Redacción El Piñero
Loma Bonita, Oaxaca.- En el telón virginal del nuevo año, Loma Bonita, esa tierra piñera en la que los lunes suelen ser testigos bulliciosos de la vida diaria, despierta con una paleta visual que parece sacada de un sueño cinematográfico. Las puertas de los locales comerciales permanecen cerradas, las calles, normalmente animadas, yacen desiertas como un escenario teatral en el intermedio de un acto.
La lente de nuestra cámara captura este peculiar escenario, una escena mañanera que susurra en tono de confidencia: “Silencio, ¡No los despierten!” Las imágenes, congeladas en el tiempo de un lunes inaugural, nos sumergen en la quietud inusual de Loma Bonita, como si la ciudad misma estuviera sumida en un letargo temporal.
Los locales comerciales, guardianes cotidianos del trajín mercantil, permanecen con sus puertas cerradas, como comparsas que guardan silencio antes de la gran función. Las vidrieras, normalmente reflejos de la vida urbana, hoy se mimetizan con la quietud circundante, como si también hubieran decidido tomar un respiro.
Las calles, generalmente marcadas por la coreografía caótica de transeúntes y vehículos, son ahora pasillos desiertos que susurran historias suspendidas en el aire. Este lunes de inicio de 2024, Loma Bonita se presenta ante nuestros ojos con una extraña belleza, una paleta de grises y silencios que desafía la normalidad.
“Estas estampas son de las pocas ocasiones en que un lunes despierta sin movilidad social en esta tierra piñera”, reflexionamos, mientras el obturador de la cámara captura momentos que parecen sacados de un rincón secreto de la realidad. El click de la fotografía se convierte en el testigo silencioso de un lunes diferente, un lienzo visual que invita a contemplar la belleza efímera de la quietud en medio del bullicio cotidiano.