Luis Velázquez
30 de abril de 2019
ESCALERAS: Desde hace ratito, la ola de violencia ha dejado de centrarse en el ajuste de cuentas entre los carteles y sicarios. Pasó, por ejemplo, a los secuestros y feminicidios. Incluso, más grave, a los niños.
Pero políticos y líderes sindicales también han sido asesinados en un tsunami donde nadie, absolutamente nadie, está a salvo. Ni nadie puede cantar victoria que ya la libró. Y la vida todos los días y noches, prendida con alfileres.
En el sur de Veracruz ya nadie detiene el éxodo de familias completas a otras latitudes geográficas.
Indicativo, sin embargo, que los carteles estén asesinando a políticos.
Quizá abierto desafío y provocación al gobierno de Veracruz y la Fiscalía. Sin duda, mostrando el puño y el músculo.
Y más, se afirma en la cancha pública, cuando el jugoso negocio del huachicoleo ha sido intervenido por las fuerzas armadas.
El último asesinato fue de la presidenta municipal de Mixtla de Altaramirano, Maricela Vallejo Orea, la alcaldesa más joven del estado de Veracruz, el 24 de abril. Además, su esposo, Efrén Zopiyactle, y chofer, Sabino García, ejecutados al mismo tiempo.
He ahí, entre otras cositas, los estragos, por un lado, de la inseguridad, la incertidumbre y la zozobra, tarea de la secretaría de Seguridad Pública.
Y por el otro, de la Fiscalía, que a procurar justicia está obligada pero rebasada por la impunidad.
PASAMANOS: 7 de diciembre del año 2018: en el municipio de San Juan Evangelista es asesinado el dirigente local y fundador del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), Agustín Pegueros Alcántara, quien tenía 69 años.
16 de diciembre, en Coatzacoalcos es asesinado el dirigente sindical de la Unión de Transportistas de la CTM en el municipio de Moloacán, Marcos Medina Castellanos. Secuestrado 15 días, el líder sindical fue encontrado sin vida, maniatado y entre unos matorrales, a orilla de la carretera Coatzacoalcos-Minatitlán, a la altura del lugar conocido como Las Matas.
18 de diciembre, en el municipio de Ciudad Mendoza, fue privado de la vida el líder de los comerciantes del mercado “Morelos”, Aarón Gómez Vergara, de 46 años. El dirigente murió en el hospital del Seguro Social, después de haber sido atacado a balazos por dos sujetos. Era propietario de una fonda y dirigente de los locatarios del mercado Morelos.
10 de enero del año 2019, en Oteapan fue asesinado el líder municipal del PAN, Gabriel de la Rosa Enríquez. 18 días secuestrado.
20 de enero, en Córdoba es asesinado el líder del Movimiento Antorchista, además de torturado, Noé Jiménez Pablo.
22 de enero, en el municipio de Agua Dulce fueron asesinados la dirigente sindical del Ciessas, Lorena González León, y su esposo Víctor Manuel Pérez Muzo, tras ser atacados a balazos junto con su hijo, quien quedó herido.
CORREDORES: 5 de febrero del año desventurado que corre, en el interior de la plaza comercial “Clavijero” de la ciudad de Xalapa fue ejecutada a balazos la dirigente de los locatarios, María del Carmen Ruiz Hernández. Al lugar llegaron dos sujetos en una motocicleta y uno de ellos ingresó a la plaza comercial, donde encontró a la mujer y tras discutir con ella le disparó en al menos seis ocasiones.
Febrero de 2019, el ex alcalde de Tequila, en la sierra de Zongolica, Sergio Heriberto Domínguez, fue secuestrado. Los carteles pidieron diez millones de pesos para su liberación.
17 de marzo, en San Juan Evangelista asesinan al fundador y líder local de MORENA, Ernesto Marrugares Ramos, taxista de oficio.
Mes de marzo, la muerte alcanzó en la Ciudad de México, delegación Cuauhtémoc, al regidor del municipio Gutiérrez Zamora, Jorge Ramos, y al ex candidato del Panal a la alcaldía, Saúl Zapata.
25 de marzo, en Villa Azueta son asesinados en la estética Justin, “El siervo de la nación”, grupo de MORENA, Ignacio García Islas, fallido candidato a presidente municipal, y Justino Castro Serrano, coordinador de programas asistenciales.
25 de abril, en San Juan Evangelista, asesinan al líder de MORENA, de 69 años de edad, Agustín Pegueros Alcántara.
BALCONES: Cinco meses después de MORENA gobernando Veracruz, trece políticos y líderes sindicales asesinados.
Todos, en la impunidad.
Ningún crimen ha sido esclarecido, por más y más que el boletín oficial gritonee que la policía está investigando. Que ya existen retratos hablados. Que los homicidas están identificados. Que ya les siguen la pista. Que “antes de que gallo cante tres veces” y san Pedro niegue a Jesús ante el soldado romano, serán detenidos y habrá buenas noticias, “lo bonito entre lo bonito”.
Y los días y las noches caminan y todo empeora, pues un asesinato más hace olvidar el anterior y el anterior y el anterior.
Y entonces, “para lavarse las manos”, el gobernador y los secretarios General de Gobierno y de Seguridad Pública lapidan al Fiscal, el villano favorito de MORENA y de la Cuarta Transformación del País.
PASILLOS: Los otros villanos, claro, son los ex gobernadores. Y sus secretarios de Seguridad Pública. Y sus fiscales.
Así, inculpando a los antecesores porque dejaron, ajá, un cochinero, cuando, caray, si es cierto que los carteles ya estaban aquí cuando MORENA entró al palacio de gobierno de Xalapa, también es verdad que 5 meses después, aquí siguen, floreciendo, incluso, con un nuevo cartel en la tierra jarocha, el cartel del Siglo.
Y de postre, los políticos de MORENA gritoneando que la Guardia Nacional será, será, será (en futuro, el futuro que nadie conoce) la medicina definitiva para restañar las heridas sociales.
Es decir, lo que Napoleón Bonaparte aseguraba era la tarea de un político como es la venta de esperanzas.
VENTANAS: Igual que en la yunicidad y el duartazgo, el paisaje urbano y suburbano y rural de Veracruz en la era Cuitláhuac es el siguiente:
Cadáveres flotando en los ríos, lagunas y arroyos.
Cadáveres tirados en las carreteras y en medio de los cañaverales y en las calles y avenidas de los pueblos.
Mujeres asesinadas, incluso, decapitadas.
Niños, hasta de un año en brazos de su madre, asesinados.
Chicas ejecutadas luego de que las madres se han declarado sin liquidez para pagar el rescate millonario.
Jóvenes y ancianos y hombres en la edad madura ejecutados de norte a sur y de este a oeste de Veracruz.
Y para cerrar el círculo del horror y el pavor, del miedo y el temor, políticos asesinados, nomás para demostrar que nadie está seguro, al grado de que los carteles alcanzan “la plenitud del pinche poder” asesinando a trece personas en una fiesta familiar (Minatitlán) y metiendo treinta tiros a un matrimonio (la alcaldesa de Mixtla de Altamirano y su esposo) y a su chofer.