- Colosos de la política
- Aquellos parecían gigantes…
Luis Velázquez/ Escenarios
Veracruz.- UNO. Colosos de la política
Al paso que vamos, algunos ex gobernadores de Veracruz son unos colosos de la política. De unos, pudiera decirse como exclamaba Antonio Caso del gabinete de Benito Juárez, “son hombres, pero parecen gigantes”.
Y más, si se cotejan con Cuitláhuac García, pues de acuerdo con el dicho popular de que “en la forma de comer se conoce al tragón”, nueve semanas y media son suficientes para conocer su dimensión de estadista.
Claro, si comparamos a Cuitláhuac con Javier Duarte, el primer político de la izquierda sentado en la silla embrujada del palacio de Xalapa es un gigante. Por ahora.
Pero si vamos, por ejemplo, con Fernando Gutiérrez Barrios y Fernando López Arias, su buen juicio, cordura, talento, sensibilidad política y social, experiencia, fogueo en el campo de batalla y mañas, Cuitláhuac es un parvulito.
Más, mucho más, y luego enseguida, logró para Veracruz Dante Delgado Rannauro con Carlos Salinas de Gortari que Cuitláhuac con AMLO, pues el presidente tabasqueño se ha reducido a cacarear en Veracruz los mismos programas sociales que en el resto de la nación, incluido el último, de un subsidio de 800 pesos mensuales a los abuelos por cada nietito que cuiden.
DOS. En las grandes ligas
Es más, hasta Miguel Alemán Velasco y Patricio Chirinos Calero con su distancia esotérica de la población oscurecen las 9 semanas y media de Cuitláhuac, pues ambos tenían, cuando ocuparon el trono imperial y faraónico, una vida política y social construida, además, en las grandes ligas de la vida pública.
Alemán, por ejemplo, y además, hijo de ex presidente de la república.
Y Chirinos, casi casi hermano mayor de Carlos Salinas.
Ni se diga, la relación extraordinaria de Gutiérrez Barrios con Salinas y de Fernando López Arias con su amigo el presidente Adolfo López Mateos.
Y, claro, la hermandad de Rafael Hernández Ochoa con el presidente Luis Echeverría, incluso, y que llegaba a la relación matrimonial, doña Teresita Peñafiel de Hernández Ochoa con la compañera María Esther Zuno de Echeverría.
Y la relación tan cercana entre Agustín Acosta Lagunes con José López Portillo, al que primero lo encumbrara como subsecretario de Hacienda y Crédito Público.
Y lo más importante que por aquí todos ellos tomaron posesión luego enseguida se tradujo en el bienestar social de la población.
TRES. Futuro mediato de Cuitláhuac
Además del infierno llamada Veracruz, otros pendientes políticos y sociales enfrenta Cuitláhuac:
Entre otros, los siguientes:
A: Su eficacia política electoral para ganar las elecciones de presidentes municipales y diputados locales y federales en el año 2021, considerando que ninguna elección se gana de un día para otros, sino se construye en el día con día.
B: Su eficacia para posicionar más en Veracruz a AMLO, el presidente, con los programas sociales.
C: Su eficacia para posicionar a MORENA como el partido único, como es el objetivo superior de AMLO.
D: Su eficacia para construir su candidato a gobernador en el año 2024 y que garantice el triunfo de MORENA.
El futuro mediato e inmediato es una puerta abierta para todos, cierto, pero al mismo tiempo, incierta, donde la peor posibilidad la lleva el hombre y el grupo político en el poder, pues son gobierno y los demás oposición.
Y, por añadidura, reman contracorriente.
Por ahora, la Cuitlamanía ha vivido las peores crisis. Todos los días, la noticia de los asesinatos cimbra y tambalea al palacio de Xalapa, como un espectro, una pesadilla, un monstruo “que amenaza con devorar” (Jan Martínez Ahrens) las 9 semanas y media que van de una lenta, lentísima prosperidad color de rosa, apenas, apenitas, soñada en la utopía obradorista.