Redacción El Piñero
Tuxtepec, Oaxaca.- Ciudadanos de San Pedro Ozumacin irrumpieron en la comunidad de Monte Mario, municipio de Ayotzintepec, en la región de la Cuenca del Papaloapan, para detener a dos personas acusadas de haber asesinado al extesorero municipal.
La tarde del sábado, la comunidad de San Pedro Ozumacin se vio envuelta en una serie de acusaciones y detenciones relacionadas con el asesinato del ex tesorero de la localidad el pasado 31 de enero. Señalando con el dedo a dos individuos como presuntos cómplices, la tensión creció en la búsqueda de respuestas.
Según los informes, el detenido en San Pedro Ozumacin habría señalado sin pruebas contundentes a dos de sus conciudadanos como partícipes en el supuesto crimen. Narcizo Vásquez y Jorge Vásquez Nuñez, dos nombres ahora entrelazados con una justicia que parece tambalear en la falta de pruebas sólidas.
La familia de los detenidos ha alzado su voz a través de un video, compartido ampliamente en redes sociales, desmintiendo las acusaciones. Afirman que los dos señalados estaban con sus familias en la ciudad de Tuxtepec el día del presunto asesinato, presentando pruebas visuales para respaldar sus afirmaciones.
El mensaje de la familia es claro: la detención se basa en meras descripciones físicas, altos y morenos, proporcionadas por el detenido en San Pedro Ozumacin.
En medio de esta situación, la sindica municipal de Ayotzintepec se convierte en un eslabón discordante. Aunque se solicitaron medidas de seguridad para llegar a Ozumacin y presentar las pruebas pertinentes, la sindica alegó impotencia, argumentando que la Fiscalía de Tuxtepec le prohíbe ir a dicha comunidad.
El llamado desesperado se extiende en redes sociales, solicitando la intervención de la Fiscalía de la ciudad de Tuxtepec, la Fiscalía del Estado de Oaxaca y la Comisión de Derechos Humanos. Los familiares piden una mirada objetiva sobre las pruebas presentadas y la liberación de los acusados basándose en la falta de evidencia concreta.
En este escenario de acusaciones y desesperación, la verdad parece un destello distante. La comunidad de San Pedro Ozumacin clama por justicia, mientras la incertidumbre se cierne sobre el destino de dos hombres señalados por un crimen que sostienen no cometieron.