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“Así, facilito: si AMLO perdona a los corruptos, perdonará a los de Morena”, advierte Solalinde

El Piñero

Ciudad de México, 23 de noviembre (SinEmbargo).– Los mexicanos quieren “probaditas de justicia” y si Andrés Manuel López Obrador, una vez en la Presidencia de la República, no llama a cuentas a Enrique Peña Nieto como mínimo, el mensaje será que su perdón alcanzará a sus colaboradores del partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena), dice Alejandro Solalinde Guerra, sacerdote y defensor de los derechos humanos.

“Le voy a decir algo: pase lo que pase, se tiene que hacer justicia. No de todos, pero se tiene que saber que hay consecuencias y que ya llegamos a un hasta aquí. Porque además me preocupa, le voy a decir por qué: si Andrés Manuel, así facilito, facilito dice: ‘perdón, no hay problema’, ya se está perdonando a los mismos de Morena. Como si lo estuviera viendo: ‘A ver, no pasa nada, hay que perdonar. Perdonamos porque es mucha la corrupción’. Bueno, ya está perdonando a los mismos de Morena, ya está perdonando. Eso no puede ser. No, no puede haber perdón si no hay una rectificación del rumbo, si no hay un aseguramiento de que no va a seguirse permitiendo los mismos errores, la misma corrupción. No, tiene que haber probadas de justicia y con los principales. Enrique Peña Nieto no se escapa”, asegura el sacerdote en entrevista con SinEmbargo.

El padre Solalinde afirma que Peña Nieto es el “peor Presidente que ha tenido México”, pero que el resto, desde Luis Echeverría Álvarez hasta el actual mandatario, deben ser investigados por delitos de corrupción y por sumir al país en un narcoestado.

Solalinde Guerra considera que la Consulta Nacional a la que se comprometió López Obrador con la periodista Carmen Aristegui para preguntarle a los mexicanos si debe o no investigar a Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo Ponce de León, Vicente Fox Quesada, Felipe Calderón Hinojosa y a Peña Nieto, sólo traerá un resultado: un clamor de justicia.

“El pueblo quiere unas probaditas de justicia. Si bien es cierto que no podemos meter a la cárcel a todos, porque todos esos corruptos del PAN y del PRI que cometieron esos actos deben pagar, pero al menos unas probaditas. Para mí da lo mismo que consulte o que no consulte porque el resultado es el mismo, como si lo estuviera viendo: la gente, yo me incluyo entre ella, tenemos hambre y sed de justicia y queremos que al menos algunos responsables que fueron cabeza de un país paguen. A mí me gustaría muchísimo, al menos por la satisfacción de tanta gente que ha buscado justicia y que no ha encontrado, que al menos los presidentes pudiera responder. Y desde [Luis] Echeverría –porque tiene cuentas pendientes de crímenes de lesa humanidad– como también Enrique Peña Nieto tiene crímenes de lesa humanidad. Tienen que pagar”, dice.

Alejandro Solalinde asegura en esta entrega que las declaraciones surgidas durante el juicio en contra de Joaquín “El Chapo” Guzmán en Nueva York –que involucran con el crimen organizado a Genaro García Luna, Secretario de Seguridad Pública durante la gestión de Calderón– no le sorprendieron, pues desde 2010 sabía de esa relación.

“Para mí no es novedad. Desde 2010 yo he sabido de esto por los migrantes, pero además por operadores de Los Zetas que trabajaban de la manita con el grupo de la Policía Federal y del Secretario de Seguridad, obviamente lo sabía […]. Y tuve otros casos donde también está embarrado Monte Alejandro Rubido [ex director general del Centro de Investigación y Seguridad Nacional con Calderón y ex Comisionado Nacional de Seguridad con Peña Nieto]”, afirma.

 

–¿Cuál es su evaluación en materia de derechos humanos de estos seis años?

–Yo pienso, a través de mi experiencia, analizando la situación, pues casi todo el tiempo he estado con víctimas de todas las violencias que hay en México; sobre todo con personas migrantes, ha sido un desastre el respeto a los derechos humanos. Se han violado todas las garantías, todos los derechos, una crisis de verdad tremenda en grados de alta violencia. No ha habido escrúpulos de parte del Gobierno de Peña Nieto, de parte del PRI [Partido Revolucionario Institucional], del Grupo Atlacomulco, pero tampoco del crimen organizado. El crimen organizado y el crimen autorizado es lo mismo. Yo pienso que lo que hemos estado viviendo durante años –y no de ahora, sino desde los panistas– es un narcoestado y, claro, habiendo esa violencia, apertura y convivencia con el crimen organizado y el Estado, no puede haber respeto a los derechos humanos. Por eso hemos tenido casos gravísimos de miles y miles de desaparecidos migrantes, y también miles y miles de desaparecidos connacionales siendo el caso más notable Ayotzinapa.

