Malecón del Paseo
Luis Velázquez
Veracruz.- EMBARCADERO: AMLO, el virtual presidente de la república, cambió de look… Estrena nuevo peinado… A tono, dicen los cosmetólogos, con su investidura constitucional… El tabasqueño ha tomado, digamos, una decisión histórica de cara a la Cuarta Transformación del País, luego de la guerra de Independencia, la guerra de Reforma y la Revolución… Simple y llanamente ya peina su cabello blanco con el mismo estilo y look, ni más ni menos, de Benito Juárez, a quien tanto, dice, sueña parecerse, en igualdad de circunstancias que a Francisco Ignacio Madero y Lázaro Cárdenas… Con su nuevo look, AMLO se ve ridículo… El poco pelo que tiene se lo peina con un fleco hacia el lado derecho, en vez, digamos, de que de acuerdo con los símbolos fuera hacia el flanco izquierdo… La escasa cabellera, y blanca, le cae sobre la frente en un intento, en un buen deseo, mejor karma, de parecerse a Benito Juárez en la foto en su despacho y en donde siempre le gusta tomarse la gráfica para la historia, la gloria y la inmortalidad…
ROMPEOLAS: En gustos, claro, se rompen géneros… Según los bufones, con su nuevo peinado, AMLO apostó “a una apariencia más institucional, más pulida, tanto en su vestimenta, arreglo de su cabellera e incluso en su lenguaje verbal, y que va de acuerdo con un jefe de Estado”… Ajá… Pero una cosita es modificar el lenguaje de la arena pública como cuando organizaba las caminatas de Villahermosa a la Ciudad de México con indígenas en contra de Pemex y hablar, digamos, como un presidente electo (Estadista ya le llaman los corifeos), y otra, mil años luz de distancia, es la impostura… Atrás quedó su look de otros tiempos, cuando la cabellera desordenada, que parecía sin peinarse, alborotada como una estrella de rock, y en que presumía “su gallito feliz”, el mechón desaliñado… Atrás quedó el pelo bien peinadito a tono con su edad, porque ahora, incluso, hasta se pone gel para que el mechón caído sobre la frente y de lado derecho como peinaba Benito Juárez parezca, digamos, más institucional…
ASTILLEROS: Mírese una foto de Juárez y mírese la foto de AMLO publicada en el periódico El Universal el viernes 3 de agosto… La ridiculez andando del tabasqueño… Ya actúa, dice una asesora en imagen, Dana Landa, como un jefe de Estado, deseando así, claro, lógico, obvio, quedar bien con el futuro presidente de la república… Ahora usa, dice, ropa casual, con trajes a la medida y con su cabello mejor peinado… Además, el político republicano y austero cayendo en la frivolidad, el halago y el chocholeo… Es, claro, el nuevo mesías, el dios terrenal, el gurú, el tlatoani, el tótem… Y más, en un México que antes, mucho antes, adoró a Quetzalcóatl y a Huitzilopochtli y luego a la Virgen de Guadalupe y a Juan Diego y después a Miguel Hidalgo y Morelos y más tarde a Benito Juárez, incluso a Porfirio Díaz… Un pueblo, entonces, urgido siempre de dioses… El dios terrenal y el dios celestial… AMLO, el dador de todo en un país donde 6 de cada 10 habitantes
están atrapados y sin salida en la miseria, la pobreza y la jodidez desde hace cien años (la Revolución) y doscientos años (la Independencia) y desde hace casi 500 años (la Conquista), etcétera…
ARRECIFES: Falta, entonces, que el ritual histórico se cumpla… Por ejemplo, el historiador Enrique Krauze cuenta en su libro revisado y actualizado, “México, biografía del poder”, editorial Tusquets, el tiempo de Francisco Ignacio Madero como candidato presidencial… Aficionado y adicto a los médiums y los espíritus, Madero se comunicó un día en un trance esotérico con Juárez… Y desde el más allá, digamos el cielo, acaso el infierno por separar el Estado de la Iglesia, ambos tan poderosos, Juárez lo convenció de lanzarse como candidato a la presidencia de la república para tumbar a Porfirio Díaz Mori… Y Madero se lanzó y caminó en el país viajando en ferrocarril y pronunciando discursos en cada estación del tren de pie en el andén del vagón… Lo insólito, sin embargo, está en lo siguiente… En cada etapa de su campaña electoral, Madero se encerraba en su habitación con sus médiums y espíritus para hablar con Juárez y Juárez le iba diciendo, paso a paso, los pasos a dar, tanto en su discurso como en su estrategia y en su look… Nada fácil sería que Juárez le recomendó peinarse con su mismo look y ni hablar, lo desoyera…
PLAZOLETA: Así, y desde el otro mundo, llevado de la mano y asesoría política de Juárez, Madero se convirtió en el apóstol de la democracia… Pero más aún, se creyó y sintió “llamado por la Providencia (es decir, por Dios y los ángeles y arcángeles) a redimir al pueblo mexicano de la tiranía”… Y si Juárez fue el ideólogo y el jefe máximo del “cuarto de guerra” de Madero, Madero se convirtió en el primer caudillo demócrata del siglo XX, y por añadidura, AMLO es ya el primer caudillo demócrata del siglo XXI… Y por eso mismo, y en caso de que AMLO creyera en los médiums, decidió su nuevo look igual, igualito a Juárez, y quien, por cierto, siempre desdeñó y menospreció a su alumno Porfirio Díaz, con todo y que Díaz Mori fue el gran héroe de la batalla de Puebla contra los franceses… La Cuarta Transformación del País ha empezado con el nuevo peinado del virtual presidente… Ninguna sorpresa sería que, por ejemplo, Manuel Bartlett, y de paso, Cuitláhuac García Jiménez, también se peinen como AMLO, mejor dicho, como Juárez… Y así como el padre de Benito Mussolini le puso Benito porque admiraba a Juárez, a partir de la fecha los niños del país sean bautizados como Benito o Benita, y uno que otro, Andrés Manuel… O Cuitláhuac… O Cuauhtémoc, Moctezuma, Tezcatlipoca, de plano, qué caray, Quetzalcóatl… Los médiums libren a unos padres de bautizar a sus hijos con el nombre de Huitzilopochtli…