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Antes de suicidarse, Lupe Vélez hizo una fiesta y comió mole mexicano

El Piñero

Lupe Vélez tenía tres meses de embarazo cuando decidió quitarse la vida en su casa de Beverly Hills, lo hizo el 14 de diciembre de 1944, después de una fiesta, mientras se encontraba sola en la intimidad de su habitación; fue encontrada en la cama cinco horas después de haber muerto; la actriz dejó dos notas de despedida y muchas dudas. 

La trágica noticia del suicidio de Lupe Vélez ocupó los principales titulares de EL UNIVERSAL la mañana del 15 de diciembre de 1944, faltaban diez días para Navidad y la sorpresiva muerte de la diva mexicana cimbró a la prensa nacional e internacional.

“Lupe Vélez se arrancó la vida. No quiso ver su honor mancillado”, se lee en la primera plana de este diario, donde también aparece una elegante fotografía de la actriz que había sido tomada hace apenas unos cuantos días.

Vélez, también llamada cariñosamente “La Niña” Lupe Vélez, “Dinamita Mexicana” o “Chica Chile Picante”, fue la primera mexicana en llegar a Hollywood y triunfar, gozaba de fama y reconocimiento en Estados Unidos y México, su figura despertaba admiración y aplausos, también celos, envidias y escándalos ocasionados por su fuerte personalidad escondida en un rostro agraciado, infantil y encantador. 


De los teatros de barrio a los escenarios de Hollywood


Mucho antes de convertirse en una figura famosa en Hollywood, Lupe Vélez trabajó como dependiente de un almacén de caballeros llamado La Casa FAL, ubicado en el cruce de Madero y Bolívar, en el Centro Histórico de la Ciudad de México. La primera vez que se presentó en un escenario, fue en el Cine Alarcón, un teatrito de barrio que era frecuentado por la populosa barriada de Peralvillo.

Allí cosechó sus primeros aplausos, con sus imitaciones grotescas pero exactas de Celia Padilla o  Delia Magaña; una noche, Lupe se presentó en el Teatro Lírico, donde cautivó al público con sus atrevidos movimientos de baile, tanto, que tuvo que repetir su número 10 veces.

Desde ese momento se convirtió en la máxima atracción del Lírico y su prestigio se fue afianzando tan rápidamente, que comenzó a imponerse como estrella y a cobrar sueldos fabulosos para aquella época romántica del teatro frívolo.


Cuando vivía en la calle de Sonora, tenía un solo cuarto, en él vivían ocho perros, tres pericos y cuatro gatos; todos dormían con ella; “los adoro”, decía la pequeña Lupe.

 
Tras el éxito obtenido en nuestro país, partió a Hollywood, siendo la primera estrella mexicana que se impuso en Estados Unidos con luz propia.
 

Lupe Vélez, momentos de inocencia, belleza y sensualidad 

Lupe Vélez protagonizó varios artículos en El Universal Ilustrado, la revista del periódico EL UNIVERSAL, estos son algunos de ellos: 

El Universal Ilustrado 1925
“Es una niña casi, una frágil chicuela de ojos tenebrosamente criollos, con temperamento, con alma, con dotes de actriz , de cancionera y de danzante. De ahí puede surgir una Raquel Meller o una Barcena, una Mistinguette o una Reiter”.

El Universal Ilustrado 1926
La “niña” Lupe Vélez se va a Hollywood

El Universal Ilustrado 1927
Lupe Vélez, la niña de Culver City. Lupe se encamina al éxito en Hollywood.

El Universal Ilustrado 1929
Lupe Vélez VS Delia Magaña. Cómo olvidar el pleito que protagonizaron ambas actrices en un céntrico cabaret de Hollywood . “Quedó demostrado cómo se ponen bravas las mexican girls”.

El Universal Ilustrado 1931 
Lupe Vélez en una escena de “Resurrección”, la película en la cual se ha revelado como una de las eminentes trágicas del cinema actual.  

El Universal Ilustrado 1932
Lupe Vélez dice que no se le ha subido el estrellato y que es pura mexicana.

 
El Universal Ilustrado 1934
“Ella misma iba a las agencias de publicaciones a comprar revistas francesas de teatro para escoger modelos de trajes bataclán y, ella también, con frecuencia visitaba las casas de música para comprar discos de jazz como si estas melodías pudieran servirle para sus bailes. Nadie enseñó a Lupe un paso de baile; ella, a solas, improvisaba sus propios bailes. El primer mérito artístico de Lupe fue, entonces, su imaginación creadora, fuerte, dinámica y personalísima”.   

“Por el camerino de Lupe, en el Teatro Principal, empezaron a desfilar infinidad de personajes políticos; perfumados fifís; bizarros generales; periodistas, dibujantes y músicos. Todos querían conocerla de cerca. Naturalmente que Lupe a todos trataba maravillosamente”.

Una fiesta mexicana antes de morir


El 12 de diciembre de 1944, dos días antes de morir, Lupe Vélez organizó una fiesta en su casa de Beverly Hills. De acuerdo a información de este diario, la artista nacida en San Luis Potosí, invitó a sus amigos de la colonia mexicana y a una gran cantidad de braceros.

En el festín se sirvió mole, tortillas y antojitos estilo mexicano, se bebió delicioso; Lupe recibió numerosos regalos, y entre los presentes se encontraba el señor Ernesto García Vélez, pariente de Lupe.

Se sabe que Vélez era extremadamente amable con los amigos mexicanos, les ofrecía deliciosas cenas y era halagador poder comer en su casa tortillas hechas allí mismo,  frijoles, tamales y antojitos.

