Con las especulaciones sobre una posible devaluación, estar preparado es la mejor opción.
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Per Bylund
No sólo en México se especula sobre una posible devaluación. Nuestro vecino del Norte lleva meses analizando una posible recesión cercana, algo que, nos guste o no, tiene un efecto directo sobre nuestra economía. Mucho se ha hablando sobre una inminente recesión en la economía estadounidense, ya sea por una rara e histórica expansión económica que lleva una década, o por los reportes recientes sobre la curva de rendimiento invertida, que tradicionalmente es indicativo de una recesión. Cualquier recesión es dura para el país que la vive, pero puede ser particularmente devastadora para los emprendedores que suelen ser los que tienen más cosas que perder. Esta situación no sólo agrega un reflujo económico a la incertidumbre de lanzar y dirigir un negocio, además implica que hay menos oportunidades y menos personas dispuestas a invertir, consumir y hacer negocios.
Claro que las recesiones son difíciles de predecir, porque aún con la gran cantidad de evidencia que apunta hacia una crisis inminente, es difícil anticiparnos al momento en el que ocurrirá y la forma en la que afectará cada industria. El simple hecho de cerrar tu negocio no es una solución, una mejor estrategia sería prepararte para lo peor y blindar tu negocio ante las bajas de la economía. ¿Y cómo hacerlo? Aquí te dejamos cuatro cosas a considerar que pueden ayudarte a preparar tu negocio para enfrentar una recesión… en caso de que ocurra.
1. Ajusta tu oferta de valor
El emprendimiento exitoso siempre tiene que ver con proveer valor, pero ese valor reside en los ojos de tus clientes. Esto no cambia durante las recesiones. De hecho, incluso puede que sea más importante permitir que sea éste valor el que dicte tu oferta, el cómo y el cuándo. Pregúntate no sólo cuál es el valor de lo que ofreces, sino cuál será ese valor cuando haya una crisis económica. Si ellos van a modificar sus prioridades en tiempos de crisis, tú deberías hacer lo mismo para que tu oferta siga entre sus prioridades.
2. Elige flexibilidad por sobre costo
Una recesión disminuye la actividad económica, así que parecería obvio enfocarte en recortar gastos, aunque esto no necesariamente es lo más prudente. Los gastos de producción son los primeros en disminuirse haciendo inversiones grandes en bienes como maquinaria y fábricas. Para que esto tenga sentido necesitas tener un mayor volumen de ventas que cubra el gasto que vas a hacer, y durante una recesión esto puede ser un movimiento desastroso si tus clientes están dudando a la hora de adquirir tu producto. Así que sería más importante poder disminuir el volumen de producción de manera rápida y a menor costos para responder ante la crisis. La flexibilidad, sobre todo la flexibilidad de una recesión, puede ser mucho más importante que el costo promedio de producción.
3. Renegocia contratos con tus proveedores
Cuando empiezas a preocuparte por la recesión, lo normal es que tus proveedores y demás involucrados en el negocio lo hagan también; por esta razón es buena idea empezar a platicar sobre qué esperar y ajustar contratos, sobre todo los contratos a largo plazo, para encajar mejor en tiempos de crisis. A tus proveedores les conviene que tú sigas con tu negocio, incluso si eso implica vender menos para cumplir un contrato. Negocia los cambios posibles o agrega cláusulas que te ayuden en tiempos de recesión.
4. Considérala una oportunidad para crecer
Una recesión destila pesimismo, así que lo natural es hacerte para atrás y ajustarte el cinturón, pero eso es justamente lo que todo el mundo está haciendo, es decir, la competencia hizo lo mismo por que ahora compite menos y los precios han bajado. Si la recesión genera desempleo, para ti podría ser la oportunidad perfecta para contratar un buen talento. Los negocios que no dependan de manera tan directa de los altibajos de la economía tienen una gran oportunidad para crecer a menor costo. Así que asegúrate de tener suficiente dinero ahorrado para aprovechar algunas de las ventajas que trae la recesión al mercado.
La mejor forma de anticiparte a un desaceleramiento de la economía es no actuar en pánico sino prepararte para lo que puede venir. Los emprendedores que ven las señales de una recesión y se dan el tiempo de blindar sus negocios tienen mejores oportunidades de sobrevivir, así como de aprovechar las oportunidades que traerá para incluso poder pasarla y salir siendo aún más fuerte.