➡️ Afectados acusan negligencia de la línea aérea y de las autoridades federales
Por: Eugenio GONZÁLEZ | El Piñero
Oaxaca, México. — En pleno apogeo de la temporada turística en el paradisiaco municipio de Huatulco, situado en la región de la Costa de Oaxaca, más de 130 pasajeros quedaron varados, este viernes -3 de Noviembre-.
Varados durante más de 15 horas en el aeropuerto local, su paciencia y esperanzas se evaporaron en el aire salado del Pacífico debido a las fallas mecánicas de un avión de la aerolínea Volaris, que debía llevarlos a la Ciudad de Guadalajara.
Las autoridades federales y municipales, en un acto de negligencia, optaron por dar la espalda a los viajeros desamparados, dejándolos a su suerte en medio de la incertidumbre y el desconcierto.
Las demandas de respuestas oficiales cayeron en oídos sordos, mientras las familias, niños y viajeros exhaustos luchaban contra la frustración que se cernía como una sombra sobre el aeropuerto de Huatulco.
El viacrucis comenzó cuando la computadora del avión falló, reteniendo a los pasajeros en tierra firme cuando deberían haber estado surcando los cielos hacia su destino en Guadalajara. Pero las desdichas no terminaron ahí. Cuando finalmente se intentó el despegue, un nuevo revés se materializó cuando las llantas de la aeronave se trabaron, condenando a los viajeros a un encierro involuntario desde las 7:30 de la mañana.
Uno de los pasajeros afectados expresó su desesperación y descontento ante la situación: “Vamos hacia Guadalajara, Jalisco, pero nos han traído dando largas, somos 136 personas, de las cuales como 30 se fueron a la Ciudad de México y las demás se fueron a Tijuana porque tenían trasbordo”.
El clamor de los pasajeros por la intervención de las autoridades federales, en particular la Guardia Nacional que administra el aeropuerto, se hizo cada vez más fuerte a medida que las horas de espera se acumulaban. “Estamos esperando que venga la Guardia Nacional porque ellos administran este aeropuerto”, enfatizó uno de los afectados.
Mientras las autoridades se hacen de la vista gorda, es la paciencia y la dignidad de los viajeros las que quedan varadas, sin un destino claro en un paisaje que debería estar lleno de promesas de aventuras, no de pesadillas sin fin.