Al día siguiente de la fiesta, los mismos amigos quisieron corresponderle organizando una nueva reunión en la propia residencia de la artista. En la madrugada, cuando ya todos se habían ido, Lupe se quedó sola e ingirió una alta cantidad de seconal, un medicamento perteneciente a la clase de los barbitúricos.

Así informó EL UNIVERSAL de lo sucedido:

“Su cabellera cuidadosamente peinada, se desbordaba por la almohada de seda blanca que hacía destacar el color apiñonado de su cutis. La sábana, también de seda blanca, estaba doblada sobre el cobertor, revelando el azul plumbago de su pijama de seda […] Se suicidó antes de ver su honor mancillado por el nacimiento de una criatura sin padre. La rutilante actriz mexicana que siempre hizo frente con una sonrisa en los labios a los reveses trágicos de la vida, dejó conmovedoras misivas a su secretaria personal y a Harold Ramond, el actor francés con quien rompió sus relaciones amorosas hace sólo dos semanas”.


Nombró a su familia y a su secretaria confidencial, la señora Kinder, herederos de sus bienes, que se calcularon entonces de 100 mil a 200 mil dólares.

Lupe Vélez estaba embarazada y no pudo enfrentar sola esta nueva etapa de su vida, por lo que prefirió despedirse y quitarse la vida, así lo expresó en la carta dirigida a Harold Ramond, actor francés de origen austríaco que fue su última pareja.

“Que Dios te perdone y también a mí; pero prefiero arrebatarme la vida y la de mi bebé antes de traerlo al mundo de manera vergonzosa o de matarlo. ¿Cómo pudiste, Harold, fingir ese gran amor hacia mí y para nuestro bebé cuando nunca nos quisiste?. No he encontrado otra manera de resolverlo; adiós y buena suerte. Amor. Lupe”.

Algunos aseguraron que el verdadero padre del hijo de Vélez era el actor mexicano Arturo de Córdoba, pero como éste era un hombre casado, una relación entre ambos resultaba imposible.    


Lupe Vélez y Arturo de Córdoba. Fototeca EL UNIVERSAL 


“Lupe Vélez era tan violenta y tan dulce a la vez”


La noche de la desgracia, y ante los cuestionamientos de la prensa, Harold Ramond, aseguró que estaba dispuesto a casarse con Lupe Vélez, pero que no se habían puesto de acuerdo en la fecha. 

Negó que hubiera declarado a la policía que se casaría con la actriz mexicana “sólo para darle un nombre al niño cuando naciera”, sin embargo, admitió que a pesar de tener una relación de seis meses con la mexicana, y de conocerla desde hacía un año, no estaba totalmente seguro de que el embarazo fuera cierto. 

“La quise mucho y quería casarme con ella […] Habíamos tenido muchos disgustos y la verdad es que nunca supe a punto fijo si estaba en cinta o no, pues en ocasiones me decía que sí, y en otras lo contrario. Por eso es que no llegué a saber la verdad”, declaró.

En entrevista, Ramond recordó que tenían un año de haberse conocido, cuando ella fue a visitar a Arturo de Córdoba en el set donde era filmada la cinta “Frenchman’s Creek”.

La segunda nota que dejó Lupe bajo el frasco de barbitúricos, estaba dirigido a miss Kinder, su secretaria personal.

“Tú y sólo tú conoces los hechos y la razón por la que me quito la vida. Perdóname y no pienses mal de mí. Te quiero Mammy. Encárgate de mamá. Adiós, trata de perdonarme. Di adiós a todos los amigos y a la prensa norteamericana que siempre se portó tan bien conmigo”.

En México, la trágica noticia casi le provoca un infarto a su madre, mientras que su hermana Reina externó su sorpresa ante lo sucedido que escandalizó a la farándula de la época. 

“Lupe era tan rara, desde chiquilla, siempre procuraba aislarse, tener sus propios amigos y era tan violenta y tan dulce  a la vez, un temperamento incomprensible”, expresó.

El escritor Celestino Gorostiza, director de “Naná”, última película en español donde actuó Vélez, lamentó profundamente que la estrella de teatros y cines se hubiera quitado la vida.

“Tenía Lupe una personalidad magnética. No sé qué móviles espirituales o físicos la indujeron al suicidio. Cualesquiera que haya sido la causa, hemos perdido con ella una estupenda amiga y mejor actriz”, expresó.

El 16 de diciembre, EL UNIVERSAL difundió una fotografía en la que se observa la llegada del ataúd de Lupe Vélez al sitio donde se le realizaría la autopsia. 

“El cadáver de Lupe Vélez fue colocado en una camilla y cubierto con una sábana para trasladarlo de su casa de Hollywood al lugar de donde le fue practicada la autopsia. En esta fotografía, enviada desde Los Ángeles, vemos el momento en que el cuerpo de la artista es introducido a la ambulancia”.   

Los restos de Lupe Vélez, estrella de cintas como “The Wolf Song”, “Palooka”, “Laughing Boy”, “Hollywood Party” y “La Zandunga”, descansan en el Lote de los Actores de la ANDA del Panteón Civil de Dolores de la Ciudad de México.

La actriz, que robó el corazón y resultó indomable para famosos como Johnny Weissmüller, “el Tarzán de la pantalla”, o Gary Cooper, no bebía ni una sola copa de licor y se había retirado del vicio del tabaco en los últimos meses que tuvo de vida.

Una reflexión de la época publicada en este diario, cuestionó lo que los aires estadounidenses provocaron en “La Niña Lupe”, cuya vida estuvo llena de conflictos entre la severidad que heredó de su padre, un coronel, y la furia emotiva de su madre, una cantante.

“Nortemérica nos la devolvió un día cansada, triste… sin la casta que llevaba en la sangre, sin esa impetuosidad latina que era todo su encanto”.

Fuente : https://www.eluniversal.com.mx

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