuestos a no pasar los apuros que tuvieron con el Comunicaciones y conscientes de que era la ocasión para dar un golpe de autoridad en la eliminatoria.
Gobernó la pelota y el partido el cuadro de Coapa, que se vio punzante por las bandas y efectivo a la hora de rematar a gol. A los azulcrema les tomó un minuto de juego darle un golpe duro al Atlanta. Leonardo Suárez cazó un rebote en un tiro de esquina, y el argentino -que ya había marcado en CU de tiro libre-, le pegó con la zurda y superó el lance de Brad Guzan.
Al minuto 11, las Águilas tenían el partido en el escenario deseado, pero los estadunidenses acusaron el golpe emocional, aún no se recuperaban del primer gol cuando 60 segundos después, Richard filtró para Henry, el yucateco dejó entrar la bola y definió con la zurda ante la salida del portero.
América tenía en la lona a su rival, era el momento para ensañarse con él, pero bajó un poco las pulsaciones y fue cuando el Atlanta pudo encontrar una aproximación de Barco que resolvió de manera oportuna Jiménez.
No dejó de ir al ataque América, su gente de ataque aprovechó lo endeble de su rival para gustarse, se asociaron a placer al tiempo que los jugadores norteamericanos pedían una tregua. No la hubo porque Bruno marcó el tercero con un cabezazo seco y picado en un córner. Iban 35 minutos y el cuadro amarillo tenía la serie casi resuelta.
Quedaba un tiempo para mejorar sensaciones, para ir por más goles que pudieran hacer un mero trámite el viaje de la siguiente semana. Atlanta estaba obligado a asumir riesgos e ir por un gol que le diera vida, pero eso implicaba dejar espacios.
Cambió un poco de actitud Atlanta, pero nada que estresara demás a las Águilas, porque cuando eso pasó, Martínez se encontró con Jiménez o con el poste. Y los del Piojo tuvieron un par de aproximaciones para acercarse al cuarto, pero ya no estuvieron acertados en el remate final.
América tiene el pase en la bolsa, solo una actuación desastrosa se lo podría quitar. Ahora cambia el chip, el domingo viene quizá la prueba más seria en lo que va del torneo local: en casa, ante un Cruz Azul que llega líder de la competencia y con el mejor anotador del curso. Un examen para medir su capacidad.
Con información de La Afición, sección de Milenio