- Mucho odio
Luis Velázquez/ Malecón del Paseo
Veracruz.- EMBARCADERO: Ningún político ha odiado tanto a otro como Héctor Yunes Landa a Miguel Ángel Yunes Linares… Y más, porque ambos son políticos y funcionarios públicos… El primero, diputado federal por quinta ocasión y lo que significa la posibilidad de la mesura, la cordura y la prudencia en la vida…
Y el segundo, gobernador…
Incluso, la historia se repite de cuando Yunes Linares se la pasó odiando (quizá todavía hoy) a Fidel Herrera Beltrán durante más de veinte años…
Y en tanto, Yunes rafagueaba a Fidel “a tiro por viaje”, Fidel permanecía sin contestar…
Ahora, Héctor Yunes bombarbea a Miguel Ángel Yunes padre y el gobernador nunca, jamás, le contesta, mirando para adelante, sin escuchar el cántico de las sirenas…
Quizá en el país ningún otro político odie tanto a otro como Héctor a Miguel Ángel…
ROMPEOLAS: En su rencor, Héctor ha dicho, por ejemplo, que “entre más días pasan más daño le hace a Veracruz… Y valdría la pena que valorara pedir licencia para que dejara de fregar” (Notiver)…
Es decir, de plano, y sin rodeos, en su resentimiento, Héctor pide al gobernador que renuncie cuando, caray, le faltan casi dos meses para terminar el mandato constitucional…
Pero, ni hablar, el odio es más impetuoso que la prudencia…
“Deja ya el cargo” le dijo el lunes 24 de septiembre… En el siglo pasado, Ángel Leodegario Gutiérrez, presidente del CDE del PRI de Agustín Acosta Lagunes, descubrió un día que odiando tanto a una persona el alma se le estaba envejeciendo y pudriendo, y entonces, cerró la puerta y las ventanas del odio y buscó la felicidad terrenal…
Pero, bueno, un proverbio árabe dice que los seres humanos valen más por el número de odios que dejan a su muerte y sería, digamos, el caso de Héctor Yunes, pues mucho se duda que Miguel Ángel padre le guarde el mismo resentimiento…
Con el tema, bien podría escribirse una telenovela intitulada “Vivir para odiar”…
ASTILLEROS: En el primer tramo del siglo pasado, las elites políticas arreglaban sus rencores y odios matándose entre sí… Incluso, matanzas célebres como por ejemplo, los más de cien muertos en Topilejo, todos fans y partidarios de José Vasconcelos, el candidato presidencial opositor a Plutarco Elías Calles y Álvaro Obregón ante la candidatura de Pascual Ortiz Rubio…
En Rusia, por ejemplo, las diferencias entre los hombres se arreglaban con un duelo a muerte donde, ni hablar, uno habría de morir…
Uno de los casos más célebres fue cuando el escritor Alexander Puskhin se trabó en un duelo con un militar al que le había “bajado” la esposa…
Y Puskhin, claro, enfrentado a un soldado de primera, perdió la vida, pero al mismo tiempo, cubrió su honor…
En el caso, Héctor sigue torpeando cada vez que puede a su primo Miguel Ángel…
Uno y otro, fedayines; los dos, guerreros, ambos con sangre caliente, herederos del Medio Oriente, sólo se bombardean, pero sin llegar a un duelo a muerte ni tampoco a contratar sicarios y pistoleros para segar sus vidas…
Y en contraparte, los 8 millones de habitantes de Veracruz conociendo los odios y rencores familiares…
ARRECIFES: A estas alturas, y dado el tiempo que lleva Héctor con su odio, cruz a cuestas, vivir para odiar, de entrada, Yunes Landa ya “se pasó de tueste”…
Segundo, las familias se han dividido y tomado partido… Tercero, Héctor pareciera estar deseando que los 8 millones de habitantes de Veracruz tomen partido por uno o el otro…
Cuarto, el odio hectorizado está peor que la resurrección neonazi en Europa…
Cinco, luego de dos años y medio de tanto medio de Héctor a Miguel Ángel, ningún beneficio político ni social ha ganado, digamos, y por ejemplo, mayor simpatía electoral en la población…
Seis, si el alma existe, pues ningún médico ni extraterrestre sabe su ubicación en el cuerpo humano, el alma de Héctor estaría envejecida por completa, pero más aún, el espacio corpóreo de Héctor está o estaría más concentrado para el odio que para el amor, el cariño y el afecto…
Y siete, nada, absolutamente nada se gana con el odio, aun cuando, claro, si el carácter y el temperamento están hechos para…,
entonces, ni hablar, cada quien sus berrinchitos, pero que los guarde para sí…
PLAZOLETA: Héctor es diputado por quinta ocasión… Es el vocero de los 44 de los 500 legisladores federales del PRI… Forma parte del grupo de los diputados decanos del Congreso de la Unión… Sueña con transfigurar su Alianza Generacional en partido político… Cabildea para imponer a uno de los suyos como presidente del CDE del PRI… Está soñando con la candidatura a gobernador en el año 2024… También planea impartir clases en la UNAM… Tiene a su hija Andrea como diputada local electa, lista para abrazar por completo la carrera política y dejar por un ratito la medicina y tan es así que renunció a su plaza en el ISSSTE… Pertenece al grupo político de Manlio Fabio Beltrones que busca mantenerse en el plano federal de cara al futuro sexenal en puerta… Y, no obstante, los días y las noches, Héctor vive pendiente de lo que hace y deja de hacer Miguel Ángel para luego enseguida apretar el botón nuclear en su contra y rafaguearlo… ¡Caray, qué vida!…
PALMERAS: Se dirá que el odio entre primazazos es particular, parte de la vida privada, íntima… Y claro… Pero en el caso, Héctor, más, mucho más, que Miguel Ángel se ha encargado de publicitar de norte a sur y de este a oeste de Veracruz y del país su odio, más que rencor, en contra de Yunes Linares… Y es que cuando el diputado federal pide al gobernador a un mes y semanas de concluir el bienio azul que renuncie porque está haciendo mucho daño a Veracruz expresa el tamaño y la dimensión galáctica de su rencor… Nunca, jamás, en la historia local un primo y un político había odiado tanto al otro… Caín se quedó corto…