Enrique Galván Ochoa.- El rescate primero, y luego el asilo, que implementó el gobierno mexicano para poner a salvo a Evo Morales, está teniendo consecuencias. Ayer, “el gobierno de México, a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores, expresó su profunda preocupación por la presencia excesiva de personal de servicios de inteligencia y de seguridad bolivianos que vigilan tanto la residencia como la embajada de México ante el Estado Plurinacional de Bolivia, desde el pasado 11 de noviembre”.
Hizo un llamado “a las partes que integran al Estado Plurinacional de Bolivia para respetar y cubrir cabalmente las obligaciones del Estado boliviano respecto del artículo 22 de la Convención de Viena sobre relaciones diplomáticas”.
Una de las obligaciones es considerar inviolables los locales de la misión diplomática. “Los agentes del Estado receptor (en este caso Bolivia) no podrán penetrar en ellos sin consentimiento del jefe de la misión”, dice la Convención de Viena. La situacion se ha vuelto tensa por la posibilidad de que las fuerzas bolivianas entren con violencia a capturar a los asilados políticos que se encuentran en la embajada.
Hay varios funcionarios importantes del gobierno de Evo, pero el principal es Juan Ramón Quintana, quien fue ministro de Gobierno y uno de sus hombres más cercanos.
Baja el “riesgo país”
Según los augurios de la opinocracia, avalada por la chayocracia, y ésta alimentada por la ausencia del chayo, inevitablemente este mes de diciembre sería una verdadera desgracia para México. Les falló la bola de cristal. A los datos sobre la situación económica estable, se acaba de agregar otro: el “riesgo país” bajó a un nivel no visto desde 2014.
Para ubicarnos en el tiempo, fue cuando la revista Time publicó la portada “Saving Mexico”, presentando a Peña Nieto como nuestro (fallido) salvador.
El “riesgo país” tiene que ver con la percepción de los inversionistas respecto a la capacidad de un país de no caer en falta en el pago de los bonos de deuda. Los Credit Default Swaps (CDS) –un seguro contra impagos de deuda– de México a cinco años bajaron en estos días hasta 75 puntos base, lo que representa 7 mil 500 dólares para asegurar un millón de dólares en bonos soberanos mexicanos.
Ayer repuntaron levemente a 81 unidades. Según expertos, consultados por Reuters, el bajo “riesgo país” se debe a una rígida disciplina fiscal con una fuerte restricción al gasto público, la inflación a raya y al refinanciamiento de pasivos de Pemex, lo que ha alejado la posibilidad de que México caiga en default. Si en 2020 pudiera el gobierno detener la violencia, nuestro país estaría corriendo sobre los rieles de un sólido futuro.
Asunto: despedido tras 36 años de servicio
Después de leer su columna en relación a que es casi imposible despedir a un empleado con más de 20 años de antigüedad, vinieron a mi memoria (septiembre de 2013) las palabras del en ese entonces jefe de Unidad de Servicios a la Industria del Instituto Federal de Telecomunicaciones, Rafael Eslava Herrada: “El señor presidente del instituto, por mi conducto, te pide que firmes tu renuncia y en caso de no hacerlo se te cesará al puesto de subdirector por pérdida de confianza”, y pues me cesaron.
Tenía 36 años de trabajar para el gobierno federal, solicité por escrito se me entregara mi premio por 30 años de servicio y que se me autorizaran mis tres meses prejubilatorios para tramitar mi jubilación, no obtuve nada de lo solicitado, ni siquiera el pago por las vacaciones del segundo periodo a las que también tenía derecho.
Ing. Mario Manuel Serrano Ochoa / Cdmx
R: Entre 2012 y 2013 hubo un cambio que dio nacimiento al actual instituto. Los nuevos funcionarios, tal vez, llegaron a posesionarse de las plazas de los antiguos para dárselas a sus cuates.
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Bartlett implica un costo político creciente para AMLO. Para salvar la situación se requiere no sólo el aval de la SFP a la declaración de bienes del director de CFE, sino aclarar de una vez por todas el origen lícito de los bienes que se atribuyen a sus hijos y a su pareja.
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