Víctor Ruiz Arrazola
San Jacinto Amilpas, Oaxaca – Al menos unas veinte personas, entre ellas dos niñas, se “casaron” el pasado domingo 25 de febrero con diversos árboles que se encuentran plantados en las márgenes del Río Chiquito, un afluente del Río Atoyac, que desde hace décadas está seco, en este municipio de San Jacinto Amilpas, pero que hace 20 años fue reforestado por estudiantes y autoridades de la localidad.
Cásate con un Árbol México, es una performance producida por la organización Corazones Verdes por la Naturaleza y Niños, dirigido por el actor y medioambientalista Richard Torres, originario de El Amazonas, Perú, quien desde hace doce años ha recorrido 16 países de América Latina promoviendo la reforestación por medio de este tipo de performance.
San Jacinto Amilpas, es uno de los 570 municipios del estado de Oaxaca, ubicado en la zona poniente, conurbada con la ciudad de Oaxaca, en donde la creación de asentamientos humanos sin control normativo ha generado la deforestación y destrucción de las microcuencas de esta municipalidad por donde atraviesa el Río Atoyac.
Cásate con un Árbol México, es considerado por su creador, “como la primera boda colectiva en México de personas con árboles, hemos realizado otras bodas, pero individuales, en ciudades como la de México, Toluca, Mérida, Oaxaca y en el milenario árbol que se encuentra en San María El Tule”, en la región de Valles Centrales de Oaxaca.
A la sombra de laureles, palmeras, huajales, jacarandas, sembrados hace 20 años por alumnos de la Escuela Secundaria del lugar, como Alán López Franco, hoy licenciado en Derecho y servidor público del Ayuntamiento de San Jacinto Amilpas, Richard Torres, dijo que su causa por la naturaleza la llevará este año a Europa, pero principalmente a Estados Unidos.
“Cruzaremos la frontera de México y Estados Unidos, para pedirle al presidente Donald Trump que se anime a plantar árboles, en vez de poner muros que plante árboles y esto se logrará con el dialogo, con el amor y la paz, nuestras principales armas para defender a la madre tierra”.
Torres, agregó que el performance es Cásate con un Árbol, que consiste en la boda colectiva para generar conciencia ecológica, “pero lo más importante es la reforestación, el plantado y el cuidado de los árboles”.
Los padrinos fueron la percusionista Patricia Piñón y el canta autor Francisco Náteras, este último comentó, que la participación de ambos “es desde la perspectiva de la música. Las canciones que canto, que interpreto tienen que ver con el amor y el respeto a la madre tierra. Formalmente somos los padrinos de las bodas, hemos participado en Ixtlán de Juárez, en el Monumento a la Madre, en la Ciudad de Oaxaca, un parque que estaba abandonado”.
Sobre la respuesta de la ciudadanía a este tipo de performance Náteras comentó que “hay una parte que es muy entusiasta y saben que es una ceremonia espiritual y de conciencia, pero hay personas que lo malinterpretan y entonces somos muy agredidos, muy atacados, nos tratan de locos, nos cuestionan de cómo se va a casar una persona con un árbol, pero es que no entienden el sentido de este vínculo que tenemos como seres vivos con los árboles”.
Rocio Morales, una médica tradiconal zapoteca de Jaltianguis, en la Sierra Norte de Oaxaca, fue la encargada de darle las gracias a la madre tierra y pedirle permiso, a través de un ritual hacia los cuatro rumbos, para poder desarrollar el performance.
Morales, integrante de la organización Bedani (El llamado de Caracol en Zapoteco), la cual se encarga de recuperar el conocimiento de la medicina de los pueblos indígenas de Oaxaca, explicó que Cásate con un Árbol “es un compromiso con el medio ambiente, con la naturaleza, no se trata de solo sembrar un árbol y dejarlo, es un compromiso como un matrimonio, porque me comprometo a regarlo, a cuidarlo, a darle un buen crecimiento y a seguir sembrando, a llevar el mensaje de la reforestación, no solo por Oaxaca, sino por todo el mundo”.
René Martínez, un artista plástico que vive en Santa María El Tule, y quien se dedica a la creación de objetos de arte por medio del reciclaje de deshechos de árboles, de fibras, palmas, se casó este domingo con un laurel, para que “los niños vean que podemos cambiar al planeta, lo que requerimos es consciencia ecológica”.
Al encargado de la Biblioteca Municipal de San Jacinto Amilpas, Humberto Escobedo Cetina, lo invitaron a casarse con un árbol y “por mi conciencia ecológica dije que sí, y hoy soy esposo de un frondoso laurel, no solo para protegerlo a él, sino a toda la naturaleza, a la Pachamama, a la Madre Tierra”.
Originario del estado de Yucatán, pero con más de 30 años de residir en Oaxaca, en donde se ha despeñado como periodista y dicente, Escobedo Cetina, considera que la conciencia ecológica “es amor, como dice mi maestro Osho, amar a los seres vivos del planeta tierra, conciencia ecológica es amar a la humanidad”.
Vestido blanco largo, velo en el rostro y un ramo de flores amarillas en las manos, fue el atuendo de Alba Pino Hernández, residente de San Antonio Arrazola, una comunidad ubicada en el municipio de Santa Cruz Xoxocotlán, al sur de la ciudad de Oaxaca, para quien casarse con un árbol “es el compromiso de convivir un poco más con la naturaleza, de cuidar el entorno en el que vivimos, para dejar a nuestros hijos un lugar apropiado para vivir”.
Richard Torres felicitó a las personas contrayentes “por este gran paso que ustedes van a dar, es un paso trascendental, les aseguro que los árboles nunca les van a fallar, porque a diferencia de los seres humanos no te sacan la vuelta, lo único que tienen que hacer es comprometerse a defenderlos y a seguir plantando vida, a seguir plantando amor”.
Luego de preguntar “sí alguien se opone a esta boda, que hable ahora o calle para siempre”, en nombre de dios, de la Madre Tierra, de El Amazonas, Perú, los declaró esposos y esposas “y compañeros de vida para siempre”. (correo electrónico: [email protected]).