- Y los purifica
- Mezcolanza política
Barandal
Luis Velázquez
Veracruz.- ESCALERAS: AMLO está rompiendo con la historia. Mejor dicho, la está partiendo en cachitos. Por decreto suyo, dijo lo siguiente. “Todo el que está en el PRI, pero se arrepiente de lo que hizo mal y decide pasarse a MORENA, puede ser perdonado. Al momento que sale del PRI se limpió”.
Desde luego, la alusión suena bíblica. Una parábola, digamos, tomada de Jesucristo. Yo soy la verdad. Y la verdad absoluta.
Muchos priistas y panistas, sin embargo, han escuchado su profecía.
Entre otros, Manuel Bartlett Díaz, aquel que en 1988 para descarrilar a Cuauhtémoc Cárdenas y dimensionar a Carlos Salinas dijera que “el sistema se había caído”.
René Bejarano también ha sido perdonado con todo y que fue filmado metiéndose el billete a las bolsas de su saco y pantalón.
Tatiana Clouthier, expanista, hija de Manuel J. Clouthier, candidato presidencial de ese partido en 1988, es ahora su gran vocera.
Los ex panistas Manuel Espino (y quien también fue fidelista) y Germán Martínez Cázares, dirigente nacional del partido azul, también fueron perdonados y subidos al arca del Noé tabasqueño.
PASAMANOS: Napoleón Gómez Urrutia, el dirigente sindical de los mineros a quien Enrique Peña Nieto tiene abierto un expediente negro en la Procuraduría General de la República, también se purificó a partir del momento que se incorporó a MORENA, mejor dicho, con AMLO.
Y ni se diga la profe Elba Esther Gordillo, la primera política presa del Peñismo, acusado de tantas pillerías, hasta el tuétano con AMLO a través de su familia y seguidores.
Caray, resulta insólito pero Fernando Arteaga Aponte, “El huevo” porque vendía huevos, dice, en las colonias populares de casa en casa, ene número de años priista, ahora candidato de AMLO a diputado local.
“Son tiempos de amor y reconciliación” ha dicho el tabasqueño.
Pero más aún, la frase bíblica de todos los tiempos suena y resuena:
“Al momento que salen del PRI… se limpian”.
Palabra de AMLO. Palabra de un político iluminado.
Y en el caso, purificados los priistas y panistas que se incorporan a AMLO sin penitencias, por ejemplo, rezar un rosario, arrodillarse ante el cura para confesarse y comulgar.
CORREDORES: Se entiende. AMLO, igual que los otros candidatos, anda en campaña presidencial, tiempo de sumar por todos lados.
Por eso, con toda la desfachatez del mundo, “El peje” ha abierto la puerta a todos, sin excepción, menos a uno, Carlos Salinas, el poderoso, poderosísimo jefe de la mafia.
Y, bueno, de aquí al primero de julio, también podría perdonar y purificar al gobernador Yunes, el más incendiado y encendido de todos sus colegas en el país que le dispara “a tiro por viaje”.
Total, ya ungido presidente de la república, la tabla matemática cambiará por completo, y de sumar pasará a restar.
Ha de recordarse, sin embargo, que en sus orígenes AMLO fue priista. Incluso, presidente del CDE en Tabasco, tiempo cuando gobernaba Enrique González Pedrero, autor, por cierto, de un libro sobre Antonio López de Santa Anna, intitulado “El país de un solo hombre”.
AMLO renunció al PRI tabasqueño cuando intentó crear comités municipales paralelos al tricolor y los alcaldes de cada pueblo se rebelaron y se le fueron a la yugular con González Pedrero.
Y González Pedrero, uno de sus ídolos de entonces, tomó partido por los ediles y AMLO se indignó y renunció, además, a otro cargo público que le ofrecieron.
RODAPIÉ: Años después, apostó a la protesta y las caminatas con indígenas de Tabasco a la Ciudad de México.
Y se volvió fundador del PRD al lado de Cuauhtémoc Cárdenas y la economista Ifigenia Martínez.
Y si ahora profetiza la purificación de los priistas arrepentidos de lo que hicieron mal y se pasan a MORENA significa que en el fondo de su corazón y neuronas crece en tierra fértil la versión de que todos llevan un priista adentro.
Por ejemplo:
El priismo acuñó una cultura política. Es aquella donde el alcalde, el gobernador y el presidente de la república son los jefes máximos de la tribu. Ellos congregan el poder total y absoluto. Y son jefes de los centavos públicos, jefe de los diputados locales y federales, jefe de las corporaciones policiacas, jefe del Poder Judicial, jefe de los líderes sindicales y jefe hasta de una parte sustancial de los medios que financían.
El poder en un solo hombre.
Y AMLO es así. Llamado “el rayito de esperanza”, político que se reconoce a sí mismo como un hombre terco, necio y obstinado, también concentra el poder, la tentación faraónica que nadie resiste.
Así es. Y así ha sido y será su estilo personal de gobernar.
De Benito Juárez, su héroe número uno, a Tomás Garrido Canabal, el gobernador de Tabasco come-curas.
BALAUSTRES: MORENA se ha vuelto una mezcolanza de políticos. De todo tipo. Incluso, ha cachado a gente bajo sospecha. Sin ninguna vocación social. Con una hoja negativa, llena de claroscuros y manchas.
Está claro: el objetivo de AMLO es ganar las urnas para entrar en Los Pinos. Y cree y siente que perdonando “a tiros y troyanos y a buenos y malos”, la posibilidad se multiplica.
Por lo pronto, muchas de las almas de Veracruz y del país incorporadas a MORENA dejan demasiado que pensar y sentir.
Pero AMLO cacarea su república amorosa y con su Constitución Moral tan anunciada perdona a los priistas y perredistas y panistas desertores.
A los únicos que no ha perdonado son a sus hermanos, pues ha dicho que su familia son sus cuatro hijos y su segunda esposa.