Ayotzinapa quedará aquí [señala su frente] una marca para siempre, un tatuaje para siempre en este Gobierno de Enrique Peña Nieto. Entonces, en cuestión de derechos humanos México ha sido un horror. Que no me digan de las mujeres, de los sacerdotes que han sido asesinados en este régimen, de los periodistas que han sido asesinados. Como dice el Papa: “México es un terror”. Así lo dijo el Papa antes de venir a México. Sigue siendo un terror; ahora que nos estamos asomando a los niveles de corrupción e impunidad es un horror. El mismo Presidente electo ha dicho: “¿cómo hacer?, si todo está corrompido, ¿qué podemos hacer?, necesitaríamos cárceles, meter a todos, ¿cómo?”. Él [López Obrador] se declara de plano impotente ante esto.

–¿Qué opina de las declaraciones que se están dando en el juicio de Nueva York, en el juicio de [Joaquín Guzmán] “El Chapo”, de las corruptelas? Dicen que le dieron dinero a Genaro García Luna, que han relacionado al ex Presidente Calderón y al Presidente Peña con el narcotráfico. ¿Qué opina de eso padre?

–Para mí no es novedad. Desde 2010 yo he sabido de esto por los migrantes, pero además por operadores de Los Zetas que trabajaban de la manita con el grupo de la Policía Federal y del Secretario de Seguridad obviamente, yo lo sabía. Un día cuando yo me enteré de eso fui a su búnker y le fui a decir que parara los secuestros de migrantes. Yo no podía decirle que parara esa convivencia que había entre el Gobierno de Calderón y el crimen organizado, pero sí le podía decir que parara al menos los secuestros de migrantes.

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–¿Al búnker de quién padre?

–De Genaro García Luna. Estoy hablando de Genaro García Luna cuando yo fui a su búnker ahí en Constituyentes. Ahí fui y le fui a decir eso. Llevé a mi equipo, mi equipo recuerda perfectamente bien porque fuimos con Amnistía Internacional, con Derechos Humanos, con la Dimensión Pastoral de Movilidad Humana del Episcopado Mexicano, y le fui a decir que parara los secuestros contra los migrantes, porque unos operadores de Los Zetas, que le costó la vida hablar, dijeron todo. Yo sabía que los que estaban haciendo esos secuestros en Veracruz eran por parte de la dirigencia de la Policía Federal. Y tuve otros casos donde también está embarrado Monte Alejandro Rubido [ex director general del Centro de Investigación y Seguridad Nacional con Calderón y ex Comisionado Nacional de Seguridad con Peña Nieto] y también fui a reclamarles. Para mí no es novedad, yo ya lo sabía y se los dije, pero nadie hacía caso, como nadie hace caso tampoco en este Gobierno. ¿A quién le dices si todo es juez y parte?

–¿Peña Nieto ha sido totalmente ajeno a las víctimas?

–Sí, para mí Enrique Peña Nieto es el peor Presidente que hemos tenido jamás en la historia. Ninguno tan cínico. Lo podemos ver con tantas cosas terribles que han pasado a México y él siempre sonriendo. Él no se despeina, le importa nada el dolor de la gente, nada el dolor de las mujeres, de todos lo sectores asesinados, presionados como ya mencioné. Pareciera que él estuviera en otro canal, en otra esfera, en otro planeta. Pareciera que no siente nada. Pase lo que pase él sale sonriente, sale muy peinadito y México una tragedia, la gestión que deja es un desastre. Por eso se me hace tan cínico este partido del PRI que está desgarrándose las vestiduras cuando Andrés Manuel dice que va a perdonar; va a perdonar y obviamente no está de acuerdo la gente con eso, porque el perdón viene pero con justicia, no así facilito de borrón y cuenta nueva. Pero es que es tanta la corrupción, tanta la descomposición de México que él dice: “o me paso todo mi sexenio haciendo justicia, deteniendo a los culpables o busco el cambio democrático y el progreso y el desarrollo de México”. Así, de ese tamaño son las cosas.

