Imágenes de resonancia magnética (MRI, por sus siglas en inglés) sugieren que los cerebros de mujeres con bulimia nerviosa reaccionan de manera diferente a imágenes de alimentos después de eventos estresantes que los cerebros de mujeres sin bulimia, según concluye una investigación publicada por la Asociación Americana de Diabetes en el Journal of Abnormal Psychology.
En las mujeres con bulimia, los investigadores encontraron una disminución del flujo sanguíneo en una parte del cerebro asociada con la autorreflexión, en comparación con el incremento del flujo sanguíneo en las mujeres sin bulimia. Esto sugiere que las bulímicas pueden estar usando la comida para evitar pensamientos negativos sobre sí mismas, plantean los investigadores.
“Por lo que sabemos, el estudio actual es la primera investigación sobre las reacciones neurales a las señales de alimentos después de un evento estresante en las mujeres con bulimia nerviosa”, afirma la autora principal, Brittany Collins, del Centro Médico Nacional. El estrés se considera un desencadenante de los atracones en pacientes con bulimia nerviosa, pero hay poca investigación sobre cómo las personas con bulimia nerviosa procesan y responden a señales de alimentos.
Los investigadores realizaron dos experimentos. En el primero, diez mujeres con bulimia y diez sin ella fueron a un laboratorio donde todas tomaron la misma comida. Después de esperar alrededor de una hora y familiarizarse con un escáner de imágenes de resonancia magnética, entraron en el escáner y se les mostró una serie de imágenes neutrales, como hojas o muebles, seguido de una serie de imágenes de comida con alto contenido de grasa/azúcar, como hielo helado, brownies, pizza o pasta con salsa de queso.
A las participantes se les pidió que completaran un problema matemático imposible, una tarea diseñada para inducir el estrés y amenazar su ego. A continuación, volvieron a entrar en el escáner y miraron diferentes fotos de alimentos con alto contenido de grasa/azúcar. Después de cada actividad en el escáner, las mujeres calificaron sus niveles de estrés y antojos de comida.
“Descubrimos que todas experimentaron un mayor estrés después de la tarea de estrés y que todo el mundo dijo que el estrés disminuyó después de ver las señales de comida y cada vez que las participantes vieron las señales de los alimentos”, dice la coautora Sarah Fischer, de la Universidad George Mason, en Fairfax, Virginia, Estados Unidos.
DISMINUYE EL FLUJO SANGUÍNEO A UN ÁREA CEREBRAL
Lo sorprendente fue que, aunque los patrones de los resultados sobre los que informaron las participantes fueron similares para ambos grupos, los dos grupos mostraron respuestas cerebrales muy diferentes en sus exploraciones de MRI, según Fischer.
Para las mujeres con bulimia, el flujo sanguíneo a una región llamada el precuneus disminuyó, mientras que, en el caso de las mujeres sin el trastorno alimentario, el flujo sanguíneo a esta región aumentó. El precuneus está involucrado en el pensamiento sobre el yo. “Esperamos ver un aumento del flujo sanguíneo en esta región cuando alguien está involucrado en la autorreflexión, la meditación o la autocrítica”, dice Fischer.
En el segundo experimento, los investigadores solicitaron a 17 mujeres con bulimia nerviosa que completaran la misma tarea que las mujeres en el primer estudio, a fin de examinar si los hallazgos podrían replicarse en una muestra diferente de mujeres. “Nuestros resultados fueron los mismos en el segundo estudio”, afirma Fischer.
“Las mujeres informaron de aumentos en el estrés después de la tarea de estrés e incremento del deseo de alimentos después de ver las señales de alimentos. Más importante es que el flujo sanguíneo a la misma región, el precuneus, disminuyó al ver las señales de alimentos después del estrés”, detalla esta investigadora.
Collins cree que esta disminución del flujo sanguíneo en las bulímicas sugiere que la introducción de los alimentos apaga el pensamiento autocrítico en las bulímicas y les da algo en que concentrarse en vez de la dolorosa perspectiva de lidiar con sus propias deficiencias.
Los psicólogos han teorizado previamente que la alimentación compulsiva proporciona a las mujeres bulímicas un enfoque alternativo a pensamientos negativos sobre sí mismos que pueden ser provocados por el estrés, una teoría que, según Collins, apoya su investigación.
“Nuestros hallazgos son consistentes con la caracterización de comer compulsivamente como un escape de la autoconciencia y apoya las teorías de la regulación emocional que sugieren que las mujeres con bulimia se alejan de la autoconciencia a causa de pensamientos negativos sobre el comportamiento o comparaciones sociales y cambian de enfoque a un estímulo más concreto, como la comida”, argumenta Collins.
Los resultados de estos experimentos también podrían sugerir una base neurobiológica para el uso de los alimentos como distractor durante los periodos de estrés en las mujeres con el trastorno, plantea. Los investigadores solicitaron más estudios para confirmar sus resultados, que denominaron preliminares.
con información de eluniversal.com.mx