➡Fue abandonada por su padre, que mató a golpes a su madre; su abuelo acaba de morir.
➡Su abuela la recogió y le enseñó el oficio de recoger botellas de plástico y cartón.
Carlos Abad | El Piñero
Sentada en un bote de basura, pepenando el cartón y botellas de plástico, nos encontramos a la pequeña Ariana de ocho años de edad. Ella es viva muestra de que no todos los niños sueñan con la llegada de Melchor, Gaspar y Baltazar, ya que algunos, como ella, sólo piensan en saber si podrán comer el día de hoy, y para ello deben trabajar muy duro, incluso de noche.
Ariana oficialmente no existe ante la ley, pues jamás fue registrada, es decir que no tiene acceso a los programas sociales; a su corta edad no sabe leer, ni escribir, ya que no tuvo la oportunidad de ir al kinder, ni a la primaria; probablemente nunca tendrá dinero para pagar una colegiatura, comprar útiles escolares e ir a la escuela como los demás niños de su edad.
Este 6 de enero, Ari echó al bote los últimos zapatos que se encontró en la basura, ya no le quedan y se echaron a perder; por lo que tendrá que salir a pepenar descalza en esta noche que muchos niños celebran la llegada de los “Reyes Magos”, arriesgando se encuentre un vidrio que la corte o un animal que la muerda.
Por recoger cada kilogramo de cartón o botellas de plástico, ella recibe 4 pesos, así que si quiere ganar más dinero para que su abuelita compré un kilo de tortillas y frijoles, debe caminar casi toda la ciudad; de comer carne no hablamos, eso es una ilusión en la vida de Ariana.
Los Reyes Magos para ella nunca han existido, piñatas no las conoce y jamás ha partido un pastel, de hecho nunca la han invitado a una fiesta, pues no hay tiempo de jugar o divertirse, cuando la principal necesidad es sobrevivir en este mundo que le tocó vivir.
Su abuelita contó a El Piñero Periodismo y Debate que la adoptó desde muy pequeña, pues el padre de Ari mató a golpes a su mamá, y para colmo acaba de fallecer su abuelito, lo que nos indica que podría quedar sin familia antes de cumplir la mayoría de edad.
Las pocas muñecas que tiene Ari, las encontró en la basura; de hecho ella no come 3 veces al día, pues a su abuela apenas y le alcanza para desayunar y cenar después de recoger basura, al filo de la 1 de la madrugada puede probar otro bocado, si bien le va.
Si se enferma, no hay posibilidades de acudir a un doctor, pues no tiene dinero para pagar un servicio, y al no tener acta de nacimiento no puede ser afiliada a ninguna institución de salud.
La niña pepenadora jamás ha puesto un árbol de navidad, no sabe cuándo es su cumpleaños y por lo tanto no recibe regalos, de hecho no conoce los dibujos animados actuales, pues no tiene televisión; le preguntamos por la muñeca más famosa del mundo “Barbie” y no la conoce.
De celular, pelotas, muñecas de moda o ir a la estética mejor ni hablamos; ella nació en un mundo sin oportunidades, con la dificultad quizás de nunca salir de su condición de pobreza extrema.
Es ahí cuando nos cuestionamos ¿Si nosotros tenemos problemas o sufrimos lo que ha sufrido ella?