–¿Padre para usted cuál es la definición de perdón como cristiano, como católico?

–Para mí es sanar la relación. Perdón significa sanar la relación. El perdón no nada más es unilateral, que bueno que se haga, pero el perdón debe partir de un reconocimiento del victimario. Si el victimario reconoce que hizo mal, la víctima puede tener ese encuentro con él y entonces, en un plano de justicia restaurativa, decir cuál es la reparación  que la víctima pide del victimario para que esté en paz. Una vez que se ha esclarecido qué pasó, que se ha investigado la verdad, que se ha hecho justicia; que no es lo mismo que ser justiciero, eso es otra cosa, pero también parte de la reparación del daño que no se vuelva a repetir. Si hay esto, hay perdón y hay paz. Jesús [Cristo] nos invita a perdonar siempre, 70 veces siete, pero también nos dice que si alguien viene y se arrepiente y pide perdón, tenemos que perdonar. Pero no es el caso, estas personas que han agraviado a México, este partido ni siquiera reconoce nada. Nunca ha hecho un examen de conciencia, el PRI jamás reconoce porque ya la corrupción es su segunda naturaleza. Nació corrupto y morirá corrupto porque ya murió. Ya está terminando sus últimas etapas de vida en México.

–Como usted sabe López Obrador tuvo una entrevista con Carmen Aristegui e hizo un compromiso él de llevar a la Consulta Pública el tema de la investigación a Ernesto Zedillo, Carlos Salinas,  Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto. ¿Debería de hacerse una consulta al pueblo o debería ser algo ya dado como dice Porfirio Muñoz Ledo, no una probabilidad sino una seguridad el que deberían ser investigados estos ex presidentes?

–El pueblo quiere unas probaditas de justicia. Si bien es cierto que no podemos meter a la cárcel a todos, porque todos esos corruptos del PAN y del PRI que cometieron esos actos deben pagar, pero al menos unas probaditas. Para mí da lo mismo que consulte o que no consulte porque el resultado es el mismo, como si lo estuviera viendo: la gente, yo me incluyo entre ella, tenemos hambre y sed de justicia y queremos que al menos algunos responsables que fueron cabeza de un país paguen. A mí me gustaría muchísimo, al menos por la satisfacción de tanta gente que ha buscado justicia y que no ha encontrado, que al menos los presidentes pudiera responder. Y desde [Luis] Echeverría –porque tiene cuentas pendientes de crímenes de lesa humanidad– como también Enrique Peña Nieto tiene crímenes de lesa humanidad. Tienen que pagar.

–¿Y que no suceda como con [Gustavo] Díaz Ordaz  que murió y nunca respondió por el 68?

–No, y ni su partido el PRI nunca respondió. Porque como ya digo, el PRI está acostumbrado a eso, es su segunda naturaleza. Ni siquiera hará el intento de hacer un análisis de conciencia porque no la tiene. Por eso el pueblo este primero de julio ¡que bueno que decidió liberarse de él!, y ya no va volver estoy seguro, por más que digan que van a buscar un maquillaje nuevo, una cara nueva, su corazón está podrido, el pueblo jamás lo va aceptar. Por eso digo, no importa que se haga consulta, el resultado es lo mismo: la gente va a buscar justicia.

–¿Y el PAN [Partido Acción Nacional]? Ya ve que Calderón quiere hacer hasta su partido…

–El PRI y el PAN son lo mismo. Y hay gente buena en el PAN, por eso me duele, pero fue acrítica, ingenua y fue omisa. Cuando estaba su partido en el Gobierno, o cuando estaba en complicidad, porque hay que decirlo: fue cómplice del PRI, no hicieron nada para evitar eso. Ahorita ya su partido va en declive.

–Estas probaditas de justicia padre, López Obrador ha dicho que le puede traer problemas políticos, una desestabilización del país si se pone a hacer este tipo de justicia. ¿Qué ocurriría si llama a cuentas a estos ex presidentes?

–Le voy a decir algo: pase lo que pase, se tiene que hacer justicia. No de todos, pero se tiene que saber que hay consecuencias y que ya llegamos a un hasta aquí. Porque además me preocupa, le voy a decir por qué: si Andrés Manuel, así facilito, facilito dice: ‘perdón, no hay problema’, ya se está perdonando a los mismos de Morena. Como si lo estuviera viendo: ‘A ver, no pasa nada, hay que perdonar. Perdonamos porque es mucha la corrupción’. Bueno, ya está perdonando a los mismos de Morena, ya está perdonando. Eso no puede ser. No, no puede haber perdón si no hay una rectificación del rumbo, si no hay un aseguramiento de que no va a seguirse permitiendo los mismos errores, la misma corrupción. No, tiene que haber probadas de justicia y con los principales. Enrique Peña Nieto no se escapa.

“Una cosa es la misericordia y otra cosa es renunciar a la justicia. Yo pienso que es un mal mensaje el que está dando AMLO, exagerado, de prudencia. Pero también le voy a decir algo: nadie como él sabe el riesgo que corre y sabemos que el PRI y todo su aparato de poder y corrupción es capaz de matar”, plantea el padre Solalinde, defensor de los derechos humanos de los migrantes. Foto: Cri Rodríguez, SinEmbargo

–¿Qué le dice a usted lo que ocurrió ayer, que en la mañana se compromete López Obrador a la consulta con Aristegui para ver si investiga a estos ex presidentes, entre ellos Peña Nieto, y por la tarde nos enteramos que Peña Nieto come con López Obrador en su casa?

–Yo no sé lo que él haya tratado, pero pienso que es una mala señal. Una cosa es la misericordia y otra cosa es renunciar a la justicia. Yo pienso que es un mal mensaje el que está dando AMLO, exagerado, de prudencia. Pero también le voy a decir algo: nadie como él sabe el riesgo que corre y sabemos que el PRI y todo su aparato de poder y corrupción es capaz de matar. Ya lo ha demostrado, sino que lo diga Carlos Salinas de Gortari, experto en los magnicidios. Entonces yo pienso que él está razonando, pensando en México y es realista: él sabe que son capaces de matarlo y sabe que lo hubieran matado, y sabe perfectamente que no lo hubieran dejado llegar, si él no hubiera tenido tanta prudencia. Entonces está entre la espada y la pared, porque si quiere ser realista tiene que aceptar muchas cosas de momento. Ya tomará posesión y ya se verán muchas cosas, pero ahora falta todavía una semana en que estos pueden hacer cualquier cosa.

–¿Y ya siendo Presidente de la República podría ser asesinado López Obrador si intentara llamar a cuentas a estos ex presidentes?

–Sí, pero ya habría una estructura que faltando él, respondiera. Ahorita no, ahorita todavía no. Por eso, pensamos que llegue. El tiempo de llegar se está haciendo muy largo, muy intenso. Pero aunque Andrés Manuel no quisiera, hay todo un pueblo que empuja, no solamente los 31 millones que votamos por él, sino los otros 30 millones que no votaron por él, pero que votaron por un cambio. Yo pienso que ahí está la fuerza de todo un pueblo que ya está harto y que de verdad quiere no más corrupción, y que no se la van a perdonar ni a los que hayan hecho tanta corrupción, pero tampoco a los que la sigan haciendo, del partido que sea así sean de Morena, la gente no lo va a permitir.

–Una de las críticas más fuertes que se han hecho al Gobierno de Calderón y de Peña Nieto es la militarización, el Ejército en las calles. Acaba de presentar su plan de seguridad Andrés Manuel donde habla de la creación de la Guardia Nacional, incluso ya se presentó la iniciativa de ley en el Congreso; el Ejército seguirá en las calles. Hay activistas que critican que no dio un plan de cómo sacará a el Ejército de las calles. ¿Qué opina usted de este tema?

–De que va a salir, va a salir y está poniendo un plazo para salir. Pero la cuestión es que sale y no sale porque esa Guardia Nacional está compuesta por fuerzas armadas, tanto del Ejército como de La Marina. Ellos no están preparados para hacer seguridad interior, no están preparados. Ellos están preparados para abatir, para combatir al enemigo, para proteger a México de virtuales enemigos externos. Entonces no salen, porque ellos siguen así, con otra apariencia, pero sigue de alguna manera la militarización. Mi preocupación es cuándo entonces se va a preparar a policías civiles, que no sean militares, que puedan hacer ese servicio de seguridad interior. Me preocupa porque tal pareciera que de otra forma sigue un camino de militarización, me parece y me preocupa.

–¿Usted ha hablado con López Obrador sobre este tema?

–No, sobre este tema no he hablado con él. Tampoco con Alfonso Durazo, que considero que es una persona capaz, razonable, no he podido hablar porque estuve fuera del país. Espero hacerlo ahora en las próximas semanas.

 

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